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domingo, 27 de septiembre de 2020

¿QUÉ ES A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO?

 



 

Por Carlos Valdés Martín

 

En la antigua abadía, entre piedras oscurecidas por los siglos, perduró un relieve notorio, y lo trazó el cincel de un cantero anónimo, quien colocó unas siglas y marcó unos puntos después de cada letra. La costumbre de los canteros para dejar huella discreta en sus tareas quedó desde época de los faraones y de los túneles que alimentaron la Jerusalén de Salomón. El artífice nunca desea despedirse de su obra, cuando la mira hermosa o esforzada, y entonces deja su marca.[1]

 

Extraer una roca inmensa de la cantera, con instrumentos rudimentarios. ¿Para qué? Arrastrar una mole de granito con esfuerzos sobrehumanos. ¿Para qué? Tallar roca dura hasta desaparecer la grieta y la aspereza, convirtiendo la materia más burda en un paño de tersura ¿Para qué? Los esfuerzos se repiten y bajo tanto esfuerzo sin queja ni lamento hay un motivo sobresaliente.

 

Sin un motivo auténtico, cualquier esfuerzo abruma, cualquier trabajo agobia y el final no se gratifica. Los masones antiguos resultaban además bastante sofisticados, como grupo cerrado elaboraban sus lenguajes y las siglas eran una manera de cohesionarse. En esa abadía se conservan las siglas UAGI, que por el predominio del latín para las tareas piadosas se interpreta como Universi Architectonis Gloriam Ingentis.

Asimismo, para el gremio antiguo el individuo permanecía integrado al grupo, por lo que una firma era traza colectiva y patente de que existía la colectividad.  

Los siglos han pasado y en la masonería de habla hispana se usa la expresión ALGDGADU para sus manifiestos y tenidas Blancas, la cual se lee en público como A la gloria del Gran Arquitecto de Universo. La expresión señala devoción, con un sentido de espiritualidad que la posmodernidad ignora y que vale recuperar en su exacta dimensión. Además, para los estudiosos las divisas masónicas poseen una especial importancia pues no implican un gesto personalista, sino un rasgo del colectivo, “Pues en la Masonería la divisa tiene carácter colectivo; no es personal e intransferible. Es el elemento de identificación de un grupo”[2]

 

Entre los amigos agrada que en público la institución masónica manifieste esa elegancia y sentido devoto, que expresa altas miras y la búsqueda del perfeccionamiento. Las divisas y lemas en la masonería poseen un sentido preciso para el público, por lo cual vale dar una explicación. Adelante se aclarará qué es “gloriar” y “a la Gloria”, de tal manera que en presentación pública sea diáfano el sentido de las palabras. Por lo mismo, quedará claro el sentido tolerante y universal de la expresión “el Gran Arquitecto del Universo”, para evitar confusiones y mistificaciones.

 

Todos dedican…

Las obras merecen una “dedicatoria”, que brinda homenaje al patrocinador, a quien  inspira o da recursos.  Por pereza o acto automático los visitantes acostumbran saltarse las dedicatorias, sin embargo en las breves palabras de una dedicatoria se descubren cuestiones interesantes. En las obras públicas se acostumbra homenaje al gobernante, y esto no es porque coloque ninguna piedra, sino porque “encarga” la edificación.[3] En la obra de arte el criterio varía más y su autor elige entre dedicarla a su mecenas, a su inspiración o a un pariente querido. Arriba apuntamos que para la masonería rotular una divisa en un edificio o un documento es meditado hondamente.

 

Homenaje de constructores

La albañilería antigua condicionada a patronazgos,[4] aplicaba dedicatorias formales y ocultaba otras dedicatorias sinceras dentro de las piedras de cada edificación.[5] Para el creador de grandes edificaciones, la obra misma representaba un homenaje, tal como se comprende en las iglesias y catedrales cuando el arte da el sentido de dedicación. Resulta imposible desconocer la devoción que animaba a los antiguos constructores que dedicaban décadas de esfuerzos para levantar cada catedral y por “décadas de esfuerzos”, en ese periodo de la humanidad, se entiende que con frecuencia era la vida entera de los individuos. Por ejemplo, la catedral de Notre Dame tardó 180 años en ser construida, aclarando que muchas veces las obras se detenían por falta de recursos o diversas circunstancias adversas, para retomarse años después. Si la vida entera se dedicaba a levantar una catedral la devoción de los masones se mostraba de múltiples maneras.  

 

La advocación en sí

La palabra advocación representa la tutela o reverencia con una figura de divinidad en sí, por lo cual los pueblos y gremios cuentan con su santo patrono, y el lenguaje de muchas regiones está saturado de palabras para reverenciar, pues así dictaba la costumbre. Lo que aquí referimos no es advocación automática sino una declaración intencionada. Mientras ciertos formulismos del lenguaje son un gesto en el cual no se piensa pues acontece en el flujo insensible de la vida, algunas frases y palabras surgen llenas de sentido. Las primeras palabras muestran un momento decisivo, el del nacimiento de una idea o una obra, así están más cargadas que otras. Por eso, la advocación suele aparecer al principio o en algún otro instante clave, como es el final o en un episodio específico, que proporciona un giro de acontecimientos.[6]   

 

Antecedente: Constituciones de Anderson

Al surgir la masonería moderna adoptó la costumbre de elevar sus pensamientos, palabras y obras al altísimo. Esta tendencia derivó del ambiente piadoso al señalar su credo general hacia la Divinidad Suprema y su gratitud en términos amplios. Pensar en un Ser Supremo implica una parte de esta ecuación, así el texto de las Constituciones señala “Adán, nuestro primer padre, creado a imagen de Dios, el Gran Arquitecto del Universo, debió tener escritas en su corazón las ciencias liberales, particularmente la geometría”[7]. Un exégeta señala que con este enfoque queda aclarado que las obras masónicas se dedican a la divinidad.[8]

 

Un breve capítulo

Bajo el título "A su ‘Gloria’", Lavagnini explica el sentido de ese gesto, dando una expresión clara y sencilla sobre qué significa una dedicación de esta naturaleza. Señala “La Masonería hace constantemente sus trabajos a la Gloria del G.·.A.·. Así también lo hace cada masón, en su actividad cotidiana, sin cuidarse de la comprensión, aprobación o reconocimiento de los hombres y de la compensación de sus esfuerzos, buscando primeramente realizar la Gloria o expresión del Principio Divino en él.”[9]  ¿Quién es ese personaje que mira hacia los cielos? Es la metamorfosis del Romeo en el drama, cuando descubre su pura pasión tras una sola mirada sobre Julieta; los románticos le llamaban “transportación”, ese arrebato que saca de sus casillas ordinarias para alcanzar las nubes de la aspiración.

 

Holy to the Lord

Gran parte de las tradiciones de los constructores se reinterpretaron desde el idioma inglés, con una estructura más sencilla y versátil cuando lo comparamos con las lenguas romances, derivadas del latín. La frase más típica sobre la dedicación divina de las obras fue “Holy to the Lord”, una frase clave que es traducida de diferentes maneras, que aquí nos da la clave para la continuidad entre los rótulos típicos de construcciones cristianas o piadosas, con los términos usuales de la masonería. El origen bíblico con facilidad se remonta a los Mandamientos del Moisés, cuando se encargó que el séptimo día fuera separado de los demás. La orden revelada fue dedicar un séptimo día de la semana “holy to the Lord”, el día del Señor Dios, interpretado secularmente como día de descanso. En el Antiguo Testamento es el día de la devoción, cuando el pensamiento, palabra y obra queda consagrado por tanto implica retirarse del mundo y entrar en una dedicación sagrada. En este caso, estamos analizando el término “a la Gloria”, que equivale a consagración, por tanto el término “holy”, sí aplica, pues lo “santo” ya ha quedado glorificado e implica una gloria.

 

La etimología de Gloria

De las definiciones del diccionario RAE para la palabra Gloria aplica la primera “1. f. Reputación, fama y honor extraordinarios que resultan de las buenas acciones y grandes cualidades de una persona”,[10] considerándola lo suficiente adecuada para este caso. El dirigir los trabajos A La Gloria Del… implica la máxima intención para que las tareas sean lo más elevadas. Ubicados al principio de una obra desconocemos el resultado (anclados a un presente que anticipa un resultado) y entonces se afirma un propósito máximo; esto es subjetivo, pues marca la intención. 

Bajo la anterior definición la “gloria” es un sustantivo, pero cuando una actividad eleva los trabajos ALGDGADU, entonces emerge la forma activa y en modalidad de verbos, que su correspondiente son “gloriar” y “glorificar”, siendo este segundo el verbo más utilizado actualmente.[11] En fin, el sustantivo Gloria se convierte en verbo “Gloriar” y “Glorificar”, cuando resulta en acción. Y del verbo “gloriar” sus dos significados principales de diccionario describen bien a lo que se hace en masonería: “1. tr. Hacer glorioso algo o a alguien que no lo era. 2. tr. Reconocer y ensalzar a quien es glorioso tributándole alabanzas.” Entonces el propósito es convertir algo en glorioso y específicamente se dedica al GADU.[12]

 

El “objeto” gramatical es el Gran Arquitecto

La parte principal de la dedicatoria está contenida en el “Gran Arquitecto”. Si bien “grande” es un adjetivo, la manera en que se coloca implica una definición inseparable, pues dejar en solitario “Arquitecto” implicaría al plano humano, que no es el terreno de la frase. El método de Aristóteles para clasificar con su “género próximo y diferencia específica” surge aquí: la afinidad de Dios con la actividad arquitectónica, al calificarlo de Arquitecto, y su diferencia específica con el término “Gran”.   

 

La palabra “Gran” es un apócope, es decir, una contracción de la voz completa “Grande”, que es un adjetivo de tamaño y jerarquía para destacar al Principal. En este caso, se utiliza “Gran” como una caja de resonancia infinita para señalar hacia el Principal entre todos los principales, desbordando cualquier tamaño e imaginando un infinito. El concepto de inmediato nos transporta hacia el único “Gran Arquitecto” y sabemos que contempla la Divinidad suprema, bajo alguno de los conceptos monoteístas.

 

El remate de la frase es “del Universo”, lo cual nos guía hacia las extensiones de los espacios siderales. Ahora bien, el concepto mismo de Gran Arquitecto como Dios indica un plano superior y éste se complementa con la extensión máxima, señalando la amplitud material del Cosmos. ¿Qué es ese Universo de la frase? Es todo lo existente, hasta sus confines más lejanos descubiertos y hasta por revelar, incluye el mundo y también el trasmundo por implicar su aspecto místico.

 

Significado máximo o supremo de “Gloriar” al GADU

Aunque aquí vamos a dar un paso atrás, resulta necesario porque   ALGDGADU es una frase completa y el sustantivo “Gloria” siempre aparece en este contexto porque su fuerza adquiere mayor precisión. Respetando las creencias individuales, aquí destaca la condición suprema de la intención: glorificar (la máxima alabanza o contribución) al Ser Supremo del Universo (la materia en toda su extensión). Esto implica una triple maximización: de la intensión en acción (la subjetividad de actuar lo Máximo), dedicada al Ser Divino (lo Máximo en devoción, en tanto Origen y Destino) y ligado a la extensión Máxima, que es el Universo (su materialidad evidente). Resulta un planteamiento de máximos potenciales:[13] la Intención superior (el Gloriar), el Ser Personal Supremo (tu Dios) y el Ser Material Máximo (el Universo). En otros términos, se unifican tres polos en su tensión suprema: Acción particular (por su intención de contribuir o reconocer de modo glorioso), el Ser Personal y la Materia Extensa. Habrá quien recordando nuestra limitación y en el espacio tiempo nos señale que resulta imposible alcanzar tales alturas, pero aquí contra-argumento, que la intensión más alta abre la ruta para el logro, sin que exista pretensión pues el resultado no está garantizado.[14] La historia de la masonería, conforme se conoce, muestra esa tensión interna para buscar los máximos de espiritualidad, conocimiento y realización. En ese sentido, la masonería aspira a ser un arte y por eso se le llama también “Arte Real”.[15]

 

Conclusión sobre ALGDGADU

La frase sintetizada de A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, mediante la sigla ALGDGADU, es mucho más que una demostración piadosa del gremio constructor, que fue difundida por la masonería creyente. Analizado con detenimiento es mucho más que una fórmula, expresando un logro de la intensión y ubicación del “método” entre los librepensadores, conforme formula una precisa disposición. Que la masonería a lo largo de la historia haya resultado semillero de líderes está implicado en esa frase, que tensa la intensión hacia lo más positivo, apuntando hacia el máximo objetivo con la mayor extensión posible. Si agregamos que la masonería promueve la tolerancia, al aceptar a los individuos de todas las religiones y favorecerlos respetando sus diferencias, entonces comprenderemos la variedad de personalidades que han transitado por las organizaciones masónicas. Lo anterior no implica que los masones sean mejores que los demás, sino que se impulsan en un sentido positivo, la semilla  está en la intención y queda a cada quien la ardua tarea de convertirlos en hechos. Que la cuerda de la lira esté tensa no significa que se interprete la música sublime, pero sin esa cuerda con la tensión precisa no saldrá sonido melodioso, deleite del espíritu.

 

 NOTAS:



[1] Incluso desde la mano pintada en la caverna de Altamira apunta en ese mismo anhelo. A. Houghton Brodrick: La Pintura Prehistórica.

[2] Ferrer Benimelli, José A. Divisas y emblemas masónicos.

[3] El Estado en sí acapara —tramposamente— la atribución de la obra pública, generando una ilusión de edificador universal, que sustituye a los obreros materiales. Este proceso se comprende bajo el fenómeno de la enajenación, donde el productor pierde la autoría en favor de un poder ajeno. Lo cual motiva que el observador omita tal enajenación y avizore directamente la obra saltándose un homenaje que posee mucho de distorsión e hipocresía. Véase, Marx La guerra civil en Francia.

[4] El patrocinio medieval resulta complejo, conforme a su sistema de jerarquías parciales y dualidad de poderes entre el eclesiástico y el terrenal. Pirenne, Historia económica y social de la Edad Media.

[5] Fulcaneli, Las catedrales filosofales.

[6] En la literatura hay un episodio intermedio que implica un nudo de la trama o clímax donde el conflicto adquiere peculiar tensión. En general, durante los procesos de lucha hay esos cambios de tendencia, esas torsiones de la curva, que enfilan hacia el desenlace.

[7] Anderson, Constituciones de 1723. “ADAM, our first Parent, created after the Image of God, the great Architect of the Universe, must have had the Liberal Sciences, particularly Geometry, written on his Heart”

[8] “así dice en su primer párrafo, la primera parte y más importante de las Constituciones de James Anderson, de 1723, a cuya luz debe considerase el resto de la misma.” Corvalan, p. 2. Principio del GADU.

[9] Magister, Manual del Aprendiz, p. 89.

[10] A su vez, proviene del latín Gloria y éste del griego, “Cloria”, que se refiere honor, esplendor, fama y abundancia. Y “Cloria” es la raíz de “Cleo-patra”.

[11] De hecho, el verbo “gloriar” suele emplearse también en sentido negativo, como vanagloria, mientras glorificar suele emplearse en sentido positivo neto.

[12] Para el compañero, también este Gloriar se puede interpretar como la letra G al centro de la Estrella flamígera, por tanto sería otro de sus significados.

[13] Se entiende que la fórmula ALGDGADU se refiere a un potencial de la intención no a una realización… En el camino hay fracasos, por tanto el resultado no resulta en Gloria alguna, sino una prueba de que no se cuenta con las herramientas adecuadas, el obrero no está preparado o algunas otras circunstancias frustraron la edificación de la obra buscada.

[14] En otros términos, la dedicatoria ALGDGADU implica la búsqueda de la perfección, en cuanto un hacer que aspira siempre hacia lo mejor.

[15] Lo cual posee también otros sentido que aquí no analizamos.

 

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