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domingo, 15 de marzo de 2020

RESUMEN DE “LA TIERRA DE CANAÁN” DE ASIMOV






Por Carlos Valdés Martín

Este libro, “La tierra de Canaán”, es un clásico por su integración de largo plazo sobre la historia clave para el desarrollo de la humanidad, unificando tanto las líneas de investigación sobre los pueblos que ocuparon la región, destacando los judíos y fenicios.
El autor llama Canaán a “«la parte occidental de la Media Luna Fértil»”,[1] la cual es una frase pesada y demasiado larga para usarla con mucha frecuencia” Hoy esa región se divide “entre Siria, Líbano, Israel y Jordania, de modo que no podemos usar ningún nombre moderno determinado.” Y “También en el pasado estuvo dividida en naciones diferentes: Moab, Edom, Amón, Judá, Aram, etc.”, incluyendo a los notables reinos de Tiro progenitores del reino de Cartago y sus colonias, los pequeños Filisteos descendientes de una notable invasión helénica temprana, los Sarmaritanos dominantes en algún periodo bíblico. La unidad conceptual de esta región dividida está justificada por las intensas interacciones entre sus pequeños reinos y los efectos unificadores de las invasiones de los grandes reinos vecinos.
El otro aspecto de enorme relevancia es la importancia de la aportación regional, pues en opinión documentada de Asimov “en proporción a su tamaño, ha contribuido más a la moderna civilización occidental que todos los poderosos imperios del valle del Nilo y del Tigris y el Eufrates… fue… donde se inventó el alfabeto moderno. Y fue también allí donde se elaboró una religión que… domina Europa, las Américas …”[2]
Quizá la misma palabra Canaán se debió a que estos pueblos “se hicieron comerciantes. El nombre mismo de Canaán quizá provenga de una palabra de la lengua de ese antiguo pueblo que significa «comerciante».”[3]

1. Antes de Abraham

Aquí se dan las justificaciones generales de la importancia de Canaán y se comienza el estudio histórico desde los más remotos orígenes, consideran la Edad de Piedra, con sus primeros asentamientos, la de Bronce y las primeras invasiones de los grandes reinos vecinos. Los pueblos agricultores tendieron a agruparse y formar ciudades, donde resultaba más fácil abastecerse y defenderse, en especial si el sitio contaba con fuentes de agua y alguna característica que facilitara su defensa, como una elevación natural o la construcción de murallas. La primer ciudad de la región que se menciona es Jericó, la cual estaba amurallada ya desde el año 7000 a. C.
Analiza con detenimiento la relevancia de los inventos y creaciones que modifican la cotidianeidad —como el cocimiento de ollas y la tejeduría, el transporte de los grandes troncos, las innovaciones de la metalurgia, etc.— para explicar la evolución de los pueblos. De interés resulta la conexión entre el abastecimiento de los grandes troncos del cedro (del actual Líbano) hacia Egipto, viable abastecedor de papiro (antecedente del papel), vía la ancestral ciudad portuaria de Biblos, cuya etimología sigue siendo evidente.
La región de Canaán tuvo sus propios asentamientos con datos muy antiguos según lo señalado con Jericó. En cuanto Egipto formó su reino tuvo capacidad para incursionar en esa región, y en fechas tan remotas como 2615 a. C. alcanzó esa región y la sometió a tributo. Hacia 2300 a. C. hay registros de que ciudades cananeas se desentendieron de sus obligaciones tributarias, por lo que el imperio egipcio mandó un ejército punitivo que derrotó, castigó y obligó a los vencidos al vasallaje. Pero la tentación de los cananeos ante la debilidad real o supuesta de los grandes vecinos (Egipto, Mesopotamia o Roma) será una constante.
Las invasiones fueron claves para entender la región “Así, los ghasulianos habían entrado en Canaán desde el Sur por el 4000 a. C. Más tarde, alrededor del 3000 antes de Cristo, otro grupo de pueblos llamados fenicios por los griegos ocuparon las ciudades costeras”[4] Antes del 2000 a.C. los pueblos amorreos (que significa occidentales) invaden y colonizan Canaán, que son los pueblos que habitaban en los primeros relatos bíblicos. Los amorreos eran semitas y su lengua el antecedente del hebreo.

2. Después de Abraham

El tema del pacto con Dios comienza con Abraham, a quien se atribuye origen en Ur, ciudad sumeria, y atraviesa la región para asentarse en Canaán. Luego sus descendientes clave se relacionan con ciudades cananeas identificables: “Ellas eran, de Norte a Sur: Siquem, Betel, Salem, Hebrón y Beersheba”[5] La originalmente pequeña Salem se convierte después en Jerusalén. Como sea la región se formó con un conjunto de pequeñas ciudades y reinos amorreos.
Hacia el 1900 a.C. se estableció el Imperio Medio Egipcio y en los siguientes años lanzó una campaña de conquista hacia Canaán.
Más hacia el occidente se formó otro Imperio de origen amorreo, reconocido por Hamurabi, que estableció una impresionante capital, Babilonia que fue el referente de la cultura y riqueza durante los siguientes 1400 años; aunque no siempre tuvo predominio militar, como se muestra de inmediato.
Sin embargo, las tribus entre la región del Cáucaso y Turquía actual lograron rápidas ventajas militares mediante los caballos y el carro militar. Ese pueblo atravesó Canaán en su hambre conquistadora y alcanzó a derrumbar al Imperio Egipcio, conquistándolo hacia 1680 a.C., siendo llamados primero hurritas y por los egipcios los “hicsos”. Pusieron su capital en Tanis, aunque el “corazón” de este reino estaba en Canaán. Hacia 1570 a.C. los hicsos fueron derribados por los egipcios desde el Sur, para restablecer su reino.
Desde el norte otro pueblo guerrero, los hititas adquirió notoriedad también por su lengua, que es la raíz de los lenguajes “arios” o “indoeuropeos”, raíz de muchos idiomas que han perdurado desde la India hasta Europa.
Paralelo a la caída de los hicsos, se conserva un fuerte reino al Nororiente de Canaán, conocido como Mitanni, que se involucró en los territorios cananeos. Se mantuvo como el rival de Egipto por el control de la zona en si siglo XVI a.C. Aquí surge con claridad un problema estratégico para las ciudades y reinos de Canaán de ¿cómo comportarse ante dos enemigos más poderosos que ellos que se disputan su propio territorio? La respuesta cananea de apoyarse en Mitanni resultó un fracaso y los egipcios establecieron su imperio un par de siglos, alcanzando la frontera del Éufrates.
Vino el desarrollo de la escritura fonética, respecto de la cual Asimov hace un análisis interesante, donde explica que en el inicio las palabras eran imágenes simplificadas de un objeto, así una vaca se representaba por una cara triangular con cuernos, al modo de una “A” invertida.[6] Con el tiempo se fueron simplificando, de tal manera que quien no tenía el referente inicial no establecía esa conexión. Luego hubo una especie de abstracción o de ampliación del símbolo gráfico para aplicarse a otras situaciones, así un caballo representaba la velocidad y una boca significaba el hambre. Las arcillas sumerias donde las cuñas se aplicaban implicaban cierto nivel de abstracción, mientras que los papiros egipcios permitían una pintura a pincel más expresiva o exacta al modelo inicial. Cuando se unían dos símbolos resultaba viable generar una representación que no se relacionaba con ninguno de los dos originales, sino con el sonido resultante de la unión de ambos, así se comenzó a perfilar una escritura por sonidos. Los egipcios de modo parcial hicieron un uso fonético de símbolos aplicados a sílabas y combinaciones con imágenes jeroglíficas. En opinión de Asimov la escritura egipcia siguió ligada al sacerdocio, por eso les llamamos jeroglíficos[7] y ellos preferían un sistema complicado que mantuviera marginados a los legos. Pero los comerciantes cananeos tenían más necesidad de comunicar entre pueblos distantes y hasta con variaciones de lenguaje, por lo que se inclinaron por un sistema más sencillo y fácil de aprender. “Algún comerciante cananeo, un genio anónimo, decidió aplicar la idea de hacer que
los símbolos representasen el sonido inicial, como hacían a veces los egipcios, y usarlos
con exclusividad. Así, la palabra cananea para «buey» era «'aleph»”[8] Y descubrieron que bastaban 22 signos para representar todos los sonidos útiles de su idioma. Además en la lengua semítica bastaban ternos de consonantes para identificar una palabra y por el contexto se deducía qué vocales emplear.[9] Al parecer la invención del alfabeto fue única, y los rastros más antiguos están en Ugarit un poco antes del 1400 a.C., en la región fenicia, por tanto se considera que ese pueblo cananeo fue su creador.
El alfabeto fonético se expandió en la periferia, tal como demuestra la aceptación entre los griegos que la escritura provenía de los fenicios, atribuida al personaje legendario Cadmo.[10] Hubo una diferencia: los griegos no podían prescindir de los sonidos vocales, por lo que emplearon algunos de los signos recibido para usarlos en vocales.[11]
Tras la muerte de Akenaton sucedió un periodo de anarquía interior en Egipto y el Canaán recuperó su independencia. Luego vino una larga guerra entre egipcios y la nueva potencia hitita que terminó dividiendo el territorio después de muchas guerras, pactando una pacificación hacia el año 1283. La ciudad de Cadesh se convierte en baluarte hitita y establece la frontera que contiene el dominio egipcio.
Y en el periodo posterior corresponde a la llegada de los judíos legendarios, como tribu de Jacob. A este grupo de les llama "hijos de Israel", pero Asimov señala que no hay indicios históricos que correspondan a su procedencia de Egipto, aunque podría haber relación con la derrota y expulsión del reino de los hicsos en el Delta del Nilo.[12] Algunos pueblos se consideraban parientes por el lado de Abraham aunque no parte de las 12 tribus, como los Edomitas considerados descendientes de Essaú, hermano de Jacob, y los de Amón y Moab, de Lot sobrino de Abraham. Pero de esos otros pueblos hebreos no hay un testimonio directo para saber cómo se consideraban ellos mismos.
Los nuevos hebreos en la zona, llamados israelitas: “Alrededor del 1240 a. C., a fines del reinado de Ramsés II, los israelitas forzaron el paso del Jordán. Según sus leyendas, lo hicieron bajo la conducción de Josué”[13] Para Asimov, la descripción está idealizada, al convertir la narración en una serie de victorias israelitas sin interrupción (en las ciudades de Jericó, Hati, Gabaón, etc.) lo cual pone en duda. Establece un tropiezo provocado por una última invasión de Egipto para controlar Canaán hacia 1232 a.C., que pareció victoriosa, pero se detuvo por una invasión externa hacia el propio imperio del Nilo.
Las tribus griegas se expandieron hacia el Sur, cruzaron en dos sentidos; una rama por mar desembarcó en Libia y se unió con ese reino para una lucha frontal en el norte de África. Otra parte de los griegos se expandió por la península de Anatolia, llamados frigios, que derrotaron al imperio hitita y se expandieron desde el Norte.
Los egipcios llamaron a los invasores “los pueblos del Mar” y la defensa en el Norte de África resultó tan costosa que sus fuerzas militares se retiraron de Canaán. Para Asimov ese fue el periodo preciso que permitió la conquista de los israelitas en Canaán como una última oleada de pueblos de la misma raíz hebrea.
Muy pronto otra rama de invasores griegos tomó la isla de Chipre y desembarcó en Canaán, pero con la mira puesta en Egipto; donde el nuevo faraón Ramsés III, los terminó rechazando con gran costo, hacia 1185 a.C. A partir de ese periodo, el reino egipcio dejó de aspirar a la expansión. Una parte de los pueblos griegos, aunque son repelidos por Egipto, establecen ciudades en la costa al Norte del Sinaí, en la región de Canaán; siendo llamados filisteos (philishti) que es la raíz etimológica de “palestino”.[14] Para los israelitas recién asentados en Canaán los filisteos se convirtieron en su frontera Sur, con cinco ciudades principales, mientras los fenicios se convirtieron en su frontera Norte, liderada por Tiro.
Tras el asentamiento de los hijos de Israel en Canaán se definen las 12 tribus, que para Asimov, puede contener un componente simbólico (por el número), señalando que la mayoría al Norte sí forman una confederación, pero que al Sur queda Judá con Simón (asimilado por la primera) y “Judá era un caso especial. Ocupaba la parte más meridional de Canaán, la zona más árida y menos desarrollada del territorio. Los de la tribu de Judá se mezclaron con las familias cananeas de la región, y aunque Judá y Simeón figuran entre los hijos de Jacob en la Biblia, esas tribus nunca formaron parte realmente de la confederación israelita.”[15] De nuevo opera de la preponderancia en base a una geografía adversa, formando un carácter más combativo.

3. Israel

Este periodo Asimov lo comienza con la llegada de las tribus, que en la Biblia corresponde al periodo de Jueces, que era el título para los líderes antes de los “reyes”. La opinión sobre la interpretación bíblica es como de 1450 a.C., pero Asimov la considera exagerada y propone que comenzó hacia el 1200 a.C. y que el periodo tribal duró menos de siglo y medio. Los invasores israelitas contaban con costumbres más rústicas y sencillas que desconfiaban del ritual cananeo local, que sofisticado en las ciudades, a los rurales les pareció sospechoso. Hubo división religiosa entre los grupos previos cananeos politeístas y los israelitas monoteístas.
Sobre el nombre del dios único cito completo: “El nombre del dios israelita se escribía con cuatro consonantes: YHVH. Las vocales no se indicaban, y como los israelitas posteriores preferían no usar el nombre por razones supersticiosas, no se sabe con certidumbre cuáles eran las vocales. Posteriormente se usó el nombre «Jehová», que —casi ciertamente— es erróneo, y los sabios modernos prefieren el nombre «Yahvéh».”[16]
“Durante el primitivo período tribal, la tribu más fuerte era Efraim y su centro de culto más venerado estaba en la ciudad de Siló, situada a unos 30 kilómetros al norte de Jerusalén.”[17]
El periodo del asentamiento tribal coincidió con la difusión de la tecnología del hierro, que hizo armas más fuertes, dando ventajas estratégicas a quienes las poseyeron primero.
Los llamados Jueces es un periodo de la historia de Israel marcado por un liderazgo más horizontal, precede al periodo de Reyes. Entre los primeros llamados reyes de las tribus de Israel están Gedeon y Jefte, y éste último es el del relato de “schibbolet”.

Los filisteos poseían armas de hierra y lograron ciertas conquistas sobre las tierras de las tribus israelitas. Incluso les arrebataron el Arca de la Alianza cuando estaba en Siló. Luego Saúl encabezó al grupo judío que, con el tiempo, logró sacar a los amonitas o filisteos de sus zonas, y fue proclamado rey hacia el 1020 a.C. Con él la zona de Judá quedó bajo dominio israelita, aunque al final de su vida fue derrotado por los filisteos y terminó suicidándose.[18]

4. Israel-Judá.

El hábil militar y con talento diplomático, David convenció a los ancianos de Judá para que lo proclamaran rey, aunque no era el legítimo sucesor de Saúl. Él se fortificó en la pequeña ciudad de Hebrón; siendo su posesión territorial pequeña, rodeada de los filisteos. Al parecer la fortuna sonreía a este pretendiente, pues “dos funcionarios de Isbóset asesinaron al rey israelita y llevaron su cabeza a David.”[19] Y luego de gobernar Judá sonrió más la fortuna, “En 991 antes de Cristo, además de rey de Judá, se convirtió en rey de Israel.” Esto no era bien aceptado por los israelitas, pues era darle a uno de Judá la jefatura. Una decisión importante de David fue cambiar la capital a Jerusalén, donde ya había un asentamiento jebuseo antiguo. Explica motivos tácticos para trasladar la capital al Jerusalén: la dificultad para que los de Israel fueran gobernados por una nueva dinastía proveniente de Judá se facilitaba cambiando de sede del Poder, y la ciudad elegida poseía ventajas para su defensa, como murallas y fuentes seguras de agua. Los originarios de la ciudad, los jebuseos fueron conquistados por David y para Asimov, las fuentes bíblicas callaron el asunto. [20] Como sea, la elección de Jerusalén resultó crucial por milenios, convertida en centro religioso clave para 3 de los principales credos monoteístas del planeta. Las decisiones de David para ubicar el culto yahvista en la nueva capital Asimov las mira como una táctica: mover el Arca, símbolo de la religión, junto a la sede del gobierno. [21] David unió Poder y Religión bajo su mando, aunque el jefe sacerdotal era otro personaje, leal a sus designios.

Desde su nueva posición, David se lanzó a sucesivas campañas militares para opacar a los Filisteos y también para conquistar a los vecinos: Amón, Moab y Edom. Con los fenicios no peleó y, en cambio, promovió acuerdos comerciales. Este reino logró una máxima expansión para un reino israelita del periodo, lindando con Egipto y con el Éufrates. La extensión y fortaleza del reino davídico parecieron un periodo dorado e inigualable a las generaciones sucesivas; su expansión corresponde con las palabras bíblicas, por lo que a Asimov le parecen retrospectivas.[22]

Mientras Tiro había adquirido gran preponderancia en la región, basándose en su fortaleza comercial y se mantuvo como líder de los fenicios durante siglos.
Explica la usual política palaciega de sucesiones y lo que aconteció con David, cuando un hijo se adelantó en sus ambiciones, Absalón que intentó dar un golpe de Estado, que terminó muerto por el lugarteniente Joab. 
Siendo derrotadas sublevaciones e intrigas palaciegas, Salomón sucede a David y es recordado como el reino de la sabiduría. Fue un rey que privilegió la diplomacia y mantuvo las extensas posesiones territoriales que conquistó su padre, por lo cual también fue recordado como la época dorada del reino. Salomón hizo un enorme esfuerzo por lograr la magnificencia del reino en su obra monumental y su boato monárquico (la llamada “majestad” del gobernante) que también era ruinoso en lo económico, base de los problemas posteriores del reino.[23]
Explica la función política de establecer un harén enorme para un gran rey, lo cual fue puesto en práctica por Salomón, y en ello convenía contar con una “hija del Faraón”. Relata de un débil reino egipcio al norte del Nilo que requería del apoyo de Salomón, “fue Psusennes II quien buscó y recibió la ayuda de Salomón y no a la inversa”[24]. Esto significa que el matrimonio de la hija del Faraón podría ser un hecho histórico.
El rey Salomón empleó grandes recursos en los recintos monumentales, siendo el más famoso el Templo para adorar a Yahveh. “La realización del proyecto tardó siete años, y fue terminado y consagrado en 954 a. C. Iba a ser el centro del culto yahvista durante casi cuatro siglos.”[25] Al parecer, gastó más recursos en sus propios palacios y, por si fuera poco, también edificó para los dioses locales de los reinos aliados, con antiguos cultos cananeos (Astarté, etc.)
El mismo periodo fue de gran prosperidad para el reino de Tiro, donde se entronizó Hiram II. Relata los importantes avances de la navegación de los fenicios y su actividad en fundar nuevas ciudades en el Mediterráneo, donde luego surgiría la fama de Cartago y otras.
Salomón centralizó la administración y venció el tribalismo de Israel, que con el tiempo condujo hacia la llamada “desaparición” de 10 tribus, que más bien sería su fusión en un único pueblo, aunque su reinado causó descontento por los impuestos a las tribus, lo cual estalló después de su reinado, cuando lo sucedió Roboam.

5. Israel y Judá

Los pueblos de ascendencia israelita estallaron en descontento contra Roboam por los altos impuestos, y esto lo aprovechó un nuevo faraón egipcio, Sheshonk I, llamado Sisoc en la Biblia, que los derrotó con facilidad y saqueó las riquezas del Templo. El otrora gran reino se fragmentó y quedó reducido a Judá y un anexo.
Explica las diferencias religiosas después de esa decadencia del reino y cómo se fue consolidando el culto yahvista, así como la recopilación bíblica, que estaba dividida entre región norte israelita y sur de Judea, investigada por la paleografía como Documento E y el Documento J, como dos fuentes de la Biblia, base del relato final; donde la denominación E puede derivarse del empleo de “Elohim” o bien por la tribu Efraim y el llamarlo manuscrito J por “jehova” o por Judá.[26]
Por el conflicto con el norte de Israel, el reino davídico se redujo a Judá, donde la población se mantuvo fiel a esa línea.[27] La línea dinástica duró 300 años y el pasado esplendor así como el apego religioso al Templo se mantuvieron inalterados.
El reino del norte, entró en guerras y conflictos con Judá; pero no tenía una buena centralización, ni siquiera un centro religioso importante ni una capital de respeto. En el siguiente periodo fundaron Samaria, que funcionó como su capital, pero no tenía las ventajas de Jerusalén. El conflicto norte-sur duró siglo y medio con episodios variables. Al parecer durante el reinado de Ajab (casa de Omri), el reino norte alcanzó a fortalecerse, aunque la biblia los repudia por establecer los cultos religiosos de Tiro a Baal y Astarté. La esposa era Jezabel, quien obtuvo una posición de sucesión dinástica para sus hijos, como herederos en Israel y Judá, lo cual empujaba a derribar la religión de Yehováh; sin embargo, triunfó una violenta rebelión de Jehú, quien masacró a la sucesión en Israel norte y se adueñó del poder. Una hija de Jezable, sobrevivió y gobernó sola Jerusalén unos pocos años, fue Atalía que no era de la casa de David ni hombre lo cual es en sí mismo notable. [28]
En 836 a.C. una conspiración presentó a un bebé argumentando que era un sucesor legítimo de David, en base a lo cual el jefe militar Joyada logró derrocar a Atalia y restablecer la línea davídica.
El reino Israel norte predominó sobre Judá, pero no logró estabilidad en las sucesiones dinásticas. Hay una sucesión de interés en Judá, pues el rey de Judá “Amasías, cayó víctima de un golpe del ejército, como su padre, y en 769 a. C. fue asesinado. Le sucedió en el trono su hijo Azarías, más conocido por otra versión de su nombre: Ozías.”[29]
Al parecer, en ese reinado se consolidó la independencia del sacerdocio del Templo, representado por la leyenda de la lepra sufrida por el rey a causa de una usurpación en el ritual.[30]  

6. Judá

La sucesión de Israel norte trajo un reinado débil y cometió el despropósito de invocar la ayuda de los Asirios, que se volvieron intervencionistas y predominantes. Los Asirios derrotaron al reino de Siria, que perdió su independencia, y además introdujeron un método de deportaciones masivas, en especial de las noblezas locales. Las deportaciones masivas involuntariamente contribuyeron a que el arameo se convirtiera en un idioma internacional para esos pueblos.[31]
Tras la intervención directa de Asiria, los opositores convocaron a Egipto, que no pasaba por su mejor periodo, pero sí comenzó una política de intervención mediante diplomacia y reparto de dinero, para fortalecer la oposición judía contra los asirios. Una rebelión del reino de Israel desafió a los asirios, quienes sitiaron a la capital Samaria durante tres años, hasta que la doblegaron en 722 a.C. bajo el mando de Sargón II; así, desapareció el reino de Israel (norte) para siempre y deportó a unos 27,000 distinguidos rumbo a la región de Kerbar, la capital Asiria. Quizá eso dio pie a la leyenda de las 10 tribus perdidas, pues desapareció el reino sin recuperarse ya jamás.[32]
En 715 a.C. subió al trono Ezequías, periodo en que los libros de la Biblia comenzaron a tomar la forma presente. Durante su reinado Asiria se expandió y emprendió campañas de conquista; Judá se rebeló y sus fuerzas quedaron aisladas en Jerusalén, entonces el rey judío ofreció tributo y doblegarse; más preocupados por otros desafíos los gobernantes asirios aceptaron la humillación, pero dejaron sobrevivir a Jerusalén y al débil reino de Judá. La sobrevivencia del pequeño reino y su Templo sería enorme por la referencia que se mantuvo por los siglos.
Los siguientes gobernantes de Judá se mantuvieron fieles a los asirios que triunfaban sobre Egipto y otros grandes reinos, pero hacia 627 a.C. con la muerte de Asurbanipal, comenzó la decadencia y los dominios se fueron liberando el reino asirio. Cuando el reino egipcio se aventuró hacia el Norte, para adquirir nuevos territorios el rey de Judá se interpuso, dio batalla en Meggido y perdió. El faraón Nekao sometió al reino de Judá a tributo, pero pronto Nabucodonosor del reino caldeo sucesor de Asiria, retomó la iniciativa para someter a la tierra de Canaán. Los reyes de Judá, como Joaquím y su hijo Joaquín evaluaron mal aliándose a Egipto, por lo que Nabucodonosor los derrotó con facilidad y sitió la capital.
Jerusalén fue tomada por segunda vez, pero ahora Nabucodonosor... Saqueó Jerusalén y destruyó el Templo hasta los cimientos, 367 años después de que fuera consagrado por Salomón. Más aún, cuando Sedecías fue capturado… lo hizo cegar e hizo ejecutar a sus hijos. Sedecías fue el vigésimo primer rey de la dinastía davídica… y el último. La dinastía llegó a su fin 427 años después del ascenso de David al trono.”[33]

7. El judaísmo

Tras la derrota de Jerusalén, la destrucción del Templo y el exilio babilonio se podría suponer que el pueblo judío y su religión se disolverían, como sucedió con tantos pueblos antiguos, pero no sucedió así. Ese fue el “milagro”, la conservación de una identidad y su religión a pesar del exilio; ayudados porque Nabucodonosor fue un rey ilustrado, que no los obligó a abjurar y les dio facilidades para prosperar en las nuevas tierras. Para tal propósito sirvió la nueva Biblia conservada “un número considerable de los exiliados siguió siendo tenazmente yahvista. El
hecho de que pudieran hacerlo en el exilio y aún después de la destrucción del Templo
obedeció, en parte, a que tenían ejemplares del Libro de la Ley”[34] Para Asimov durante ese periodo se integraron muchas leyendas babilónicas como el Paraíso, el Diluvio y la Torre de Babel.[35] Mediante la narración de Abraham los judíos vincularon de manera explícita su pasado y el de los babilonios al remitir a Ur esos orígenes. A partir de ese periodo Asimov considera que ya hay propiamente.[36]
Nabucodonosor intentó conquistar Tiro, pero la ciudad se defendió con fiereza y eficiencia durante 13 años, hasta que el desgaste mutuo llevó a un acuerdo, que se pactó en 574 a.C. La sangría de la larga guerra implicó que Tiro dejó de ser una potencia, siendo que su relevo quedó pronto en Cartago como principal ciudadela fenicia. 
Al imperio caldeo lo remplazó el persa al mando de Ciro el Grande, un personaje muy elogiado en la tradición judía porque permitió el regreso del exilio y a partir de esto se marca la construcción del Segundo Templo. En ese mismo periodo surge un cambio de concepto religioso entre los judíos, destaca que se enfatiza que Yahveh es un dios universal, ya no solamente de los judíos o mejor que otros dioses, sino el único, el auténtico llamado al monoteísmo estricto.
Señala los diferentes grupos que divergían de los judíos que regresaron, como las contraposiciones con los samaritanos, nabateos, edomitas, filisteos… los cuales resentían un “imperialismo judío”[37]. Los nabateos, una tribu árabe, fundaron Petra y prosperaron. Los edomitas se desplazaron y fueron recordados como Idumea. 
El Segundo Templo fue impulsado, por grupos judíos pero no todos estaban de acuerdo. Un profeta, Zacarías apoyaba a Zorobabel, incluso como sucesor de la casa David (a lo que aplica el término mesías).[38] Pero el personaje desapareció de la Biblia, incluso pudo ser reprimido por los persas. Después Darío terminó permitiendo la construcción del Segundo Templo y se concluyó en el año 519 a.C.  Comparado con el original y las expectativas este Templo de Zorobabel resultaba “muy pobre” y sin esplendor.[39]
Tras el retorno a Judea, se personifica en Esdras la radicalización de las costumbres judías y su fervor religioso, cuando la observancia del sabbath adquirió valor, los judíos se separaron racialmente y quedó enfatizada la circuncisión como una diferencia. La tendencia fanática de Esdras integró un discurso que sobrevivió como ortodoxia judía, incluyendo una intolerancia religiosa que fue “heredada por el cristianismo y el islam”,[40] la cual resultó en tragedias, de las cuales las víctimas fueron también los judíos.
Nehemías obtuvo el trono de Judea, entonces un reino empequeñecido y sometido a los persas. Nehemías había sido parte de la corte persa, con cargo de “copero” del rey Artajerjes I, quien le consintió fortificar Jerusalén. Las murallas de la ciudad fueron levantadas de nuevo y se permitió una fortaleza interior, para disgusto y temor de sus vecinos, tarea completada en 437 a.C.
La religión persa es dualista y con un atractivo dinámico por la lucha de dos polos, a partir de ella se deriva el concepto de Satán como personificación del mal. Este personaje Satán como el adversario aparece por primera vez en los libros bíblicos escritos durante la dominación persa, que son Crónicas y Job.[41]

8. Canaán contra Grecia

El rey persa Cambises logró la conquista de Egipto hacia el 530 a.C. Su hijo puso los ojos en dirección de Europa, enfilándose a enfrentar a los griegos, para lo cual contó con la colaboración de clave de los fenicios y sus colonias descendientes. Aximov llama movimiento tipo “cascanueces” a la coincidencia de eventos de la lucha de persas y cananeos (en especial cartagineses) contra los griegos. Este conflicto comenzó con Darío I terminó con sus sucesores. El relato comienza con la rebelión de Mileto, colonias griegas en Asia, y luego vienen las invasiones persas de las Guerras Médicas. Las ciudades griegas en Asia fueron derrotadas con facilidad, pero las invasiones a la Península Griega tropezaron con una vigorosa resistencia. La primera invasión fracasó, con la batalla de Maratón. El sucesor persa fue Jerjes I, quien armó una invasión más robusta. Los sucesos del año 480 a.C. los mira Asimov como un doble enfrentamiento entre fenicios y griegos en movimiento de cascanueces. “se iba a librar una decisiva batalla terrestre en Himera y, casi al mismo tiempo, una decisiva batalla naval en Salamina. Según leyendas posteriores de los griegos, ambas batallas se libraron el mismo día: el 20 de septiembre de 480 a. C. “[42] En Salamina el contingente marítimo de Persas y Fenicios era numéricamente superior, pero no en técnicas militares y bravura; incluso la superioridad numérica en el mar se volvió una dificultad para maniobrar y dar un frente eficaz, al final, la flota persa-fenicia fue destrozada, frustrando la invasión terrestre que se quedó sin flanco marítimo. Por su parte, los griegos en Himera comenzaron ganando con una treta de su típica astucia, pues sorprendieron disfrazados al general Amilcar (el primero) de los cartagineses y lo mataron al engañarlo cuando preparaba un sacrificio para los dioses griegos.[43] Luego la batalla terrestre de Himera, en la isla de Sicilia, también fue otra victoria aplastante para los griegos.
Las guerras que siguieron entre cartagineses y griegos de Sicilia fueron notables por sus técnicas, aunque confusas por el antecedente de nombre de los generales Amilcar y Anibal (los primeros antecediendo a los legendarios de apellido Barca, que desafiaron a Roma). Por parte de los griegos fueron notables los avances en la técnica bélica, por ejemplo, la catapulta[44]. Además hay un notable caso del líder Timoleón que fue un antecedente de los personajes del tipo libertador nacionalista, quien agrupó y apasionó a los griegos sicilianos para vencer a los cartagineses, vistos como invasores extranjeros.[45]
En ese periodo surge la nueva potencia griega materializada en Macedonia. Mientras Persia seguía siendo el gran imperio, Filipo II fortaleció a su país e introdujo una nueva técnica militar mediante el perfeccionamiento de la falange. Hacia 338 a.C. Filipo II fue reconocido como el líder de Grecia, con excepción de la orgullosa Esparta, antes la ciudad dominante, aunque en 336 murió asesinado y le sucedió Alejandro, quien pronto adquirió la fama del mejor general de todos los tiempos y su adjetivo de “Grande”.
En 334 Alejandro penetró a Asia Menor y en brillantes batallas derrotó a los ejércitos persas que se retiraron hacia la región del actual Irak, abandonando las zonas de Anatolia y Canaán. Las ciudades terrestres de origen fenicio se sometieron sin chistar a Alejandro, pero Tiro se le resistió y en 333 a.C. fue sitiada, pero entonces se ubicaba como una isla próxima a la costa, por lo que el conquistador debió construir un malecón durante ocho meses para dar alcance a las murallas. En 332 a.C., después de nueve meses cayó la orgullosa Tiro, por primera vez en su historia; hubo una gran destrucción y jamás recuperó el antiguo esplendor.  De manera brevísima Asimov resume la conquista siguiente y la muerte de Alejandro, pues le interesa la sucesión para los fines del texto.

9. Grecia triunfante

Alejandro Magno con su muerte temprana dejó a varios generales muy capaces que se disputaron el inmenso imperio que conquistó y se estableció un larguísimo conflicto de intereses, con guerras y estrategias según soplaban las ambiciones y oportunidades. La primera gran división que se estabilizó fue con Egipto para Tolomeo, Babilonia para Seleuco, Casandro para Macedonia y Lisímaco para Tracia (Turquía).
Para la materia del libro, adquiere relevancia el triunfo cultural de Grecia con su implantación en Asia y Egipto durante siglos. En especial, el imperio Seléucida se estableció en la mitad de la antigua Mesopotamia y mantuvo ocupaciones sobre Canaán, zona que eventualmente recibió incursiones de los Tolomeos y de Tracia. Los Seléucidas adquirieron una importancia a varios niveles. Fundaron nuevas capitales, de importancia regional fue Antioquía en Siria, que se volvió su segunda capital, por lo que a veces se le llama “imperio de Siria”. Por ejemplo, en el calendario “Seleuco fechó sus leyes a partir de 312 a. C., el año en que tomó Babilonia. Los judíos de Babilonia, naturalmente, adoptaron esta cronología, llamada la «Era Seléucida».”[46]
A su vez, la joven dinastía de Tolomeo se quedó con la parte media de Canaán, adquiriendo Judea; además los griegos reinando en Egipto se sirvieron de la población judía para equilibrar a sus élites, permitiendo un florecimiento hebraico, incluso dentro del territorio tradicional egipcio, como en la Isla Elefantina y en Alejandría.
Los judíos establecidos en Alejandría eran una importante comunidad que impulsaron la traducción de la Biblia al griego, según el relato por 70 sabios judíos “por lo que la traducción fue llamada posteriormente la Septuaginta, de una palabra latina que significa «setenta».”[47] En una leyenda de traductores, por un milagro, cada sabio tradujo con total separación e independencia, pero los resultados fueron idénticos, por lo que se atribuyó (o inventó) intervención directa de YHVH. Esta versión Septuaginta era la Biblia usada en la antigüedad, aunque las versiones modernas han acudido al hebreo para enmendar algunos errores.
Narra las audaces aventuras militares del griego siciliano Agatocles[48] quien derrotó a fuerzas cartaginesas superiores, mediante audaces maniobras, incluso invadiendo el territorio africano con una expedición inferior en número. Después de su reinado, Roma se había convertido en la nueva potencia dominante al conquistar su península y comenzar su embate contra Cartago; si bien el siciliano Pirro resistió a los romanos, ya Herón de Siracusa reconoció a la nueva potencia.

10. Canaán contra Roma 

Expone con detalle la larga lucha entre las dos potencias mediterráneas, fundamentando las razones del predominio final de los romanos, quienes basaron su milicia en ciudadanos, mientras los cartagineses se engrosaban con mercenarios. El conflicto fue portentoso, largo y sangriento, dando brillo al talento del más brillante de los generales antiguos, Aníbal Barca. En un inicio del conflicto Cartago contaba con cerca de 700,000 habitantes y un predominio marítimo inigualable; pero los romanos se fortalecieron, asimilaron a los griegos con sus técnicas y construyeron su propia flota que terminó sobrepasando a la de origen fenicio.
La narrativa comienza con el ascenso de Amílcar Barca, después se centra en las hazañas de Aníbal Barca. Resulta notable que la fuerza de Aníbal se basó en un proyecto de largo plazo, desde fortalecer una plaza en Hispania, reclutar masivamente y financiar su expedición, contando con elementos militares sorpresivos, como sus elefantes, para con audacia atacar a los romanos desde el Norte, cruzando los Alpes, en una maniobra sorprendente e inesperada. A pesar de las victorias dentro de la Península Itálica, Aníbal no doblegó a Roma y el balance militar terminó quedando en el bando latino. La batalla de Zama, en territorio cartaginés definió los términos de la victoria final,[49] y Cartago se hundió para siempre, primero reducido su territorio y desmantelado su poderío. En una venganza posterior, los romanos arrasaron a la orgullosa Cartado, siendo después desmantelada y su población muerta o dispersa.

11. Los Macabeos

Este periodo transcurre entre la conquista de Canaán por los reinos sucesores de Alejandro (entre Tolomeos desde Egipto y Seléucidas desde Asia) atravesando por la rebelión de los Macabeos, hasta terminar en la irrupción de Roma como la nueva potencia dominante. La región central de Canaán estaba ocupada entre judíos, samaritanos e idumeos que se profesaban hostilidad abierta. Para ese momento el judaísmo ya estaba bien estructurado conforme se ha conservado su cultura, incluyendo el Antiguo Testamento y sus principales creencias; sin embargo, llegó la oleada de la helenización de esa región asiática que también impactó. De manera entretenida relata sobre Josué-Jasón impuesto como Sumo Sacerdote judío, pero comprometido con la helenización de la región, por ejemplo, la creación del gimnasio y el uso de prepucios artificiales para negar la circuncisión.[50]
El rey Antíoco IV había ocupado Egipto y estaba sitiando Alejandría, pero los Tolomeo pidieron auxilio a los romanos, y luego éstos lo presionaron para abandonar, y hay un relato humillante del embajador romano colocando un el círculo sobre los pies del rey.[51] La narración señala que Antíoco IV decidió desquitarse convirtiendo en helenos a los judíos, por ejemplo, volviendo al Segundo Templo en un adoratorio de Zeus y destruir las escrituras judías, comenzando una persecución religiosa. Siguió una persecución y el primer martirologio religioso, por ejemplo, eran torturados por negarse a comer carne de cerdo. Se sublevaron y el líder más conocido fue Judas Macabeo o Judah Makkabi, supone que el sobrenombre significa “el Martillador”, siendo su familia y líderes conocidos como macabeos, y reflejados en los libros bíblicos.[52] La rebelión logró victorias importantes, como recuperar Jerusalén y su templo, lo cual marcó fechas del calendario judío como Hanuká.[53] Los gobernantes seléucidas pactan respetando el culto religioso judío, mientras terminan arrasando la resistencia independentista de los macabeos, sin embargo, surgió la oportunidad y aprovechando coyunturas, se formó un reino macabeo de Juan Hircano. Se le considera un reino macabeo que se expandió a costa de sus vecinos y para Asimov resulta importante la división religiosa en ese periodo entre los saduceos, los fariseos y hasta los separados esenios.[54]
A partir del 76 a.C. por sucesión dinástica al reino judío lo gobernó una mujer Alejandra Salomé, y quien al morir en 67, dejó hijos que se trabaron en una lucha de sucesión, para lo cual invitaron a las potencias extranjeras a intervenir: los decadentes seléucidas y los ascendentes romanos. Pronto los romanos se apoderaron de la región, en 64 a.C. tomaron Siria, la capital regional de los seléucidas, y después se apoderaron de Jerusalén, y Judea se convirtió en provincia de Roma, terminando con 81 años del reino macabeo.

12. Roma triunfante

La región quedó envuelta en un nuevo conflicto, pues el Reino Parto se había fortalecido y desafiaba a Roma, y tras triunfos iniciales alcanzó Canaán, lo cual repercutió en una lucha interna de Judea, donde partidarios de los partos tomaron el poder local. Herodes el Grande regresó a Judea apoyándose en los romanos para expulsar a sus enemigos, en el año 39 a.C. y logró su objetivo dos años después, siendo llamado Herodes el Grande; sin embargo, sus enemigos fueron numerosos y los veían como parte de un dominio extranjero, por lo que siempre tuvo problemas y al envejecer tuvo rasgos de tiranía y hasta de paranoia, asesinando a su esposa e hijos. Murió el rey en el año 4 a.C. y para confusión este rey tuvo varios hijos y nietos con distintas participaciones del reino siendo todos llamados Herodes, que se deben distinguir por su segundo nombre.
El sucesor Herodes Antipas fue cuestionado por el predicador Juan Bautista, quien fue ejecutado, sobre el cual hay una leyenda bíblica.
Un discípulo del Bautista, llamado Josue, Jesua o en su modalidad griega Jesús, predicó el amor y evitó conflictos con la autoridad, pero no notabilidad religiosa lo llevó al martirio.  Muchos judíos lo consideraron como un mesías, digno heredero del rey David, “Por ello, Jesús recibió el trato habitual que recibían los traidores según la ley romana, y fue crucificado, tal vez en el año 29.”[55] Para Asimov sus seguidores no creyeron en su muerte y dejaron sus testimonios, pero ellos eran una mínima minoría dentro de los judíos, que no pretendían llevar un mensaje fuera de su pueblo.
Sucedió Herodes Agripa, favorecido por Calígula, quien gobernó poco tiempo, muriendo en el año 44.
Como nota importante señala a Filón como el primer filósofo (en el sentido griego del término) de origen judío, que murió en el año 40.
Fue un periodo de transformaciones en las creencias, donde destaca la intervención de Saulo o Pablo de Tarso como clave para desplazar la nueva creencia hacia su difusión entre los gentiles, quienes las recibieron y volvieron un culto de arrastre. En el Concilio de Jerusalén del año 48 se discutió la interpretación de la religión sólo para judíos encabezada por Santiago, hermano de Jesús, y ganó Pablo con su interpretación gentil-cristiana.[56]
Bajo el gobierno de Herodes Agripa II, el grupo conocido como celotes se rebeló contra Roma y tomó las posiciones de Judea, logrando un triunfo inicial contra la legión local. La reconquista por el general Vespaciano resulta afamada por la anécdota de Flavio Josefo, que había sido parte de la revuelta, sobrevivió a un asedio suicida y se pasó con fidelidad al bando romano,[57] reconociéndosele como principal historiador de las “antigüedades judías”. En el año 70 Vespaciano detuvo la conquista de Judea para acudir a ganar la disputa por el trono imperial de Roma, vaticinado por Flavio Josefo. El hijo era Tito, quien permaneció para terminar la conquista y tras la toma de Jerusalén, sus soldados destruyeron el Segundo Templo.[58] En el año 71 se levantó en Roma el Arco Triunfal de Tito recordando su victoria sobre Judea, donde hay referencias históricas interesantes como la Menorah.
La ciudad de Masada quedó como un bastión anti-romano y hasta el año 73 fue tomada y masacrada. Tras la rebelión desapareció el cristianismo judío y el cristianismo se volvió por completo gentil.
En Alejandría estalló la hostilidad y los judíos fueron perseguidos, su templo local destruido y ellos dispersados.
En ese periodo, los sabios judíos produjeron la versión definitiva de su Biblia, que es llamada el “texto masorético”, que proviene de una voz hebrea que significa maestro.
En el año 130 el emperador Adriano visitó Judea y se alarmó por la devoción local, por lo que se propuso romanizar Jerusalén, construyendo templos paganos. El resultado de la iniciativa romana fue una última rebelión judía, liderada por Simón Bas Koziba que fue catastrófica y el desenlace fue que en el año 134 los judíos perdieron el control de Jerusalén durante los siguientes 18 siglos.

NOTAS


[1] Asimov, La Tierra de Canaán, p. 8. Concepto de geografía histórica elaborado por el historiador y arqueólogo norteamericano James Henry Breasted hacia 1905. En otras fuentes se usa también el término “Creciente fértil” para agrupar esa región.
[2] Asimov, La Tierra de Canaán, p. 8.
[3] Asimov, La Tierra de Canaán, p. 11.
[4]Asimov, La Tierra de Canaán, p.  16.
[5]Asimov, La Tierra de Canaán, p.  18.
[6] La escritura se inventó unos 1,500 años antes del alfabeto. Hasta que éste se inventó pudo gente no especializada aprender a leer y escribir con más amplitud. P.
[7]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 24. Traducidas como “incisiones sagradas”, pues “glifo” significó en orígenes el grabar tallando o haciendo incisiones.
[8]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 24.
[9]Asimov, La Tierra de Canaán, p.  24 “Pero ocurre que las lenguas semíticas se basan en ternos de consonantes. Cada conjunto de tres consonantes representa una idea básica y, cuando se agregan vocales, se obtienen variaciones sobre este tema básico. Las tres consonantes bastan (si se habla una lengua semítica) para captar la idea, y por el sentido de la frase, puede saberse cuáles son las vocales adecuadas.”
[10] Herodoto, Historias.
[11]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 26. “Esto puede ser un oscuro recuerdo de la época en que los hicsos fueron expulsados de Egipto, tres siglos antes. Algunas de las tribus israelitas quizá hayan estado entre los semitas que permanecieron en Egipto después de la partida de los hicsos y que fueron esclavizados por los vengativos egipcios. Pero es difícil saber qué hay de verdad.”
[12] Supone Asimov que es un recuerdo distorsionado de la expulsión de los hicsos de Egipto.
[13]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 29.
[14]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 30.
[15]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 31.
[16]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 32.
[17]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 33.
[18]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 42-43.
[19]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 45
[20] “Cómo exactamente, no lo sabemos, pues sobre este punto las fuentes bíblicas parecen haber sido mutiladas”, Asimov, La Tierra de Canaán, p. 46.
[21] “pensó en el paso siguiente para unir a su doble reino. Debía haber un culto centralizado en la capital” Asimov, La Tierra de Canaán, p. 47.
[22] La promesa está formulada del siguiente modo:
«A tu descendencia he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates» (Génesis, 15, 18); pero sólo en tiempos de David y su hijo se cumplió realmente esa promesa” p. 48.
[23] Asimov, La Tierra de Canaán, p.50, “el precio de un transitorio esplendor fue la posterior ruina del reino.” Un tema donde se observa la dificultad de la Tributación y el problema de la ruina sin base económica.
[24] Asimov, La Tierra de Canaán, p. 50-51
[25] Asimov, La Tierra de Canaán, p. 51.
[26]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 56.
[27]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 57. La región de Judea “permaneció bajo la dinastía davídica y, con Asa, era la cuarta
vez que el hijo sucedía al padre.”
[28]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 62. La reina Atalía “Durante un período de seis años, de 842 a 836 a. C., gobernó sola, y éste fue el único período de toda la historia del Reino de Judá en que no ocupó el trono un miembro de la dinastía de David.”
[29]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 66.
[30]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 67. El yahvismo se mantuvo independiente del rey, mediante el sacerdocio, desde entonces.
[31]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 70. “los sirios fueron dispersados por el Imperio, llevando su lengua con ellos… Desde el siglo VIII a. C., el arameo se convirtió en una especie de idioma internacional del Asia occidental e iba a seguir siéndolo durante trece siglos.”
[32]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 71.
[33]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 79. Aquí es donde Capt retoma la leyenda de la piedra Scota, como parte del legado de la hija de Sedecías que huye, siendo que terminaría la piedra del trono en Irlanda o Escocia. Capt, El templo de Salomón.
[34]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 80.
[35]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 81.
[36]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 82. “A partir de ahora, pues, hablaré del «judaísmo» para referirme a la creencia yahvista dominante”.
[37]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 86 “Amón y Moab estaban al este del río Jordán y el mar Muerto y en la proyectada reconstrucción del Templo sólo vieron un recrudecimiento del imperialismo judío.”
[38]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 87.
[39]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 87.
[40]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 88.
[41]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 89.
[42]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 93.
[43]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 93-94.
[44]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 96.
[45]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 98. “Astutamente, se convirtió en el centro del patriotismo griego” Resulta de gran interés para el estudio de los nacionalismos primitivos o protonacionalismos.
[46]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 106.
[47]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 108.
[48]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 110-111.
[49]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 126. “Esta vez era Escipión contra Aníbal, y la batalla final se libró el 19 de octubre de 202 a. C. en Zama, ciudad situada a unos 160 kilómetros al sudoeste de Cartago.”
[50]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 132.
[51]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 133. “Atónito, Antíoco pidió tiempo para considerar la cuestión. El romano trazó un círculo alrededor del rey y dijo: «Decídelo antes de atravesar este círculo.» Antíoco no osó enfrentarse con Roma.”
[52]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 134. “se trate de pura historia como en el caso de I Macabeos, de historia dramatizada como en II Macabeos o de ficción como en III Macabeos, recibieron todos este nombre.”
[53]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 136. “Todavía hoy los judíos celebran el aniversario de la consagración del Templo en 165 a. C.: es la fiesta de ocho días de la Hanuká («dedicación»).”
[54]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 141. “había pequeñas sectas ascéticas, la más conocida de las cuales era la de los esenios. (El origen de la palabra es incierto, pero puede provenir de una voz que significaba «curador», quizá porque algunos de ellos eran considerados tan santos que curaban las enfermedades por el tacto)”
[55]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 150.
[56]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 154.
[57]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 158.
[58]Asimov, La Tierra de Canaán, p. 156.