Por Carlos Valdés Martín
El niño gritaba “¡Ahí viene el Lobo!” y los aldeanos corrían despavoridos, protegiendo a las gallinas y armándose ante la amenaza. Cada vez el niño llamado Pedro, se reía y burlaba del miedo que provocaba su amenaza fantasiosa. El cuento infantil de “Pedro y el Lobo” mostraba que las mentiras desgastan, causando desconcierto cuando la realidad sorprende al mentiroso. Las dos primeras llamadas a aranceles económicos se han detenido, por ser tan excesivas y por alterar a la propia economía norteamericana. En el cuento infantil el lobo finalmente llega y en este segundo mandato también aparecerá el lobo. Resultaría absurdo que Tump derribara el tratado comercial de América del Norte que él mismo negoció y firmó, sin embargo, funciona como la negociación extremista, de amenazar hasta las medidas extremas, para que sus reales medidas se sientan menos conflictivas. Con esto se genera un “estrés extremo” por los aranceles al límite, para que la imposición que no llegue a tales extremos tenga la apariencia de sensata y más rápido se normalice.
El Lobo de los aranceles llegará con la Trumpnomics (economía de ese mandatario), pues ya sucedió durante el periodo anterior. Así, que habrá que estar preparados…
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