sábado, 30 de noviembre de 2024

ALIMENTO MÁS CARO DEL PLANETA

 



 

Por Carlos Valdés Martín

 

¿Cuándo comenzó la costumbre de convertir la alimentación en ostentación de poder y riqueza? Según las narraciones legendarias los emperadores disolvían la más costosa perla en vinagre para integrarlas en su alimentación. Ante de ese espectacular final, los atrevidos buzos sin equipo se sumergían diariamente buscando ostras, que se apilaban en la costa. Las conchas tiradas formaban montes de desperdicios y las esquivas perlas se juntaban en manos de hábiles joyeros. Entre la producción anual de perlas se seleccionaban las más perfectas y exclusivas. Finalmente, el emperador elegía la perla más radiante y costosa para disolverla ante sus regocijados ojos. Se disolvía en un vinagre finísimo, mezclado con una fórmula alquímica secreta, base de prodigios y remedios por igual. Ante sus propios ojos, en la copa del más fino cristal se disuelve la perla selecta, destilando su esencia en un néctar con aroma de almendras finas. Una perla perfecta ha desparecido: resultado inmersiones de leyenda, como cuando un buzo fue atrapado por un pulpo gigante. El emperador sonríe desde la altura de su trono, sabiendo que ninguno más que él, tendrá esa perla, que estarán integrada en un licor finísimo.  Este mito del licor más caro y exclusivo del reino, también Plinio lo atribuyó, a la astuta Cleopatra mientras ella enamoraba a Marco Antonio[1].

Dice un diario electrónico que “La semana pasada (año 2024), Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas TRON[2], hizo la oferta ganadora en la subasta de Sotheby’s en Nueva York (…) Sun compró un certificado de autenticidad que le da la autoridad para pegar un plátano a una pared con cinta adhesiva y llamarla “Comedian”[3]. Acto seguido, rodeado por sus fieles empleados el joven multimillonario, se animó a disfrutar de su obra de arte y en un acto publicitado, procedió a comer directamente un plátano valuado en una cifra estratosférica.

El acto se consumó en una conferencia de prensa realizada en el más lujoso hotel de Hong Kong, el The Peninsula Hong Kong, ubicado en el distrito comercial de la ciudad. Las declaraciones son irrelevantes, el acto mismo es un signo de los tiempos. El empresario toma el papel de un pequeño emperador, Justin Sun, está satisfecho por montarse en el torbellino de la fama mediática, para integrarse en el selecto grupo de quienes poseen los medios de llamar la atención del mundo. Nombres tan famosos y venerados por sus fans, como Donald Tump y Elon Musk forman el selecto grupo de quienes dominan los negocios y el arte del show en redes, donde Justin Sun, insiste en pagar por el derecho de figurar.

El gasto multimillonario de Justin Sun comiéndose el alimento más caro de la historia, resulta que no es el mayor que hizo este personaje. Unos años ante Sun hizo un gasto mucho mayor que no redituó en fama, por circunstancias de su realización. ¿Quieres saber cuál fue ese gasto desorbitante y que no resultó como hubiera querido Sun? Deja un comentario si quieres que lo compartamos.

 NOTAS:



[1] Plinio el Viejo, narra como hecho fantástico que en un minuto la perla se disolviera en vinagre ante los ojos de la reina Cleopatra —retadora y seductora— y el asombrado Marco Antonio. La ciencia dice que el puro vinagre no posee tal velocidad para desaparecer una perla.

[2] Parece que fue ayer cuando estaba aprendiendo sobre criptomonedas y me topé justo con esta variación de TRON, que hace honor a una divertida película de Sci-Fi, anotando que las transferencias con ese medio resultan costosas. Me dije, que ya sé a dónde terminan las comisiones de esa cripto-plataforma.

[3] Diario Milenio, edición electrónica del 30/11/2024.

martes, 12 de noviembre de 2024

LA PALANCA ES MÁQUINA MÁS QUE HERRAMIENTA

 



 

Por Carlos Valdés Martín

 

Un concepto erróneo cuando crees que la palanca es una pura herramienta, porque no lo es. La palanca significa más que eso. Entonces ¿qué es? Cierto que las herramientas son medios que potencian la acción humana de una manera directa y eso es muy importante. En eso sí resultan semejantes las herramientas y la palanca, sin embargo, hay algo crucial por aclarar.

La humanidad surgió haciendo herramientas, primero las de piedra tosca (el neolítico) y luego con los metales, éstas marcaron un gigantesco cambio, cuando la sociedad entera estaba “en pañales” como niño. Después de la herramienta surgió algo más potente, un nivel más complejo que ahora llamamos máquina.

La palabra es antigua y relaciona tres elementos curiosamente alejados: el teatro, la presencia divina y los efectos especiales. Los griegos descubrieron cómo hacer máquinas para levantar pesos, que ahora llamamos grúas y tales ingenios sorprendieron a la audiencia del teatro. En mitad de un drama con actores serios, diciendo sus parlamentos, un talento desconocido, decidió que con una grúa descendiera para la presentación de un dios en mitad del escenario[1]. “Un dios baja de la máquina”, se conservó en la frase “Deus ex machina” indicando intervenciones milagrosas o arbitrarias en una trama. 

En un soleado mediodía de la región Ática, de manera sorpresiva Zeus o Apolo descendían en mitad del escenario, dándole más emoción a la representación. La divinidad surge de la máquina, con lo cual, también ese complejo organismo mecánico se asimila al trasmundo.

Aquí lo buscado es definir el papel de la palanca para marcar una nueva categoría, que se diferencia de las herramientas. Resulta famosa la frase de Arquímedes sobre el punto de apoyo que con la palanca movería al mundo; aunque él no explicó el tamaño de la palanca necesaria para desplazar a un planeta y qué tanta resistencia debería poseer el punto de apoyo.

Los ingeniosos griegos juntaron palancas, ruedas, poleas, engranajes y otras piezas para integrarlas en conjuntos eficientes, que transmitían la fuerza de una manera nueva y deslumbrante. Pronto se intentó aplicar la máquina a la producción y a la guerra, además de su efecto teatral, que describimos. El científico alejandrino Herón diseñó ingeniosos juegos y dispositivos mercantiles que permanecieron como curiosidades locales y, más tarde, el viento de los siglos dejó en el olvido. Las máquinas mostraron su utilidad insuperable, aunque tardaron siglos para volverse protagonistas de la economía. Aunque sea válido describir a antiguos ejércitos como una “máquina de guerra”[2], es hasta el siglo XX que se conocen campañas bélicas (blitzkrieg) completamente maquinizadas dominadas con tanques y aviones.

La utilización del principio “maquínico”, por su enorme potencia nos resulta como un efecto milagroso, pues rompe las escalas normales de intervención y es aplicable a las actividades humanas. El uso correcto del crédito se considera el apalancamiento normal en la operación de toda empresa y, además, a la institución empresarial se la observa como una máquina operativa[3], una organización formada de partes separadas, que se integran hacia un movimiento tras la utilidad que pretende ser perpetuo.

Cabe subrayar que el efecto de la máquina profundiza continuamente el ramillete de los principios que se descubrió con la palanca: multiplicación medida de la fuerza; aplicación del movimiento en sentido opuesto al efecto buscado y la integración de diversos elementos en un mecanismo operativo único. La palanca al unir esos principios anuncia la presencia de un “sistema complejo”, que dará entrada a las demás máquinas, en especial, marcadas por la continuidad de un principio motriz para generar un efecto útil de manera continua.


 NOTAS:



[1] Recurso teatral de Sófocles y Eurípides.

[2] Deleuze, Mil mesetas.

[3] Aunque de modo preferente se piensa a la empresa como la formación capitalista del viejo taller, que era una integración de trabajos especializados. Véase Adam Smith, La riqueza de las naciones.