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miércoles, 21 de octubre de 2020

"CRIMEN Y CASTIGO" RESEÑA, RESUMEN Y PERSONAJES

 

 


 Por Carlos Valdés Martín

La novela Crimen y castigo se ha consagrado como una de las cumbres literarias que perdura con su intensidad intacta hasta nuestros días. Esta obra de Dostoievski (o Dostoyevski según se traduzca) provoca un intenso torbellino de emociones y reflexiones que ha provocado tantos rechazos como admiración sin límite, además de inspirar a talentos literarios y hasta filosóficos. Publicada en el año 1866 se coloca en la madurez del autor y elude las clasificaciones sencillas, aunque la penetración psicológica y la fuerza de las descripciones siempre se recuerdan.              

Panorama de la trama: La novela se centra en las luchas internas y las torpes acciones de un estudiante fracasado, Rodion Romanovitch Raskolnikov, quien vive atormentado por sus pensamientos contrapuestos a una difusa aspiración de grandeza. Asfixiado por sus ideas y emociones, caído en un ambiente de miseria, imagina que para un ser superior el cometer un crimen estaría justificado, por lo que trama robar y matar a una usurera, a la cual considera maligna. El crimen que da título a la obra, resulta más terrible y desafortunado de lo que imaginaba el protagonista, recayendo en un estado enfermizo, mientras alrededor surge un torbellino de emociones e incidentes que lo acosan (su castigo interior) hasta que termina por entregarse para purgar una dura condena.

Personaje principal y sus antagonistas: La anécdota central está surcada por otros conflictos y con cuatro antagonistas al personaje principal. Los factores explícitos son los movimientos anímicos alterados y acelerados de Raskolnikov, alrededor de los cuales hay una confrontación con los personajes antagónicos: la usurera; el juez Porfirio, el pretendiente Luzhini, y el viudo y acosador Arcadi. La usurera representa una vileza humana que abusa de los débiles y se adapta a las falsas convenciones, por lo que Raskolnikov la considera nociva y despreciable. El juez Porfirio, encarna al sistema legal policíaco y la efectividad de la culpa, personaje lleno de sagacidad y dispuesto a la hipocresía. El pretendiente Luzhini da la cara del abuso sobre los débiles y pobres, cuando tienta a la hermana Dunia, y luego alcanza el extremo de vileza cuando embauca a Sonia. El viudo Arcadi sobre quien pesan las peores sospechas de asesino y conspirador abusivo, sin embargo, sometido a una motivación compleja que lo empuja a mostrar generosidad, y que se detiene ante su última trampa. El máximo antagonista a lo largo del relato es el propio Rodion Raskolnikov y no deja de rebatirse internamente, su interior siempre está al filo del delirio y atacado en su espíritu interior por una especie de hipocondría moral, sin soportar gestos y situaciones que para los demás serían indiferentes. Él es un volcán a punto de estallar o ahogarse en su ímpetu, de tal manera que sus errores resultan de sus contradicciones; hasta que al final se redime y acepta una salida al drama en el amor de Sonia y una visión reconciliada, con tono religioso.

El ambiente externo: Queda encuadrada en San Petersburgo, bajo el imperio Rómanov, contemporáneo a la edición de la obra en el año 1866. La descripción de la ciudad y de la población se traza de modo realista, refiriéndose a sitios concretos, aunque la técnica narrativa aplica una aproximación de los sitios, resultando coincidentes los lugares que habitan los principales personajes. De igual manera hay un retrato realista de las instituciones económicas y sociales, aunque la narrativa está centrada en la vida interior, y su operación se ha señalado que es muy onírica, con un ritmo que traspasa entre la realidad y los sueños del protagonista. El clima lo marca como agobiante en lo físico por los calores, chubascos y fríos, como en lo humano salpicado de miseria y deshumanización, contrastando con la riqueza de pocos y el fondo recurrente de magnanimidad. 

El ambiente psicológico: El protagonista bordea constantemente alrededor de la locura sin que termine por ser clasificado bajo un rótulo, sus devaneos lo arrastran de la claridad intelectual y los gestos enérgicos hasta los delirios febriles y la hipocondría moral. El trazado psicológico es complejo pues el bordeo con los extremos sucede dentro da cada personaje, sin permanecer en un único tomo emocional, por lo que brinda textura y variación en las emociones, incluso en la misma escena donde cambian de posición anímica. Por lo mismo, Raskolnikov es un enfermo recurrente que oscila entre dolencias físicas (con fiebres, debilidades, somnolencia en el día, agotamiento) y las mentales (irascibilidad, parálisis, paranoias, arrebatos, obsesiones). Además el protagonista resulta extremadamente inteligente y agudo, aunque patético en lo que ahora se denomina “inteligencia emocional”, por lo que tropieza en sus contradicciones y no logra nada positivo con su sagacidad. Otro rasgo relevante es una exigencia para cumplir con altos estándares y un rechazo frenético a que le tengan lástima o él causar los males de personas amadas como Dunia, su hermana adorada.

El otro personaje masculino con evidente trastorno psicológico es el antagonista Arcadi, quien comete las peores villanías (aunque algunas quedan en sospecha o intento), sufre de alucinaciones combinadas con pesadillas, se comporta pródigo con el dinero y termina suicidándose cuando lo rechaza Dunia.

Hay otros personajes femeninos en los cuales se dibuja un trastorno mental en crescendo como con la madre del protagonista, Pulkeria, quien comienza a fantasear sin freno sobre la importancia de su hijo y termina sus días abrumada por sus ficciones. La madrastra Catalina es irascible, parlanchina y con ilusiones aristocráticas; luego enferma de tisis y agobiada por la miseria queda abrumada por un acceso de locura y, finalmente, muere.

La hermana Dunia se levanta siendo un dechado de virtudes y belleza, aunque enredada en una decisión cuestionable de sacrificarse en una promesa de matrimonio por conveniencia. Ella es el auténtico “objeto del deseo” en la trama, provocando su presencia desde frenesí filial de Raskólnikov (cuando enfurece al enterarse que ella se sacrifica para salvarlo de la miseria), hasta el suicidio del antagonista Arcadi. Su sentido de la honorabilidad, inteligencia y practicidad contrasta con el entorno donde predomina la torpeza o la inmoralidad. Su paralelismo y vínculo con el protagonista destaca y sus episodios son como una representación sana y equilibrada de las tendencias profundas que en Raskolnikov son efusiones rayanas en lo desquiciado. En la trama ella resulta premiada por el amor sincero de Razumikhin y una tranquilidad económica.

La co-protagónica Sonia es un personaje límite por su bondad y entrega que bordea en la autodestrucción, ya que su presentación comienza con su ejercicio de la prostitución, actividad explicada como un sacrificio para sostener a su familia adoptiva. La generosidad y nobleza de Sonia se colocan dentro de un límite que cuestiona la moral convencional, produciendo perplejidad por sus actos desprendidos y un fondo de culpa constante. Aunque al principio se dedica a la prostitución y termina siendo la amante incondicional del protagónico, el argumento no resalta su atractivo físico sino el emocional, pues su fondo candoroso es lo que resulta irresistible. Su vinculación con el protagonista crece de modo gradual, en una escalada de intensidad, y tras su unión de complicidad radical, la aceptación de su amor se posterga hasta que termina el relato. Ella recibe su propia redención por su nobleza que la exime de las culpas implicadas en la prostitución para el siglo XIX.

Dilemas materiales. Las presiones materiales son marcadas por los contrastes de miseria extrema, pobreza, desahogo y riqueza, aunque el drama no está centrado en una contraposición maniquea entre ricos y pobres, el contraste de la miseria con la vileza inmoral de algunos ricos marca una fuente de tensiones del relato. Además no se trata tanto de la miseria absoluta, la cual se palpa, sino la vinculación de las carencias extremas con las decisiones absurdas de los personajes. Por ejemplo, la familia del borracho Marmeladov se hunde hasta un extremo inaudito de pobreza y desesperación porque él es incapaz de detenerse; la esposa Catalina se esfuerza en vano, atrapada por sus propias fantasía de aristocracia; entonces, por el hambre física de los infantes, es que la hija mayor, Sonia, opta por prostituirse. La relación entre el alcoholismo paterno con la miseria es muy evidente lo cual atormenta a la familia entera, aunque el prostituirse es como un salvavidas durante una tormenta, siempre insuficiente ante la adversidad. 

Uno de los ingredientes de la tensión insoportable de Raskolnikov es la miseria, incrementada con una ilusión de que él sería un gran prohombre si superara la prueba de su adversidad, lo cual lo empuja a intentar una salida violenta. Sin embargo, en él es patente la paradoja de que su sentimentalismo y un aire de superioridad lo empujan a deshacerse del dinero que cae en sus manos. En la trama se evidencia que él es incapaz de gozar el fruto de un crimen por más que él se haya ilusionando creyendo otra cosa.

Dilemas éticos y religiosos. La novela está cruzada de problemas éticos que agobian al protagonista y a muchos de los demás personajes. Surge una aguda lucha entre la aspiración y la realidad alcanzada, lo cual arrastra una inconformidad, que en Raskolnikov alcanza en nivel extremo; en Sonia se convierte en una culpa por su condición de prostituta; en Arcadi lo empuja a cometer actos viles y luego a castigarse; en Dunia a ofrecerse para un matrimonio sin amor y luego a arrepentirse; a Marmeladov a emborracharse y a enredarse en una culpa patética; a la madre Pulkeria a ilusionarse en que su hijo es un triunfador; a Catalina en fantasear que tiene una familia aristocrática; etc.

El dilema clave, de manera consistente queda centrado en el asesinato y sus motivaciones, así como su vacío radical. Mientras la muerte de la usurera aparenta justificaciones por lo pernicioso de su acción,[1] el absurdo destaca porque se acompaña del asesinato de su hermana, bondadosa e inocente, Lizavetha. La jerarquía del acto criminal y oculto, invade la conciencia, la cual no encuentra una justificación. El sistema ético fracturado empuja a que el protagonista se hunda mentalmente y termine entregándose. Sin embargo, la redención no surge mecánicamente del castigo mismo, visto como encarcelamiento, sino de un perdón interno y la sustitución del “orgullo intelectual” por el amor.

La moral marcada es tradicionalista, aunque está salpicada con entretenidas explicaciones de sobre el radicalismo con propuestas de amor libre y subversión del orden. Las ideas de honorabilidad y de inocencia adquieren tintes delirantes en los personajes extremos, y en la mayoría sostienen gran vigor. Si bien, la perspectiva de Dostoievski es conservadora y hasta religiosa, su dominio y exposición de las visiones liberales y revolucionarias le da actualidad a su narrativa. Mientras la resolución del conflicto implica una aplicación de la moral religiosa tradicional su resolución resulta convincente desde el punto de vista narrativo y psicológico, al haberse agotado las demás salidas, por lo que no cae en lo “panfletario”.

Dilema intelectual. La lucha entre las ideas tradicionales y las nuevas posee una entretenida función en el relato. Como predominan personajes de clases medias, con variada instrucción, las ideas y sus confrontaciones adquieren fuerza. En particular, varias ideas sobre su actualidad y perspectivas de cambio se discuten entre los personajes, lo cual es entretenido y otorga cierta universalidad a las perspectivas de los personajes. Si bien, son otras novelas como Los poseídos y Los hermanos Karamazov donde se discute más ampliamente las nuevas ideologías, en este relato adquieren suficiente relieve. La más importante para el relato es la expuesta por Raskolnikov sobre el gran individuo y su derecho a remover cualquier obstáculo, incluyendo actos criminales, pensando en el ejemplo de Napoleón. Ese “viejo artículo” del estudiante es uno de los elementos prioritarios para que Raskolnikov provoque las sospechas del juez Porfirio. El auténtico exponente extremo de esas ideas es Andrés, el roomate de Luzhini, que recibe un tratamiento positivo pues representa la honestidad, cuando la honorabilidad de Sonia es atacada. Debido al tránsito trágico del protagonista y su acercamiento a la religión cabe interpretar la narrativa como un rebatir las tendencias de avanzada en favor de un regreso a la religión, sin embargo, Dostoievski no llega a un argumento explícito.

La motivación del crimen. La interpretación de los motivos del protagonista para realizar el crimen se ha prestado a largas discrepancias desde siempre. Las principales opciones han decantado por: 1) La miseria, por tanto una condición socioeconómica que objetivamente empuja al oprimido contra la usurera explotadora. 2) El orgullo intelectual que lo ciega temporalmente. 3) Un complejo de Napoleón o gran hombre que se desata durante su delirio. 4) Una psicología torturada desde la infancia, que inventa una venganza vicaria sobre sus sufrimientos previos. 5) Una especie de destino fatal, que le facilita cometer el homicidio durante su periodo de enajenación mental.

Mientras el evento es muy explícito y aparece muy rápido en la novela, las motivaciones siempre permanecen oscurecidas, por la proliferación de perspectivas en Raskolnikov y de sus partes persecutorias, que complican el panorama. Con facilidad se hablaría de un cóctel explosivo que empuja a un acto impulsivo de consecuencias terribles.

El proceso de culpa, paranoia y redención. Desde el comienzo la culpa del protagonista es sumamente evidente, pero tan variada en tonos y explicaciones, tan contrapuesta con sus argumentos de autodefensa y amplificada en sus momentos de vacilación que también resulta difícil de rastrear. Una parte de la culpa está en el asesinar en sí mismo, balanceado frente a la condición nociva de la usurera; sin embargo, esa disculpa fracasa cuando también asesina a la hermana. Esa segunda culpa se presenta imborrable, pues simboliza “la muerte del inocente”, en la que incurre involuntariamente Raskolnikov. Pronto el intento de evasión y lograr escapara de la justicia parece lograrse con un poco de suerte y el extraño factor del operario que se confiesa culpable sin serlo. Surge un agravante como el peso de conciencia que separa al protagonista de su familia, pues la tensión mental de disimular resulta insoportable. Quien oculta un auténtico crimen se convierte en un solitario que soporta una loza moral en sus espaldas.

De inmediato el temor de ser descubierto y atrapado empieza a configurar episodios de paranoia,[2] donde los temores hacia la policía y las sospechas injustificadas lo acorralan mentalmente. Esto se mezcla con auténtico acoso del Juez Porfirio, que lo mantiene en su mira como el auténtico sospechoso. En ese tenor el entregarse parece la única salida viable, aunque no cree el personaje en una redención por tal motivo. En la trama, la cárcel es el episodio previo que permite la redención por cambio de las valoraciones y la llegada de un amor sincero. Esto implica que el culpable que ha reconocido su delito tiene la opción de una regeneración progresiva. El recibir una pequeña cruz de Sonia simboliza que se entra en la ruta de expiación y de regeneración. El modelo de redención parece un tanto sencillo, pero convincente, ya que resulta de estar rodeado de salidas falsas que se han clausurado progresivamente. Y la narración deja claro que no es directamente el sufrimiento de la prisión lo que redime, sino un cambio de conciencia y el amor que, al final, toca a Rodion.

Retos del análisis. Un estudio contemporáneo de esta novela revela la facilidad con que recibió críticas facciosas, tomándola como ilustración de tesis políticas o teorías sociales. Una primera lectura contemporánea consideró que la novela Crimen y castigo era un ataque al estudiantado, implicando ideas anti-radicales, por lo cual era rechazada. Otra interpretación se emocionó por su descripción de los ambientes de pobreza, por tanto la miró como una crítica anti-capitalista, por más que incluye la reconciliación religiosa. Además, surgió una visión más fascinada por el triunfo de la vida en mitad de la miseria y el delirio. Luego vinieron visiones más enfocadas por la interpretación psicológica alrededor de los traumas y motivaciones inconscientes en la trama. Finalmente surgió el elogio sobre su autenticidad al analizar la condición humana bajo una mirada espléndida y contradictoria; etc.[3] Las dificultades para la valoración de la obra son variadas comenzando con la elección de un intenso protagonista que adquiere el perfil simultáneo de héroe y antihéroe, cometiendo el crimen horrible y manteniéndose bajo un continuo examen ético, realizando actos nobles y asumiendo una ruta autodestructiva de redención; siendo tan contrastada y trágica su ruta no encarna un ejemplo a seguir, sino una señal de alerta sobre extremos del alma y su entorno adverso.

Análisis de una jerarquía. La narración comienza con un volcán de emociones a punto de estallar, anunciando su catástrofe con la ruptura última de las barreras morales, con la obsesión del asesinato. El personaje está atado en un extremo, sumido en la impotencia radical, incapaz de solventar su vida y se imagina que un salto sobre el abismo le permitirá salvarse. Entre él y su objetivo hay una serie de mediaciones, que se solucionan de un modo extraordinario (por una especie de destino fatal, casi sobrenatural), pero ya alcanzado ese objetivo, Raskolnikov descubre con horror que su nueva circunstancia[4] se coloca en un nivel insospechado, saturado de culpa y aislamiento. Entonces hay que recorrer otra ruta, también casi imposible que se escinde entre una escapatoria (un salirse con la suya) y quedar atrapado, pero vislumbrando una hipotética redención. El camino hacia una redención resultará largo y se recorrerá a jalones y tropezones. En fin, el personaje funciona como un viajero, a la manera un sonámbulo, que avanza a tientas y sus etapas no dan soluciones, sino nuevas tensiones.

Siendo que cualquier narración se puede interpretar como un recorrido por series que poseen jerarquías, en este caso la novela posee una intensidad tremenda en las rupturas que evoca la idea clásica de revolución y contrarrevolución,[5] donde el estallamiento del sistema por un acto heroico está en el corazón de la trama. Claro, sin que Crimen y castigo describa una revolución social, sino el espíritu revolucionado de un individuo presionado al extremo por sus contradicciones. La jerarquía literaria[6] entre las situaciones es muy marcada: desde la salida en la miseria extremada y la impotencia de enfermar en la pocilga (la cual a su vez resulta de una caída, como estudiante fracasado); la posición del criminal abrumado por una culpa inútil; y la final redención del prisionero que ha superado sus perspectivas previas. La trama opera como un juego de “serpientes y escaleras”, cuando los avances se convierten en nuevas caídas, pues se combina que: el ambiente es adverso (una trampa en sí) y los actos son torpes. La torpeza es evidente en el protagonista que termina regalando el dinero que obtiene o lo oculta bajo una roca, sin ser capaz de usarlo. Junto con la torpeza, Raskolnikov es inteligente y enérgico en otros aspectos, pero el ambiente posee una especie de metafísica: la policía se vuelve eficiente a pesar de que un testigo erróneo confiesa, lo cual le permitiría escapar; la conciencia del protagonista lo traiciona y presiona para cometer suficientes errores. Y, por cierto, ahí hay una hipótesis del Poder: los culpables se quieren entregar a la policía. El protagonista transita por las jerarquías, ya sea descendiendo a sus infiernos íntimos y asciende a sus cumbres, aunque sea como bordeando al poder o la redención. En este relato particular, se tensa al máximo la oposición entre el individuo que se rebela aislado frente al status quo (aspecto de afinidad profunda con Nietzsche)[7] dando el aplastamiento a una motivación metafísica donde la redención depende de una aceptación ética religiosa. En ese sistema ético dibujado por Dostoievski la redención supera lo terrible del crimen y el amor rebasa las tristezas de la miseria y el encierro.

Compactación y efectos. Esta novela ha deleitado con algunos efectos que dependen de la compactación y la disolución de fronteras. De manera constante hay una transición casi instantánea de emotividades, donde basta señalar unos pasos, una puerta, un argumento para que salten por los aires los supuestos emocionales y sean cambiados por otros. Este efecto rebasa la tradicional apuesta por los giros de una narración, para excederse vertiginosamente, que se describen en el protagonista “un estado de irritación, de tensión incesante, que rayaba en la hipocondría”.[8] Por lo mismo, se justifica el tránsito donde el moverse implica cambiar de ánimo, así se justifica un salto anímico del protagonista, que evita a su casera. Asimismo, transita de la postración en una cama a los paseos febriles que terminan en la frenética acción del asesinato; en ese sentido, nada más lejano de la armonía musical clásica, acontece un saltar constante con su peculiar encanto de una agitación.[9] Hay agitación incluso en la parálisis de los personajes, cuando están atrapados su espíritu aletea por una agonía inútil, como Marmeladov auto-flagelándose por el remordimiento y su esposa Catalina vociferando por las calles que los han echado siendo aristócratas (en su ficción). Esto se refiere a intensidades, que incluso muerden continuamente la estructura realista del relato, permitiendo que permee la locura y el ensueño en múltiples puntos de la narrativa. El protagonista es explícito sobre su condición limítrofe con la demencia, aunque no es el único caso. En fin, la compactación del relato provoca efectos de intensidad notables en esta novela.

 

RESUMEN POR CAPÍTULOS.

  • Primera parte: Atormentado por miseria, fracaso y abatimiento, el exestudiante Rodion Romanovitch Raskolnikov urde un crimen que lo atormenta. Sin estar plenamente convencido se debate entre la decisión y el asco que le produce su plan, sin embargo, sigue avanzando. Imagina febril que asalta a la vieja usurera Aliona Ivánovna y va urdiendo un plan. Hace una visita de ensayo para empeñar un reloj y las dudas lo siguen carcomiendo. En este proceso de incertidumbres Rodion conoce al borracho Marmeladov, quien le resulta simpático, aunque su nivel de alcoholismo hunde a su familia; por lo cual conoce a esas personas, y se entera de la existencia de Sonia, su primera hija, quien se prostituye para mantener a esa familia. Asimismo, en ese periodo Rodia recibe una carta de su madre anunciando la boda de su hermana Dunia (de nombre completo Avdotia Románovna Raskólnikova) y una inminente visita lo cual incrementa sus malestares.
  • El protagonista se angustia y muestra signos de enfermedad, sin que busque alguna vía para salir de su postración, sin embargo, se presentan un par de casualidades que facilitan su resolución para cometer el crimen, encontrando un hacha que hurta y descubriendo cuándo la usurera quedará solitaria. Confirma que la vieja usurera martiriza y le hace la vida imposible a una hermana, llamada Lizaveta. El protagonista se justifica de varias maneras, en especial, imagina que él será un gran hombre como Napoleón al que le está permitido cometer un crimen y, al mismo tiempo, considera que la vieja usurera es nociva e insignificante como un gusano. Al decidirse a realizar el asalto lo hace en condiciones mentales penosas, por lo que comete errores prácticos. Logra entrar al departamento y asesina a la usurera pero la hermana aparece por sorpresa, entonces presa del pánico él la mata, cuando en su plan pretendía favorecerla. El hecho mismo lo altera y agita su apesadumbrada conciencia, por lo cual se comporta frenético y más torpe con el robo. Escapa del lugar casi por milagro ya que acuden otros deudores a tocar la puerta mientras Rodion estaba aún adentro. La presencia de un par de pintores que dejan otro departamento abierto y luego pelean jugando mientras comienza el escándalo por el asesinato, facilita la huida y luego dará una coartada. Páginas 3 a 55.
  • Segunda parte: El crimen ahonda el malestar anímico de Rodion, que sufre de fiebres, fatigas y desmayo en momentos sucesivos; un estado mental del protagonista que le da el tono a este capítulo y a varios sucesivos. La sensación del protagonista de sentirse acosado y descubierto se incrementa por una citación de la policía ajena al asesinato, sin embargo, esto incrementa sospechas de ser perseguido. Decide deshacerse del botín, colocándolo bajo una gran piedra en una construcción descuidada. Durante su convalecencia en un mínimo cuartucho donde habita, su amigo Dmitri Prokófich Razumijin se apersona y lo cuida en diversos momentos.

El abogado exitoso Luzhin es pretendiente de la hermana Dunia. Además de los celos filiales, Rodion intuye una maniobra perversa del pretendiente y reacciona agresivo para impedir la boda. Le altera que percibe un sacrificio de su hermana por beneficiarlo, lo cual le es intolerable, por lo que la visita de cortesía del pretendiente resulta en un enfrentamiento con Rodia.

Sucede el accidente de Marmeládov atropellado por un carruaje; Rodion se involucra y conoce más de esa familia; el borracho termina muriendo en esa jornada, ante lo cual Rodión de modo impulsivo y magnánimo entrega todo el dinero que recién le envió su madre con un enorme sacrificio. La hermana y madre llegan a la ciudad quedando hospedadas en un sitio miserable, lo cual enoja a Rodion y a su amigo Razumijin.  Páginas 55 a 123.

  • Tercera parte: Centrado en el complejo tramado de intereses, el protagonista recibe a su madre y hermana, estando indispuesto y transitando entre emociones que reprime con dificultad.[10] Revela que enfrentó al pretendiente y que jamás permitirá ese matrimonio, donde trasluce que si Dunia se sacrifica le resultará insoportable. La madre y la hermana quedan desconcertadas, aunque Rodión demuestra la vileza del pretendiente Luzhin. Ante las tensiones y roces del encuentro, Razumikhin aboga por permitirle descansar solo, con la promesa de que traerá a un médico y se ofrece a acompañarlas. El amigo queda prendado de Dunia y a ella le resulta simpático. Vuelve a reunirse la familia, siguen las discusiones en torno al pretendiente de Dunia y su compromiso matrimonial, puesto en grave predicamento. Sin previo aviso Sonia visita a Raskólinikov durante la reunión familiar, para invitarlo al funeral y la cena que brindarán en honor al difunto.

El juez (fiscal) que atiende el caso del asesinato de la usurera es tío del amigo Razumikhin y Rodion decide acompañarlo de visita, en un gesto imprudente y retador. La astucia e intensidad del Juez inquieta profundamente al protagonista, dándose cuenta que está bajo sospechas y que el encargado maneja una táctica astuta. Cuando Raskólinikov descansa en su cuartucho, aparece de visita un antagonista Arcadi Svidrigáilov, quien actuó con villanía y sobre quien hay varias sospechas, las últimas envenenar a su mujer y continuar el acoso a Dunia, aunque aquí se presenta amistoso.  Páginas 123 a 176.

  • Cuarta parte: El visitante Arcadio afirma que su motivo para la visita es impedir la boda de Dunia, para lo cual ofrece ayuda y dinero, argumentando que la difunta esposa heredó un monto para Dunia. Después el protagonista visita a su familia para seguir discutiendo el futuro y acude el pretendiente, quien había condicionado a las mujeres para que no reciban a Raskólnikov. En la discusión, se revela la vileza del pretendiente y termina retirándose.

Las culpas y titubeos, más las secuelas de mala salud, surgen acosando al personaje. Rodion se acerca mucho a Sonia y hasta le propone huir juntos, en la plática le insinúa argumentos que señalan su culpabilidad, pero ella no lo rechaza y él comprende que ella está prendada.  En la visita a la policía Raskónikov se reúne con el juez y vuelve a resentir el peso de la táctica psicológica, sintiendo un impulso por entregarse para terminar con sus agonías; de hecho está a punto de rendirse, cuando irrumpe un pintor que confiesa con escándalo haber sido el asesino, lo cual salva a Raskolnikov. Páginas 176 a 225.

  • Quinta parte: El pretendiente rechazado se hospeda con un amigo, Andrés que es un radical que resulta amigo de Sonia, por lo que la invita con una aparente bondad. Así, Luzhine entrega una modesta caridad a Sonia y ella regresa a la cena funeraria.

La esposa del difundo, Catalina es madrastra de Sonia y está alteradísima ofreciendo la cena, queda muy frustrada porque ningún vecino de alcurnia acudió a su invitación, por ello comienza a chocar contra su casera. Raskolnikov acude a la cena de modo discreto. El pretendiente Luzhine irrumpe con escándalo acusando a Sonia de haberle robado la gran cantidad de 100 rublos en un billete en la visita previa. La acusada queda paralizada, mientras la madrastra hace escándalo, pero la esculca y encuentra el billete. Sin embargo, el amigo Andrés acudió al lugar para desenmascarar que Luzhine y también Raskólnikov enfrenta al mentiroso.

Sonia se aleja de la cena conmocionada y no comprende que su honorabilidad quedó limpia. Raskónikov la alcanza en su departamento y busca reconfortarla. Él termina explicándole con claridad que él es culpable de los asesinatos; ante lo cual ella no lo rechaza, pero sí queda anonadada por la situación. Durante la revelación, el antagonista Arcadi escucha todo a detalle pues permanece oculto en un cuarto contiguo.

La cena termina con tal pleito que la casera echa a la madrastra y los hermanitos de Sonia, por lo que Catalina escandaliza en las calles pretendiendo que pidan limosna cantando, sin embargo, ella está terriblemente enferma de tisis. Cuando de la calle rescatan a la madrastra no tarda en morir y deja desamparados a sus niños. Reaparece el antagonista, Arcadi que se porta solícito socorriendo a los huérfanos en lo económico, pero con ironía le da a entender a Raskólnikov que consiguió su terrible secreto y que podría hundirlo pero que no lo hará. Páginas 225 a 273.

  • Sexta parte: Raskólnikov duda qué hacer, mientras la intervención de Arcadi ha solucionado el problema de los huérfanos; su propia madre se revela más enferma; su amigo lo inquieta notificándole que Dunia está alterada por una carta. El juez aparece y lo visita, soltando argumentos intrigantes y al final afirma que “el asesino es usted Rodion Romanovich”, por más que haya un reo que confesó el asesinato. Conociendo los malos antecedentes de Arcadi, Raskolnikov supone que algo trama, así que lo busca y lo encuentra casualmente en una taberna, donde intenta sacarle la verdad y lo amenaza para que no se acerque a su hermana Dunia. Arcadi lo niega todo e insiste que ya tiene un compromiso matrimonial en esa ciudad; le sugiere a Raskólnikov debería escapar para América antes de que lo descubran. En realidad, Arcadi Svidrigáilov oculta una cita inmediata con Dunia, y preparó una celada, para tenerla indefensa. En la cita, con engaños la conduce hacia un cuarto aislado, la presiona y le revela el asesinato de Rodion para desmoralizarla, cuando ella lo rechaza en sus pretensiones amorosas, él intenta violarla. Ella se resiste y guardaba un arma, dispara un tiro que roza al antagónico aunque no se atreve a matarlo. Él se arrepiente de su atentado y la prefiere dejar salir sin tocarla. 

Arcadi visita a Sonia para dejarle bastante dinero; luego visita a la familia de su prometida con el mismo propósito e inventa que hará un viaje al extranjero; luego deambula por la ciudad, sufre pesadillas horribles y en la madrugada termina suicidándose frente a un guardia.

Raskólnikov se despide de su madre que parece muy comprensiva. Su hermana lo visita a él a solas y con una mirada le dice que sabe del asesinato. Él vuelve con Sonia para avisarle de que se entregará. Aún lo duda pero va a la comisaría para confesar con un oficial que no sea el Juez que lo ha agobiado; vuelve su indecisión y deseo de escapar. Está a punto de arrepentirse, pero regresa a la comisaría y se entrega, dando las pruebas materiales del crimen que solamente el verdadero culpable tendría. Páginas 273 a 303.

  • Epílogo: Raskólnikov termina su juicio condenado a ocho años de trabajos forzados, los cuales purgará en la remota Siberia. La pena resulta corta para el doble asesinato y robo por situaciones atenuantes como su confesión espontánea y sus rasgos de delirio, así como nobles actos que se revelan durante el juicio. Se informa que cuando estudiante socorría otros necesitados y que en una ocasión se arriesgó para salvar a unos niños de un incendio. Su enamorada Sonia insiste en acompañarlo a Siberia, aunque el protagonista mantiene una actitud distante y hasta grosera. La hermana de Raskólnikov se casa con Razumikín estableciendo un matrimonio por cariño y sin  presión económica alguna. El trastorno emocional de la madre crece mostrando rasgos de locura, hasta que muere. Rodión en la cárcel permanece resignado y no se queja de las crueles inclemencias, sin embargo, sigue sin una auténtica redención tras el castigo recibido. Se mantiene aislado emocionalmente de su entorno y sigue hondamente frustrado. Después de un año en prisión termina por cambiar su perspectiva, en el desenlace siente íntimamente su regeneración, hay un regreso a la fe religioso, y sobre todo estalla su amor por Sonia, a la cual comienza a adorar y a sentir que la adversidad valdrá la pena. En ese momento irrumpe la redención del protagonista, lo cual que da sentido a sus luchas interiores y sus arrebatos en el borde del delirio, incluyendo a su crimen. Al final queda asentado que transcurrirán los siete años restantes de prisión y Rodión desposará a Sonia para empezar una auténtica existencia vivible. Páginas 303 a 340.

 

 

PERSONAJES DE CRIMEN Y CASTIGO:

  • Rodión Romanovitch Raskolnikov, su apelativo Rodion o Rodia: el protagonista central; el relato comienza y termina en su perspectiva, que a repetidamente confunde realidad con delirio. Habita un miserable cuartucho de San Petersburgo, capital de la Rusia zarista en la década de 1860. Ha abandonado el estudio de la abogacía, empobrecido y dependiendo de mínimos recursos que consiguen su madre viuda y su hermana institutriz. Su actitud vital linda en una hipocondría moral, donde su inteligencia y energía le juegan en contra, por lo que se hunde entre el abatimiento y decisiones fatídicas. Comete su crimen imaginando que él es una persona distinta y que hace un bien al deshacer al mundo de una usurera nefasta, encarnación de las lacras de su tiempo (avaricia, crueldad, abuso), pero se engaña y con torpeza también arrebata la vida a una mujer inocente. La culpa y la frustración se convierte en abatimiento y paranoica, la comprobación que está mucho peor y es incapaz de aprovecharse de su acto, en especial, al perder toda su imaginaria superioridad y quedar separado de su familia por el vacío de la hipocresía, mientras deba ocultar sus actos. El significado ruso de su nombre alude a la separación, esa grieta que lo lanza a la soledad atroz
  • Sonia Semiónovna Marmeládova: su apelativo Sónechka; es una chica presionada a trabajar de prostituta desde los dieciocho años, hija de Marmeládov e hijastra de Catalina, motivada por el sacrificio y salvar de la miseria a su familia. Su personaje es perseguido por injusticias, mientras ella siempre se comporta con nobleza; evidenciando que la prostitución no altera su alma, sino que le pesa como una vergüenza. En cuanto opta por una línea de acción la mantiene pese a las adversidades. Su desprendimiento es su manera de redimirse ante la adversidad y su amor incondicional por Rodion la convierte en la solución para la trama.
  • Avdotia Románovna Raskólnikova, conocida por su diminutivo, Dunia, destaca por su belleza tanto física como espiritual, siendo una mujer educada para los estándares de la época, trabajo como institutriz. Ella es el objeto del deseo que mueve varios de los hilos dramáticos provocados por sus pretendientes. Su vínculo con su hermano la convierte en una especie de espejo femenino del protagonista, pero sin alcanzar el nivel enfermizo, que mantiene sus principios y decidida a sacrificarse por su familia o cometer un asesinato en defensa propia. Como todos los personajes femeninos está marcada por una cultura de abnegación; acepta sacrificarse en un matrimonio absurdo, hasta que descubre los alcances de la vileza del pretendiente y que su hermano ha enfurecido porque no acepta ese sacrificio.
  • Arcadi Ivánovich Svidrigáilov: es un personaje antagonista bastante complejo. Está referido como trasfondo del relato, al haber provocado la muerte de su propia esposa y de la primera novia de Raskolnikov, aunque para los demás esto queda en sospecha, Acosa a Dunia cuando es institutriz y es rechazado. Además se insinúa que incluye una faceta más depravada, incluso insinuando torturas y pederastia, encarnando un pervertimiento. Sin embargo, su actuación es ambigua y también realiza diversos actos nobles, como socorrer a los huérfanos, a Sonia, etc. Ante Dunia su acoso se queda en el límite y se arrepiente de violarla, lo cual desencadena su decepción y pronto suicidio. Es un personaje complejo, que se presenta sistemáticamente odioso, aunque desemboca en una redención subjetiva, mediante gestos de generosidad y su suicidio.
  • Marta Petrovna Svidrigáilova: es la difunta esposa de Arcadi Svidrigáilov. Descrita como intrigante y desequilibrada, aunque sin intenciones de causar daño. Su papel proviene del pasado, pues fue la patrona de Dunia, la despidió y calumnió al creer los embustes de su marido, pero después reivindicó su honorabilidad. Incluso parece que le deja una herencia a Dunia, al menos, el viudo y pretendiente le da esa cantidad.
  • Porfirio Petróvich (Порфирий Петрович): es el juez que lleva el caso del asesinato de la usurera y su hermana, por tanto, investiga a Razólnikov, y casualmente es tío de Razumikhin. Apasionado de su labor y, extrañamente caprichoso, en su método para atrapar a los culpables. Por sus noticias previas del sobrino, mantiene sus sospechas en el protagonista, al mismo tiempo que disimula y establece una curiosa cacería, mediante conversaciones con Raskólnikov de carácter filosófico e intelectual. Descubre con claridad quién fue el asesino, a pesar de que otro se confiesa culpable y de carecer de pruebas materiales. Su método es promover la conciencia de la culpa para que Rodión se entregue.
  • Dmitri Prokófich Razumijin: también llamado Rasumikhine, Dmitri, o Razumijin, antiguo compañero de estudios de Raskólnikov, es inteligente y trabajador, bienintencionado aunque algo ingenuo. Intenta proteger a su amigo y queda prendado de Dunia. Es charlista y de ánimo servicial. Es amigo de Raskólnikov, que no alcanza a comprender el abismo en que ha caído. Termina casándose con Dunia.
  • Katerina Ivánovna Marmeládova (Катерина Ивановна Мармеладова): señalada como Catalina, es la segunda esposa de Semión Marmeládov, y madrastra de Sonia, madre de tres niños pequeños, enfermizos y desvalidos. Enferma terminal de tisis y alterada mentalmente por ensueños de un origen aristocrático; un carácter bastante agresivo, por más que intenta ser una buena madre,  que no se adapta a la adversidad y sucumbe. 
  • Pulkeria Aleksándrovna Raskólnikova: es la madre de Rodion. Es ingenua, humilde, sufrida y dedicada a la felicidad de sus hijos, en especial del varón. Quedó viuda, recibiendo una pequeña pensión. Sus cuarenta y tres años para el ambiente social de la novela representa una situación de vejez desvalida. Desarrolla rasgos de locura como si la desgracia de su hijo la contagiara de irrealidad, resultando que muere cuando él está en la cárcel.  
  • Piotr Petróvich Luzhin: Es un abogado en ascenso económico, que posee habilidad para intrigar. Aunque se le describe como galán, sus complejos personales lo impulsan para aventajar y aprovecharse de las mujeres, por lo que desea que su relación con su prometida Dunia, sea ventajosa, sometiéndola por su dinero. Juega a ostentarse como el salvador de la familia de su novia. Su vileza explota al organizar una vil calumnia contra Sonia, pero de inmediato es descubierto y sale de la trama de la novela con el rabo entre las patas.
  • Semión Zajárovich Marmeládov (Семён Захарович Мармеладов): es un exfuncionario alcohólico, casado y con cuatro hijos, que tiene a su familia en la miseria y la enfermedad. Es un charlista que genera simpatía, junto con un patético sentido de culpa, por lo que su mujer lo golpea. Su adicción orilla a la prostitución de su hija mayor, lo que resulta intolerable. Muere tras ser atropellado por un carruaje.
  • Nastasia Petrovna (Настасья Петровна): Criada del edificio donde habita el protagonista y a las órdenes de Praskovia Pávlovna. Sirve constantemente a Raskólnikov para alimentarlo y llevarle correspodencia.
  • Praskovia Pávlovna (Прасковья Павловна): Es la casera de Raskólnikov, a quien tolera a pesar de sus atrasos en el pago. Su hija muere de tuberculosis. Exige a Raskólnikov, mediante una letra de cambio ante la comisaría, el pago de la deuda por su habitación.
  • Aliona Ivánovna (Алёна Ивановна): este personaje es la primera antagonista, una anciana fea y vieja, explotadora, que está arruinando hasta a su propia hermana. El protagonista Raskólnikov la odia por representar un ser parasitario, aprovechándose de los más débiles. A ella la asesina Raskólnikov con un hacha.
  • Lizaveta Ivánovna: es una mujer buena y afable, bastante religiosa que sufre por culpa de su hermana mayor, la usurera. Vive con humildad y ayuda a sus vecinos. Por ella el protagonista siente simpatía y ternura, aunque por error también la asesina, con lo cual trastorna sus planes y muestra lo injustificado de sus acciones.
  • Catalina Ivanovna (coincide el apellido pero no es pariente de las fallecidas): La esposa del borrachín Marmeladov, luego su viuda, madrastra de Sonia, y madre biológica de los niños pequeños. Enloquece mientras padece hambre y tisis sin recursos para dar de comer a sus hijos. De carácter agresivo y soñador, muy locuaz, golpea y regaña a su marido intentando inútilmente que se ya no emborrache. Fantasea que proviene de una familia aristocrática y, como nadie la toma en serio, crece su frustración. Durante la cena funeraria para el marido termina de perder la cordura y fallece pronto.
  • Ilia Petrovitch, “Teniente Pólvora”: uno de los oficiales de la policía a cargo de la investigación, ante quien decide entregarse Rodion.
  • Alejandro Grirgorevitcn Zamiotovo Zamiotof: el secretario de la policía, uno de los que interroga a Raskolikov, se muestra insolente durante las indagaciones. Posee estudios es el primer actor de las indagatorias sobre el asesinato de la usurera, primero muestra un estilo pendenciero pero los desplantes y alegatos de Rodion parecen intimidarlo. Al avanzar la narración pierde importancia ante el papel de Profirio y resulta despedido antes de terminar la narración. 
  • Doctor Zisimof o Zisimov: Médico amigo de Rasumihkine y atento con Rodion, lo atiende repetidas ocasiones durante sus crisis. Intenta aliviar el cuerpo y ánimo del protagonista, sin comprender el auténtico motivo de sus crisis, aunque sirve como un factor de alivio.
  • Ex novia difunta de Rodion: Aparece como referencia y para ilustrar alguna situación. Se señala que era un mal partido y que incluso era fea,[11] aunque quizá que su muerte fue provocada por Arcadi, sin que esta culpa resulte definitiva. La viuda de Zarnitzine, su madre le sobrevive y declara en el juicio sobre actos nobles de Rodion.  
NOTAS:

[1] La justificación del asesinato de la usurera más que rebatirse termina disuelto con el asesinato de la hermana buena; sin embargo, las mismas consecuencias éticas y emocionales sobre el protagonistas sirven como demostración en contra.

[2] Recomiendo interpretar “paranoia” en un sentido más filosófico-literario como hacen Deleuze y Guattari, en el sentido de la tendencia a la integración del Yo con el Todo, lo cual se catapulta como miedo móvil. La esquizofrenia debe leerse como tendencia a la separación, escisión sistemática, por ello una anemia emocional. La enfermedad de epilepsia sensibilizó a Dostoievski para este aspecto de la psicología en el sentido amplio de mentalidad de una manera brillante. Gilles Deleuze, Lógica del sentido.

[3] LESSON 9 Dostoevsky, Crime and Punishment de la University Classrom, Russian 5421 at the University of Minnesota. Refiere a los críticos literarios de la obra como D. I. Pisarev (1840-1868), N. N. Strakhov (1828-1895), A. I. Vvedenskij, escribiendo en la década de 1890s y la opinión del periodo soviético.

[4] La unidad con la circunstancia, tan orteguiana, aquí aparece de una manera diabólica, pues el protagonista queda atrapado por una plataforma modificada, que lo convierte súbitamente en un criminal y lo acosa desde todas las aristas; en especial, su relación familiar se precipita alrededor. Obviamente en Dostoievski no hay una “deshumanización del arte” pues el ruso no fue un vanguardista en el sentido formal. Véase, Ortega y Gasset, El tema de nuestro tiempo. La deshumanización del arte.

[5] Y Rusia para el siglo XX se convirtió en el eje de las experiencias de revolución y contrarrevolución, convirtiéndose en el laboratorio social más fabuloso del periodo, donde esa visión de las ideas radicales aplicadas se convirtió en una realidad, lo que para Dostoievski eran ficciones intelectuales. Por ejemplo, Trotsky, Historia de la Revolución Rusa, etc.

[6] Para una explicación más detallada de la “jerarquía” para el análisis véase “La jerarquía como herramientas de análisis literario”.  https://carlosvaldesmartin.blogspot.com/2016/11/la-jerarquia-como-herramienta-de.html

[7] La grandeza que siente Raskolnikov soñándose un Napoleón, por lo que está facultado para romper el sistema ético en su corazón, lo acerca a las premisas de Nietzsche, quien después se deleitaba con Dostoievski. Véase Paolo Stellino, El descubrimiento de Dostoievski por parte de Nietzsche.

[8] Crimen y castigo, p. 1.

[9] Una categorización aparte y completa merece la afinidad y deuda de Kafka con este Dostoievski.

[10] Este capítulo sirvió de modelo para La metamorfosis de Kafka según las revelaciones de Sánchez Trujillo y la novela completa de modelo para El proceso.

[11] Las referencias de la novela son intrigantes, declara el protagonista sobre la novia fallecida: “Yo creo que si incluso hubiera sido jorobada o coja la habría querido todavía más”, Crimen y castigo, p. 145.

 

1 comentario:

Carlos Valdés dijo...

A la fecha no he descubierto una película que haga honor a la perspectiva de la novela, a la vez trepidante e íntima de la novela Crimen y castigo. Al parecer la película de Robert Bresson titulada Pickpocket. Les dejo la entrada de Juan Poz quien descubrió esa relación entre la película y la novela.
https://elojocosmologicodejuanpoz.blogspot.com/2018/05/pickpocket-de-bresson-o-la-critica.html