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miércoles, 30 de abril de 2014

RESUMEN DE LA REPÚBLICA DE PLATÓN, Capítulo IX





Por Carlos Valdés Martín

En esta parte, Platón cambia de enfoque para centrarse de nuevo en el individuo y regresa al tema inicial de la justicia, respecto de los cuales se había alejado y cambiado de escala para considerar al Estado. Sin embargo, el Estado tiránico es adecuado al individuo tiránico, por tanto la escala debe empequeñecerse para descubrir la psicología individual y comprender esa moral de la polis, de ahí también la dificultad del análisis. Por tanto, los psicólogos se fascinan con Platón y encuentran pautas afines a Freud.

Habrá que centrarse en el individuo tiránico (por cuanto define al enemigo por antonomasia[1]) ¿De dónde surge el individuo tiránico? El tema presupone analizar los deseos insaciables y a distinguir los deseos en necesarios, innecesarios y los que surgen del sueño. En ocasiones el sueño es desbocado y hasta bestial, por tanto debe procurar prevenirse tales fantaseos. El primer origen está en el niño, que en Las leyes incluso lo considera de naturaleza bestial, de tal modo que se emparenta con la psicología freudiana[2] y abre espacio a consideraciones muy interesantes, pues el problema de la filosofía política es ¿en qué naturaleza humana se sustenta la sociedad? Si el ladrillo ya está podrido y el individuo es malo por naturaleza, entonces la tarea será casi imposible o utópica. El planteamiento de Platón está a medio camino: existe el mal de origen, pero también están los remedios, mediante la corrección desde el niño hasta el ciudadano, aunque un cariz pesimista lleva hasta planteos extremos, como uno de vaciar la ciudad de mayores de diez años, para empezar una educación utópica.  

El problema político de fondo es controlar las pasiones desbordadas, ante las cuales el individuo tiránico cede y se enfrasca en satisfacerlas sin encontrar jamás contento, convertido en “borracho, erótico o tiránico”, empujado por las malas compañías. Considera al deseo la nodriza del tirano, con lo cual antagoniza con las teorías hedonistas, en especial cierto freudomarxismo que afirma a la represión sexual como la cuna de la tiranía, en especial con el interesante argumento iniciado con Reich[3] y seguido por Marcuse[4]. Para explicar la tarea nefanda de Eros[5], Platón usa la metáfora de un zángano enorme que clava el aguijón en el interior del individuo y se apodera de él, sometiéndolo a la locura amorosa; aunque sus apetitos directos pueden venir por “borracho, enamorado o loco”[6]

Tal individuo para satisfacerse quedará convertido en ladrón, comenzando por sus padres (donde Platón subraya la vileza originaria del tirano[7]), y siguiendo hacia cualquier clase de tropelías privadas y públicas. Si el pueblo se rebela contra el orden social es fácil que tales individuos se coloquen a la cabeza, y ya dueños del poder golpearán y robarán a todos traicionando a “la patria o matria como dicen los cretenses”[8]. Tal individuo tiránico en el poder se rodeará de esclavos y de aduladores, pues a los libres y honestos detestará. El adulador queda como peldaño del tirano, pudiendo ser él mismo un adulador que se “arrastra a sus pies”[9].  Así, el tirano rompe con el modelo de igualdad y amistad, para ser “siempre déspotas de alguno o esclavos de otros”.

A semejanza del individuo tirano, el Estado tiránico también será defectuoso y problemático provocando la mayoría infeliz.

Platón se esfuerza en demostrar que el individuo tiránico también es el más infeliz, aunque le sonría la fortuna aparente. Es infeliz porque los demás le odian y entonces deberá siempre tener miedo y precaverse contra todos[10]. Se tiraniza a sí mismo, creyéndose afortunado al gozar excesos que lo llevan a la intranquilidad y enfermedad, por eso en opinión de Platón, “el auténtico tirano  resulta ser el auténtico esclavo”[11]

En esta parte, expone con claridad su división de ser humano en tres campos, los cuales son base de su clasificación del Estado y el individuo político: inteligencia-filosofía-rey, ira[12]-honorabilidad-timocrático y concupiscencia-apetito-tirano. Cada uno es un tipo de placer (mental, emotivo, físico) que sirve para comprender la polis y su evolución, según esta visión de Platón, y donde el individuo democrático (modelo avaro) sería una variedad menos agresiva de la concupiscencia que la del tirano. Es evidente, que el modo de vida del filósofo que busca la verdad le parece el mejor a Platón, por tanto obtiene un placer más deleitoso, pues es perpetuo. En esta parte, emplea con elegancia la metáfora de tres escalones, donde el individuo se mueve entre ellos, pero sin alcanzar la cima, por el tipo de placeres limitados que se procura[13]. Con este argumento, Platón insiste en la calidad superior de la realidad encontrada por el pensamiento del filósofo, por tanto su placer más duradero y verdadero, que los del cuerpo[14].

El tirano al amar los placeres inferiores desconoce los goces del honor y, más todavía, los de la inteligencia que son los mejores, así que se atascará en su entorno de apetitos materiales. Argumenta que el exceso de placeres lleva hacia una resaca (o enfermedad)  y de regreso, que un punto intermedio lo llamamos placer y al otro dolor (la curación), lo cual posee su ficción. Ese exceso de placeres lo compara desfavorablemente con los placeres de la inteligencia que no tiene ningún regreso doloroso, por lo que utiliza una fórmula pitagórica para compararlos de 9 al cubo[15].

Para reforzar su argumento del tirano infeliz, emplea otra famosa metáfora de la bestia interior[16] que martiriza a un metafórico hombre interior más pequeño, cuando la bestia es fortalecida con las pasiones (lujo, molicie, irascibilidad, prepotencia…). Al notar esta contradicción interior, Platón recurre a un argumento aristocrático, al encontrar ahí que por eso se vitupera al artesano y operario, pues son gente incapaz de gobernar a la bestia interior, así que deben ser gobernados por otros. Este último argumento resulta cuestionable en la actualidad, claro que proviene de prejuicios sociales contra el trabajador manual y el esclavo.

Esta serie de principios, marcan el camino para que el individuo actúe en su ciudad interior, pero “no querrá actuar en política”[17], sino en su individualidad, lo que en otros términos es su templo íntimo.

NOTAS:



[1] Contra el tirano se canaliza el furor político de la corriente democrática y, se metamorfosea, en el rey santificado por el conservadurismo eclesiástico-aristocrático. Estudiando esta misma figura, de príncipe tiránico, hasta el Renacimiento se emancipa la ciencia política de la ética para configurarse más estrictamente como ciencia a partir de Maquiavelo.
[2] Considerando el sueño del incesto y la bestialidad como presentes y motivo de censura. “imaginación del intento de cohabitar con la propia madre o cualquier otro ser, humano, divino o bestial” La república, p. 307. Resulta significativo que también el contacto con lo divino esté presente en ese mundo onírico, por tanto, dando todos los colores de la escala valorativa y emocional.
[3] REICH, Wilhelm, La función del orgasmo y La psicología de masas del fascismo. Argumentos de especial interés, elaborados en el campo experimental del ascenso de Hitler, done se interpreta que una represión sexual de las masas (an-orgásmica) permite la manipulación política.
[4] Saliéndose un poco del plano de la psicología estricta le otorga una categoría social a la represión sicológica de las tendencias del ello. Cf. Marcuse, Herbert, El hombre unidimensional.
[5] Eros también es “llamado tirano” en el diálogo, La república, p. 309.
[6] La república, p. 311. Aunque en nuestra cultura de Occidente, el amor suele disculpar los excesos, pero no en la opinión de Platón.
[7] “pretende sobreponerse a su padre y a su madre, quitándoles lo que tienen” La república, p. 310.
[8] Curioso rescate del término “matria” es un audaz acierto de los traductores, que indican el carácter materno del vínculo patriótico. La república, p. 313.
[9] La república, p. 313.
[10] “así vive la mayor parte del tiempo metido en su casa como una mujer” La república, p. 315.
[11] La república, p. 317.
[12] Estima Platón que a ira conlleva el camino del mando y buscar la victoria, p. 320. Sin embargo, este desprendimiento valiente de la ira ¿no ocurre también en el amor sublime? En ese sentido, la función de la emoción es mucho más amplia a la signada en La república.
[13] La república, p. 325-326.
[14] La república, p. 327, “¿Así pues, en general, las especies de cosas que atañen al servicio del cuerpo participan menos de la verdad y de la realidad de las que atañen al servicio del alma? —Mucho menos”.
[15] Según esa cuenta es setecientas veintinueve veces más placentero el saber que lo corpóreo, La república, p. 330.
[16] Como la Quimera o el Cerbero en unidad de distintas figuras, La república, p. 331.
[17] P. 335.

sábado, 19 de abril de 2014

GILBERTO BOSQUES A RIESGO DE SU VIDA


                                   Por Carlos Valdés Martín

En lo que sigue transcribo el pasaje que dediqué al librepensador y diplomático mexicano Gilberto Bosques, quien rebasando los límites de su deber como embajador arriesgó su vida, la de su familia y del personal de su embajada para salvar de una muerte segura a decenas de miles de personas, perseguidas tras la derrota del bando republicano español y el principio de la Segunda Guerra mundial. La acción de este personaje (cada vez más reconocido y comparado ventajosamente con Schindler, el empresario que salvó cientos de judíos) merece grandes elogios y reconocimientos, pues sin utilizar armas y en condiciones extremadamente peligrosas, salvó a decenas de miles de las garras del franquismo y del nazismo. El escrito está en el libro El poder de la masonería en México, el símbolo del liderazgo de Editorial Romel, siendo una obra colectiva donde participamos 29 escritores y librepensadores. 

El fragmento pertenece al artículo: "Líderes en la edificación de la nación." 

El texto es el siguiente: 

"Al comenzar la Guerra Civil en España, una parte de la opinión pública mexicana sigue con mucho interés la situación y da muestras de solidaridad con el bando republicano. El bando fascista, apoyado militarmente por sus afines de Alemania e Italia derrota al republicanismo. Hacia el final de esa Guerra Civil el bando franquista se cubre de oprobio al perseguir despiadadamente a todos quienes tuvieran relación con los republicanos derrotados. En ese trance la actividad solidaria del gobierno y muchos mexicanos destaca para buscar alternativas humanitarias para el sector derrotado.

"El político Gilberto Bosques expresa de la mejor manera y en las situaciones más adversas, cómo el ideal de respeto a las naciones se convierte en visión humanista, ajena a falsos nacionalismos, donde se reconoce a cualquier persona como a un igual, digno y merecedor de las máximas consideraciones. En 1939 cuando 
España había caído bajo la dictadura del franquismo es enviado como jefe de la delegación diplomática mexicana en Francia con la misión principal de atender el delicado problema de los refugiados, que escapaban por miles en la frontera franco-española.

"El diplomático se encuentra en la situación adversa y desesperada, pues pronto Francia es gobernada por Vichy, con un régimen hostil y sometido a los militares nazis alemanes que ocupaban el país. Inducido por los fascistas españoles y alemanes, el régimen francés hostiliza a los refugiados y la riesgosa tarea de Gilberto Bosques es lograr la protección temporal y la pronta salida de la mayor cantidad de refugiados posible. En mitad de un ambiente cargado por el avance de la Segunda Guerra Mundial, esta tarea es una carrera contra el tiempo. La delegación diplomática cumple con un deber de humanidad, mostrando decisión y arrojo ante el peligro inminente. Entre 1939 y 1944 esta delegación mexicana logra sacar de Francia a decenas de miles de refugiados, incluidos centenares de españoles huérfanos, libaneses, judíos, franceses y de otras nacionalidades. Algunas de las acciones necesarias para defender refugiados eran consideradas ilegales por el régimen pro fascista de Francia y un desafío para los nazis. A esas alturas el mundo estaba en guerra y México participaba en el bando contrario de Alemania. Los nazis deciden apresar al cónsul general Gilberto Bosques junto con su familia y toda la delegación diplomática, de tal modo que terminan siendo deportados a Alemania en calidad de prisioneros. Esta detención era violatoria de las normas de legalidad diplomática y de los más elementales derechos, lo cual refleja la hostilidad y peligrosidad de ese periodo. Ellos no son los únicos, otros diplomáticos también quedan confinados en un pequeño pueblo alemán en un hotelito habilitado como prisión. Durante un año quedan incomunicados y sometidos a la vigilancia militar alemana, y luego de ese periodo, son canjeados por prisioneros alemanes mediante una negociación internacional.

"Este ejemplo de Gilberto Bosques, por su fraternidad sin restricciones hacia los europeos en desgracia muestra que el idealismo de la masonería en la práctica no conoce fronteras, y sí reconoce a las personas sin detenerse ante los rótulos nacionales." (Fin del Texto)