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martes, 8 de julio de 2025

PIEDRA SCONE, PRINCESA SCOTA Y LAS LEYENDAS DEL ESCOCISMO

 

 

                         Por Carlos Valdés Martín

Enlaces lejanos

Al abordar el adjetivo “escocés” surgen las leyendas de la princesa Scota, Piedra del Destino o Scone y el Trono de David que a su vez derivan del relato de la Piedra de Jacob en el Antiguo Testamento y nos alejan de cualquier interpretación nacional, mientras se acercan a los rituales de poder y masonería.[1] La masonería moderna surge en Londres[2]mientras el título de “Scottish Rite” se imaginan (por confusión) que corresponde a una designación nacional, cuando hay otro fondo más profundo. Por sus miras elevadas, la masonería es universal y no delimita un fenómeno nacional o local, por lo mismo, no surge para representar las creencias de algún pueblo en particular. Desde sus orígenes, la masonería funciona como el alfabeto, que es patrimonio para la humanidad, permitiéndose su adaptación a las diferentes latitudes (donde recibe los sellos del estilo local como sucede con el Rito Nacional Mexicano, Brasileño o Alemán). Mantengamos en este horizonte que la masonería surge como un fenómeno universal y no una tendencia nacional, minetras la gran difusión de su rama conocida como “Rito Escocés” se confunde en el tema nacional y hasta facilita perder de vista su universalidad.[3] Ese enfoque hacia la universalidad aparece en el trasfondo del término “Escocés”, como se observará adelante.

 

No es de origen Escocés

De manera casi unánime los textos históricos señalan que el origen de la denominación “Rito Escocés” no proviene de un apego nacional a los higlands de Scottland, sino por un cruce de líneas singular. Observemos la ruta del término: el crecimiento hasta los 33 Grados se cocinó en Francia (hacia 1760) y triunfó en Norteamérica (Charleston en 1800), para convertirse en “marca” mundial. Entonces esa referencia “nacional” resulta un galimatías territorial, porque la cristalización de estos grados filosóficos se forjó en la Francia aristocrática e ilustrada del siglo XVIII, creándose novedosos modelos de Logias, acogiendo a los masones emigrados de Gran Bretaña que también poseían sus variaciones (logias Jacobitas,[4] Killwining, Orden del Cardo). Pero el salto cualitativo implicó un cambio de geografías, al atribuir la fundación del filosofismo a Federico II de Prusia, para triunfar en América, desde donde se estableció el nuevo sistema. En el sentido anterior, el filosofismo del Rito Escocés representa una colecta ecléctica de tradiciones que se cristalizó en un sistema único de treinta y tres Grados.

Desde la perspectiva de su incubación y formación en Francia llamar “Escocés” a la multitud de nuevas Logias no resultó un sinsentido, porque la masonería moderna sí había cruzado el Canal de la Mancha. Llamar desde Francia bajo el término “Escocés” a las nuevas logias (Maestro Secreto, Íntimo, Real Arco, etc), implicaba una generalización… Pero ¿qué significa más de fondo? Al responder, aparecen rastros de la leyenda de la Piedra del Destino o Scone (es Scona al castellanizarse) y la migración de la princesa judía Scota, para darle otro sentido, más acorde a los antiguos misterios y la continuidad de las leyendas milenarias.

 Leyenda de la Piedra Scone y princesa Scota

La Piedra Scone[5] o del Destino Escocia e Inglaterra ha poseído una importancia ritual singular y nos termina remitiendo a la princesa Scota y a sostener la hipótesis de que proviene de la Piedra de Jacob y luego la base para la coronación de David. Está ampliamente documentado que los reyes de la región escocesa para la ceremonia de coronación utilizaban un trono que bajo su silla colocaba a la Piedra Scone, un objeto pétreo milenario con tamaño semejante a una almohada.[6] Este trono con la Piedra se resguardó religiosamente durante mil años y se empleó en las coronaciones de la cabeza del reino de los higlands escoceses, hasta que los vecinos ingleses los derrotaron y tomaron ese trono para que los reyes ingleses se coronaran en Westminster de manera ininterrumpida hasta la actualidad. En 847 ocurrió la coronación más antigua en Escocia sobre ese trono con la Piedra Scone. Después todos los reyes sucesivos en la región lo hicieron, hasta el año 1296, cuando los ingleses los despojaron para llevársela a Londres y ellos también coronar ahí a sus reyes. La tradición de coronar sobre la Piedra Scone se mantuvo vigente en Londres hasta la última, la reina Elizabeth. En el año 1996 el gobierno inglés accedió a las reclamaciones locales y devolvió el trono con la Piedra Scona, bajo la promesa que para las ceremonias el trono se devolverá a Westminster.

Ahora bien, el nombre Scota está directamente relacionada con el gentilicio original de los antiguos pobladores primero de Irlanda y luego de Escocia, que fueron llamados Scotts.

 

En la antigua Irlanda la Piedra del Destino o Lia Fáil

En la colina de Tara destacó un menhir legendario que fue venerado por los antiguos irlandeses y ahí mismo  servía para consagrar las coronaciones. Esa costumbre de entronizar junto al menhir fue porque lo consideraban un centro de poder, que les proporcionaba vigor y garantizaba un buen reinado, incluso creían que rugía cuando el verdadero heredero ponía un pie. Sus orígenes se atribuyen a una raza mágica y extranjera que trajeron por mar cuatro objetos preciosos, entre ellos el menhir y, según una leyenda popular, un héroe partió esa roca cuando no rugió ante su presencia.[7] Los paralelismos entre la Lia Fáil y aspectos de la Piedra de Jacob son notorios.

Entre el comienzo de la tradición de la Piedra Lia Fáil de Irlanda y la conquista de la región escocesa por el pueblo Scott transcurrieron mil años, computados entre el año 500 a. de C. al 500 d. de C. Para levantar otro velo debemos remontarnos hacia un periodo anterior.

 

La narración de Jacob

Una larga leyenda, que voy a sintetizar en pocas líneas, atribuye este nombre y la importancia ritual de esa Piedra, comenzando con la Piedra del sueño de Jacob que representaba la alianza de él con Jehová, por lo cual fue bendecida y conservada. Un rasgo notorio es que esa roca no era perfecta y contenía una rajadura. Después del sueño “A la mañana siguiente Jacob se levantó temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la erigió como una estela y derramó aceite sobre ella. En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel”[8] Por su carácter de pastores seminómadas los patriarcas judíos mostraban poco apego a la tierra y a las piedras, por eso el relato del sueño de Jacob, anticipa un cambio de dirección, que culmina con la “Tierra prometica” y el Templo de Salomón.

 

El rey David

Al momento no está del todo argumentado el por qué la Piedra de Bethel se relacionará con el gobierno más que con el culto de la religión. Esta descripción no es un hecho bíblico, sino la tradición europea. Según la tradición escocesa esa misma roca donde soñó Jacob se convirtió en la base del Trono de David, quien recibió el derecho a reinar por vía divina y esta relación entre la Piedra bendecida con los nuevos reyes continuará para su descendencia. Esta idea de la dinastía davidiana ungida en presencia de una roca especial, trasmuta desde un objeto religioso puro hacia un símbolo del poder terrenal, parece una idea más europea que bíblica, aunque hay un amplio abanico de creencias de “cratofanías” donde las piedras se relacionan con toda clase de fenómenos sagrados y emanaciones de poder, según recuerda Eliade[9].Además, hay un rastro en referencia a la construcción del palacio del rey y el asentamiento de los reyes judíos en entre esas piedras palaciegas[10]. 

 

La princesa Scota y la huida de la dinastía

La línea dinástica de David terminó trágicamente con Sedequías, el último Rey de Judá, que fue derrotado por Nabucodonosor, quien mandó a matar hasta sus sucesores. La Biblia señala que el propio Sedequías miró la muerte de sus hijos.[11] Tras la caída de Jerusalén, la única línea dinástica que escapó de la masacre se representa por las hijas de Sedequías y en particular por la princesa Scota, que huyó a Egipto.[12] Ella y otros escaparon junto con la Piedra ritual, lo cual se alcanza a inferir de algunos relatos bíblicos. En un giro de estilo literario cual Código Da Vinci, una princesa exiliada lleva la sangre y el destino del Rey David, restituyendo el fundamento de Israel. Ese destino es trasplantado hacia tierras lejanas, manteniendo el procedimiento de la promesa entre la realeza y Jehovah mediante la roca ritual.

 

La migración de judíos a la antigua Irlanda

Lo que sucedió a continuación, está más sujeto a controversia, pues desde ahí terminaron sus descendientes y la roca en Irlanda. Esto implica una legendaria emigración de pueblos descendientes de los antiguos judíos hacia Europa en tiempos bíblicos, lo cual sostiene Raymond Capt al detalle, aunque requiere de más investigación y resulta difícil de concluir por la escasez de vestigios o testimonios. En particular, Capt cree que esa antigua denominación de los irlandeses correspondía a las emigraciones israelíes, transformadas por siglos de viajes, vía los griegos, escitas, germanos, celtas, etc.[13]

Justo en la antigua Irlanda se retomó la costumbre con la Piedra consagrada para las coronaciones y ese principio se ha mantenido hasta la actual Reina Isabel de Inglaterra.

La leyenda del nombre Scots

Las tradiciones escocesas indican que sus pobladores fueron llamados “Scots,” en honor de la esposa del líder, Gathelus, aunque también dicen que su nombre proviene de Scotia, su anterior hogar (Scythia): “el ancestro de los Scots fue 'un griego llamado Gathelus (padre de Eochaidh ...) hijo de Cecrops de Atenas […]' quien fue a Egipto cuando 'entonces reinaba en Egipto el Faraón […] Gathelus ganó una gran victoria para Faraón […] y el “rey Faraón le dio su hija, llamada Scota, en matrimonio. Explícitamente indica que después de irse a Lusitania (Portugal) y construir la ciudad de Brigance, que él llamó a sus súbditos Scottis en honor y por afecto a su esposa.”[14]. Asimismo, hay la hipótesis que esos antiguos griegos, en realidad, eran la tribu judía de Dan que regresó a Egipto y se había integrado a esas tierras.

 

La masonería con nombre de leyenda Jacob-David-Scota-Scone

Reconociendo el interés de la masonería por las piedras y la edificación, ¿qué más interesante que descubrir una piedra que representa la fundación del monoteísmo y los reinos relacionados a la tradición judeo-cristiana durante milenios? El hecho de que el Rito moderno más practicado en el planeta mantenga oculto dentro de su nombre público la leyenda de la Piedra del Destino, elemento que mantiene la continuidad de los reinos y las historias milenarias. El recubrimiento externo del escocés corresponde a una importante región británica, con amplios antecedentes desde los gremios y las culturas prerromanas, sin embargo, lo que apunta debajo de ese recubrimiento “nacional” es lo más interesante. 

NOTAS: 

 



[1] La línea de investigación se debe a un artículo de internet que a su vez está basado en el libro Jabcob’s Pillar del escritor masón Raymond Capt, también autor de una importante investigación sobre el Templo de Salomón, que sí está traducida al español, donde también contiene un capítulo sobre el Trono de David donde explica el tema de la Piedra Scone

[2] Precisamente en el siglo XVIII la ciudad de Londres llegó a ser la más cosmopolita y habitada del mundo, justo por el altísimo nivel comercial; un siglo después se estimaba como la más poblada del planeta. Pero el proceso de crecimiento acelerado y de migraciones se contuvo tras declinar del Imperio británico.

[3] La palabra viene del latín “universus” que es el conjunto de todo lo existente, por tanto se refiere a la calidad de todo lo existente. A su vez, “universus” estaba compuesta de “unus” que significa “uno” y de “versus” que significa “girado” o “convertido”. Consulta en http://etimologias.dechile.net/?universo .

[4] Las logias se llamaron jacobitas por su filiación con el depuesto rey Jacobo de Inglaterra, exiliados tras un conflicto en el país; en especial en esas organizaciones había militares que se asentaron en Francia y otros países.

[5] Se le llama Scone (o Scona al castellanizar) por el castillo donde estuvo resguardada durante siglos, que a su vez nos invita a pensar que ese nombre deriva del gentilicio usual del reino Scott, que a su vez mostraremos de dónde proviene, de la leyenda bíblica de la princesa Scota y la herencia hebraica.

[6] Al parecer con dimensiones de “del tamaño y la forma de una almohada grande, 66 x 40 x 25 centímetros” en El trono británico del Rey David en internet

[7] Esta narración el protagonista es Cuchulainn y está emparentada con la llamada “Espada en la Piedra”, la Excalibur del Rey Arturo.

[8] Génesis 28: 18-19.

[9] Mircea Eliada, Tratado de historia de las religiones.

[10] La descripción del derrocamiento de la reina Atalia, señala que el nuevo rey Joas está junto la columna del palacio, para indicar que ha tomado el poder, en 2 Reyes 13:14 “13 Oyendo Atalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Jehová. 14 Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme a la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaban las trompetas.”

[11] Jeremías 39:6. “Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá.”

[12] Jeremías 43:5-7. Tras la derrota ante Nabucodonosor “todo el remanente de Judá que se había vuelto de todas las naciones donde había sido echado… hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey… y entraron en tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes.”

[13] Raymond Capt, El Tempo del Rey Salomón. Afirma que la fundación de Atenas y Argos corresponde a la tribu israelí de Dan, basado en el antiguo nombre del reino y en algunos testimonios antiguos, que remitían al pasado egipcio de los griegos. “También dicen que aquellos que salieron con Danaus, también de Egipto, se establecieron en lo que es prácticamente la ciudad más antigua de Grecia, Argos […] Incluso Atenas, dicen ellos, es una colonia procedente de Sais en Egipto.” G.H. Oldfather, Diodorus of Sicily, 1933, vol. 1, I:1-II:34, pg. 91, citado  en Capt, Jacob’s Pillar, pág 26.

[14] The Chronicles of Scotland, by John Bellenden, 1531, vol. I, pgs. 21-27, citado en Jacob’s Pillar, p. 30