Música


Vistas de página en total

domingo, 10 de marzo de 2024

DELEUZE RESUMEN Y DIVAGACIÓN DE “MIL MESETAS” INTRODUCCIÓN 01 RIZOMA

 



 

Por Carlos Valdés Martín

Advertencia previa: al buscar resúmenes y reseñas de Mil Mesetas (adelante como MM) caí en cuenta que los reseñadores no saben leer a Deleuze y Guattari (adelante como DG), porque es difícil y además tienen ganas de quedar bien, la raíz de la hipocresía. Esos reseñadores evitan confesar que no lo entendieron en parte o en todo, y fingen que ya son buenos “Deleuzistas-Guattarianos”. Esa ficción no aprovecha al conocer. De repente entendí que el tema “rizoma” es tan popular, porque los lectores incapaces de tragar una píldora tan grande no lograron entender, pero para disimular, regresaron a la introducción y vieron el título que dice “Rizoma”, y creyeron que ahí estaba la “neta del planeta”. Casi siempre los lectores que comentan y resumen a DG dan la impresión de ser jóvenes de bachillerato que transitaron por la licenciatura sin rebasar a la escuela secundaria. Hay excepciones de lectores agudos o debatientes aguzados y, con el tiempo, surgirán más.

Por mi parte, debo confesar que lo prolijo de DG estremece y sus conceptos están diseñados para nunca ser tan precisos; pero “touché”. De eso se trata, la tendencia fenomenológica sigue las texturas de lo que va encontrando y sus matices, sin ocuparse tanto de la buena definición, sino de seguir la conexión. Ese problema se me hace evidente con el término “capitalismo”, para el cual Marx logró alisarslo hasta convertirlo en una sola dimensión del valor-trabajo en movimiento, para ajustarlo a su utopía revolucionaria. Con DG el capitalismo cambio constantemente, juega a ser un comodín que no se refiere a esa dimensión densamente material (o económica de la estricta crítica de la economía política de Marx) para saltar entre novelas de agenciamientos que integran al jinete con el arma y la brida, para desplazarse en una “máquina de guerra”, esa sí purificada, pero en tránsito de desaparecer o desplazarse. Por lo mismo, el capitalismo de DG no es el capitalismo de Marx o de Smith, sino una operación más complicada: “El capitalismo universal y en sí no existe, el capitalismo está en la encrucijada de todo tipo de formaciones, siempre es por naturaleza neocapitalismo; desgraciadamente inventa una versión oriental y otra occidental, y la transformación de ambas.”[1] Por lo mismo, el entero discurso de DG parece anti-capitalista, cuando es anti-psicótico y pro-expansión del lenguaje y las “mesetas”. El enfoque de DG es astuto, dándose cuenta que el enfoque anti-capitalista usual ha abierto las puertas a nuevos monstruos, luego rehúsan a tirar al niño (la rebelión del 1968 y otras resistencias beligerantes) junto con el agua sucia (del Estado todopoderoso tripulando a un “movimiento comunista” represor), por lo que aplican una operación crítica muy compleja, comenzando por una crítica al micronivel: el discurso, la filosofía, lo real, lo psíquico, etc. Este discurso facilita intensidades, aunque no señala una ruta precisa; provoca mareos y cambios de rumbo; facilita descubrimientos y conexiones insospechadas; más afín a la cultura sicodélica que a la academia, ofrece incursiones interesantes y retos intelectuales, cuando se lee con cuidado.

1.         INTRODUCCIÓN: RIZOMA

Se supone que esta es la función de una introducción: dar antecedentes, explicar lo previo, poner en alerta al lector distraído, pedir dispensa al lector, etc. Los prólogos y las introducciones están hechas para saltarse, que aquí no resulta fácil. Esta Introducción dice mucho, de manera complicada, por lo que el lector ingenuo o falto de background se atorará en este pantano de arenas movedizas. “El Anti-Edipo lo escribimos a dúo. Como cada uno de nosotros era varios, en total ya éramos muchos (…) Un libro no tiene objeto ni sujeto, está hecho de materias diversamente formadas, de fechas y de velocidades muy diferentes (…) Todo eso, las líneas y las velocidades mesurables, constituye un agenciamiento (agencement). Un libro es precisamente un agenciamiento de ese tipo, y como tal inatribuible.”[2] A estas alturas el lector ya debería estar “pariendo chayotes” (frutos espinosos en dolorosa operación de parto), iniciando su desconcierto. Los autores se presentan y se niegan, afirman que dos escritores han proliferado; ofrecen una versión alternativa. Y luego llegan sus conceptos complicados y clave, como el “agenciamiento” y lo inatribuible (a sus autores, los cuales afirman que permanecen como convención).

El argumento anterior resulta juguetón, aunque DG no son inexpertos, al contrario, han demostrado astucia para colocar sus conceptos y sus procesos, con el afán que abrir nuevas puertas al pensar, sentir y actuar. Por el lado de Guattari, hay contribuciones a un efecto sanador, que proviene desde su profesión médica. Por el lado de Deleuze hay una oferta filosofante y multi-hábil, ampliamente renegada y contenida: de hecho, su lema perpetuo es contra la sencilla generalización y radicalismo contra la unificación (que cada parte se dirija siempre hacia el Uno), ya sea como concepto, sociedad o divinidad. Hay una seria alianza buscando una sanación junto con la pluralidad radical, no la tradicional.

La multiplicidad aquí es una búsqueda, que todavía no empieza en este estadio 01, pues: “Un libro es una multiplicidad. Pero todavía no sabemos muy bien qué significa lo múltiple…”[3] Este aspecto de lo múltiple ha recibido una reflexión intensa y larga, que se sirve te cuestiones como la numeración, la guerra, las emociones, los relatos, etc., con el cuidado de nunca encausar completamente hacia un “eje central”, tal como lo muestra su reticencia al modelo del árbol como operación del pensamiento: “El árbol ya es la imagen del mundo, o bien la raíz es la imagen del árbol-mundo. Es el libro clásico (...) La ley del libro es la de la reflexión, lo Uno que deviene Dos. (…) estamos ante el pensamiento más clásico y más razonable, más caduco, más manoseado. La naturaleza no actúa de ese modo…”[4] El esfuerzo de DG es salirse del pensamiento clásico y razonable, tentando unos pasos adelante; salirse de la raíz clásica para tentar el “rizoma”, más apegado a la biología real y a los intereses intelectuales de DG.

Adelanta su concepto, aquí importante, del “cuerpo sin órganos”, como señalamiento hacia el libro; sin intentar aclarar la importancia de esa frase tan paradójica[5]. Dedicará un capítulo entero (el 06) y lo recorrerá en varias ocasiones.

Presentan DG a la misteriosa máquina, la cual no es la metálica de la técnica automotriz, aunque no excluya esa variedad, sino un efecto más universal. Tampoco presenta en el prólogo una definición suficiente, sino su misteriosa multiplicación y dominio sobre el entramado del todo, comenzando por señalar que el libro es máquina (literaria), y se conecta con otras tantas: “Un libro sólo existe gracias al afuera y en el exterior. Puesto que un libro es una pequeña máquina, ¿qué relación, a su vez mesurable, mantiene esa máquina literaria con una máquina de guerra, una máquina de amor, una máquina revolucionaria, etc., y con una máquina abstracta que las genera?”[6] En vez de las usuales estructuras (de la sociología estructuralista) DG emplea el término máquinas, para mostrar la operación de los ámbitos, y en un plano extenso apunta hacia una “máquina general” (que no le agrada a DG que sea tan “general”[7]).

Esta introducción avisa que DG inventan un lenguaje pletórico de neologismo y neoconceptos, que permanecen salpicados de geometría, aferrados al nivel concreto, en lugar de volar por los aires. Por eso, se ocupan de adelantar torrentes de su hacer (agenciarse): “Nosotros no hablamos de otra cosa: las multiplicidades, las líneas, estratos y segmentaridades, líneas de fuga e intensidades, los agenciamientos maquínicos y sus diferentes tipos, los cuerpos sin órganos y su construcción, su selección, el plan[8] de consistencia, las unidades de medida en cada caso.”[9]

Presentan un libro, entonces provoca más complicaciones, pues no se contenta DG con qué es ese objeto, sino con sus vínculos explosivos. Lanzan una avalancha de lo que es más que una simple impresión (desde la época pre-Internet). El libro levanta un efecto del agenciamiento literario: “La literatura es un agenciamiento, nada tiene que ver con la ideología, no hay, nunca ha habido ideología”[10]. En cuanto objeto lo define como “máquina literaria”. Este libro se opone a uno de tipo árbol tradicional (saber clásico) para proponerse en el raizoma de la multiplicidad (no clásico, no dualista).

Contra la Unidad (con mayúsculas) levantar la multiplicidad, así DG proponen estratagemas, de ahí los rizomas (y las máquinas deseantes, los cuerpos sin órganos, etc.) para no integrar tanto, para no unificar, sino para dispersar conectando, para juntar diferenciando: “Lo múltiple hay que hacerlo, pero no añadiendo constantemente una dimensión superior, sino, al contrario, de la forma más simple, a fuerza de sobriedad, al nivel de las dimensiones de que se dispone, siempre n-1 (sólo así, sustrayéndolo, lo Uno forma parte de lo múltiple).”[11] Por eso, DG rompen el camino hacia la unificación simple: no les gusta la jerarquía que lleva hacia el Uno; ni les agrada el despliegue del Uno hacia el Dos (la dialéctica perfecta)… sino mantenerse en una fenomenología radical, la inmanencia de bajo-el-suelo[12]. Con la multiplicidad como faro, muchos temas son irrelevantes, pues ha cuestionado la unidad de sujeto-objeto: “Una multiplicidad no tiene ni sujeto ni objeto, sino únicamente determinaciones, tamaños, dimensiones que no pueden aumentar sin que ella cambie de naturaleza (las leyes de combinación aumentan, pues, con la multiplicidad).”[13]

A regañadientes apuntan los principios básicos del rizoma: “1.° y 2.° Principios de conexión y de heterogeneidad: cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo.” Conexión: todo se conecta con cualesquiera puntos y niveles distintos. Heterogeneidad: no se alcanza la universalidad ni la homogeneidad vacía[14].   3º Principio de multiplicidad, por el cual DG desconectan los muchos objetos, signos, curiosidades, etc. respecto de lo Uno o lo Dual, escapando de la generalidad. A lo arborescente lo denuncia como “pseudomultiplicidades”. En el caso del rizoma la definición proviene de muchas negaciones, de separaciones sobre modelos teóricos que DG están evitando: no es estructura; no tiene puntos o posiciones sino líneas (que segmentan mientras también escapan o fugan[15]); no hay unidades de medida; no se deja codificar; y una lista de “no es” con velocidad de carrera. “4.º Principio de ruptura asignificante: frente a los cortes excesivamente significantes que separan las estructuras o atraviesan una. Un rizoma puede ser roto, interrumpido en cualquier parte, pero siempre recomienza según ésta o aquella de sus líneas, y según otras.”[16] Insiste en que rizoma no es estructura, no delinea con tanta firmeza, ni tanta separación; rompe pero regresa. 5. ° y 6. ° “Principio de cartografía y de calcomanía: un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo.”[17] Enfatiza que su modelado es muy visual, corresponde a geometrías que siguen a los cuerpos, los siguen y les hacen mapas[18]. Respecto del tiempo señala que es contrario a la evolución tradicional y enfrenta a la genealogía (Nietzsche), es anti-genealogía.

Antes de terminar los rasgos del rizoma, apuntan DG que se mueve a modo de sexualidad, animal, devenir y fuga. La conexión resulta complicada, pero miremos a la afortunada dialéctica, cuando estableció que la búsqueda de la verdad y el Todo, atraviesa por un movimiento incansable, a ritmo de tesis-antítesis-síntesis; ya sea en modalidad idealista objetivo o de materialismo revolucionario. “Lo que está en juego en el rizoma es una relación con la sexualidad, pero también con el animal, con el vegetal, con el mundo, con la política, con el libro, con todo lo natural y lo artificial, muy distinta de la relación arborescente: todo tipo de ―devenires”[19].

Emplea el mapa, rebaja a la calca o fotografía que pretende identidad entre la cosa y su representación. Sin embargo, no nos engañemos, DG emplean abundantemente los calcos, de hecho, la fenomenología comienza por respetar más que nadie el calco (la imagen inmediata); lo que hacen es colocar las fotos para integrar su mapa sin confundirlas. Trae problemas serios contra psicoanálisis y lingüística, por ejemplo, mira: “el psicoanálisis y la lingüística: el primero nunca ha hecho más que sacar calcos o fotos del inconsciente, la segunda, calcos o fotos del lenguaje, con todas las traiciones que eso supone”[20]

La crítica radical al capitalismo en este tercer tomo del proyecto se diluye por algo forzoso, pues lo que rechazan DG es el aparato de uniformidades, cuando el mismo capitalismo ha formado sus máquinas operando en las no uniformidades[21]. Hasta el capitalismo irrumpen las diferencias como nunca antes, surgen los agenciamientos más diversos… sin que esto niegue las homogeneidades del capital, las finanzas, el dinero, etc. De hecho, del aparente anti-capitalismo surgió el aparato más ambicioso, para apoderarse de toda máquina y reducirla al Estado. El centro de la disolución crítica es el Uno (y sus muchas mascaradas teóricas) entonces el capitalismo no es su mejor encarnación; la discusión, con facilidad se desliza hacia el Estado[22] y sus fundamentalismos.

La meseta es una entidad específica, proviene de la geografía, pero tamizada desde la sexología, es un préstamo de Gregory Bateson, que sirve para indicar una región intensa. La meseta es “una región continua de intensidades, que vibra sobre sí misma, y que se desarrolla evitando cualquier orientación hacia un punto culminante o hacia un fin exterior”[23]  Entonces la meseta representa una “zona de juego” para la reflexión, por tanto, posee su separación, sin reconocer superior ni inferior, únicamente sus propias reglas[24]. Esto significa que los conceptos de DG podrían no encajar tan perfectamente, no servirse unos a otros, ni alcanzar un Sistema, pero cada uno servirá para jugar en intensa mente. El propio libro está escrito formando “Mesetas”, cada capítulo es una; el conjunto del libro es un “Rizoma”. Aunque, con humildad, DG estiman que ese nivel de intensidades “no lo han conseguido”[25]

Ejemplo de sus zonas de intensidad (mesetas) lo presenta en una identidad, que va así: “Únicamente hemos empleado palabras que a su vez funcionaban para nosotros como mesetas. RIZOMÁTICA = ESQUIZOANÁLISIS = ESTRATOANÁLISIS = PRAGMÁTICA = MICROPOLÍTICA.”[26] Simultáneamente renuncian a la aspiración científica (nada con el “socialismo científico”, lema tan querido por Engels[27]), ni recurren al disfraz de la propaganda (bajo la careta de “ideología”, según campeaba la moda de Althusser y la corriente maoísta en Europa).  

Colocarse en “otra parte”, quizá en la mitad y fuera de extremos, como poniendo hierbas en las palabras. El agenciamiento (operación) que buscan DG no indaga principios (fundantes, constitucionalistas, axiomáticos) ni finales (utopías, teorías generales, razón pura), sino posicionarse de manera difícil, quizá regiones medias (no justo medio aristotélico) donde prolifere la vitalidad. Señala la llamada “literatura menor” de Kafka como modelo de esa operación[28].  

Aspira a la Nomadología (otro neologismo, para “estudiar nómadas”[29]) enfocada a señalar una condición de movimiento y desarraigo que permite una potencia peculiar, un ímpetu de velocidad como en la “máquina de guerra”. Pone el ejemplo de algunos libros sobre la llamada Cruzada de los niños, ejemplo delirante, que genera libros también alucinantes, con estéticas novedosas. Asimismo, este carácter nómada revela al semi-sujeto que se invoca a una multiplicidad despojada[30], que por lo mismo es rápida y fantasmal[31].

NOTAS:

[1] MM, p. 20.

[2] MM pp. 9-10.

[3] MM, p. 10.

[4] MM, p. 11. Interesante que refiera también a la “dialéctica de Mao”, como esa operación que parte dese el Uno para avanzar y suponemos represará al Gran Uno, como principio falaz.

[5] MM p. 37. “No es un cuerpo muerto, es un cuerpo vivo, tanto más vivo, tanto más bullicioso cuanto que ha hecho desaparecer el organismo y su organización. Unas pulgas de mar saltando en la playa. Las colonias de la piel. El cuerpo lleno sin órganos es un cuerpo poblado de multiplicidades”. A modo de una “teoría material-fenomenológica del amor-pasión”, este “cuerpo sin órganos” opera sobre la paradoja de la mística, que conforme haya menos material crezca el espíritu orgásmico y la capacidad para que el cuerpo intenso adquiera múltiples órganos o atributos inesperados; a su vez, bajo una observación de la psicología que adquiere intensidades emotivas y sensoriales cuando escapa de la zona asignada.

[6] MM p. 10.

[7] Más como generador de sus intensidades y multiplicidades, que, como la abstracción pura, contra la cual se revuelven DG.

[8] El traductor, señala que DG cuando se refiere a plan también implica el plano, la carta de diseño.

[9] En MM p. 10. Este texto continúa con neologismos para desanimar lectores: “Los estratómetros, los deleómetros, las unidades CsO de densidad, las unidades CsO de convergencia…” Palabras nuevas y misteriosas, por ejemplo, adelante define “organizaciones que crean estrato (estratómetros)” y “conversiones en líneas de muerte (deleómetros)” p. 522. El “estrato” se refiere a lo elevado en el aire y a las capas de tierra interiores.

[10] Hay un debate contra el manido concepto marxista de ideología, realzado y de moda (en esos años) por Althusser con librito “Los aparatos ideológicos del Estado” y reforzado por el descubrimiento de Gramsci con sus Cuadernos de la cárcel. Recordemos que La ideología alemana es un texto fundacional de Marx, su línea de separación de la joven izquierda hegeliana. Nota importante: la clasificación como mera ideología de un conjunto de discursos infinito lanza hacia la ceguera y el fanatismo. A esa falsificación del marxismo vulgar la cuestionaron Sartre y el joven Lukács.

[11] MM p. 12. Por eso eligen la raicilla o rizoma que está abajo del suelo, para quedar un nivel bajo del suelo (materialismo ingenuo) y colocarse junto a los bulbos, los estratos inferiores, los manantiales, los minerales, etc. ¿El viejo topo de Marx? Estos DG se van más abajo, porque el animal subterráneo de Marx pretende levantarse cual ángel proletario, ligado a la jerarquía.

[12] Aunque Spinoza aparece como precursor de la inmanencia, lo primero que hace es colocar a Dios como la sustancia del mundo; por tanto, es también lo más trascendente, con su panteísmo.

[13] MM p. 14. Entonces carece de sentido la gran búsqueda de Marx por la gran unificación comunista, interpretada como identidad final de sujeto-objeto en Lukács (Véase interpretación de Itzván Mészaros sobre Lukács y de Ernest Bloch sobre Hegel). En su sitio, DG ponen muchas integraciones, en vez, del gran orgasmo proponen muchas mesetas (modelo presente en el Tao del amor).

[14] Aplica al lenguaje y su semiótica: “Un eslabón semiótico es como un tubérculo que aglutina actos muy diversos, lingüísticos, pero también perceptivos, mímicos, gestuales, cogitativos: no hay lengua en sí, ni universalidad del lenguaje, tan sólo hay un cúmulo de dialectos, de patois, de argots, de lenguas especiales.” MM p. 13.

[15] MM p. 15. Evitar el cierre, escapar de la definición, eludir la estructura… Una tarea para corredores mentales, que está en riesgo de fracaso: “Los grupos y los individuos contienen microfascismos que siempre están dispuestos a cristalizar. Por supuesto, la grama también es un rizoma.”

[16] MM p. 15.

[17] MM p. 17.

[18] Contra el calcar y el principio de fotografía (una magia de identidad mecánica) propone el mapa como su modelo cartográfico. “Muy distinto es el rizoma, mapa y no calco.” MM p. 17.

[19] MM p. 26.

[20] MM p. 19.

[21] MM p. 24.

[22] “el Estado engendra clases canalizantes y canalizadas (cf. lo que nunca ha sido refutado en las tesis de Wittfogel). El déspota actúa allí como río” MM p. 24. Nota sobre Wittfogel quien cuestionó a la URSS y China como no-comunistas, sino como reediciones de los antiguos Estados del despotismo asiático, sustentado en una economía de grandes obras hidráulicas; en el s. XX, transformadas en las grandes industrializaciones bajo planificación.

[23] Es una zona de excitación agónica (de lucha) que se disfruta. Esta meseta “sustituye al orgasmo‖, a la guerra o al punto culminante.” MM p. 26.

[24] “Cada meseta puede leerse por cualquier sitio, y ponerse en relación con cualquier otra. Para lograr lo múltiple se necesita un método que efectivamente lo haga; ninguna astucia tipo-gráfica, ninguna habilidad léxica, combinación o creación de palabras, ninguna audacia sintáctica pueden sustituirlo” MM p.

[25] “Conocemos pocos logros de este género. Nosotros tampoco lo hemos conseguido.” MM p. 26. Mencionan un texto que consideran auténtico nómada en la nota 19 de este segmento introductorio. Con facilidad, esta humilde limitación se remonta hacia la famosa separación de la teoría con la práctica como una problemática. Por ejemplo, en Lukács con su Historia y consciencia de clase, aunque poco después creyó que Lenin había logrado remontar ese abismo, para tropezarse con Stalin.  

[26] MM p. 26. Curiosamente, para DG este galimatías de neologismos aspira a ser práctica, a la manera de una “micropolítica”. Lo plantean con duda y en sentido de aspiración.  En otra parte de esta introducción DG agregó otro argumento a esta identidad: “RIZOMÁTICA = POP’ANÁLISIS” p. 28, quizá este agregado es más práctico y claridoso que los anteriores.

[27] Del socialismo utópico al socialismo científico de Engels, muestra un asombroso nivel de vanidad intelectual que encandiló su mente durante esa etapa de vejez.

[28] “Las cosas que se me ocurren no se me presentan por su raíz, sino por un punto cualquiera situado hacia el medio. Tratad, pues, de retenerlas, tratad de retener esa brizna de hierba que sólo empieza a crecer por la mitad del tallo, y no la soltéis” Cita de Kafka. También ver “Kafka por una literatura menor”.

[29] Conforme el nómada sirve como sombra fantasmagórica del “viejo proletario revolucionario”, también sirve de espejo al nuevo “cognitariado”. Visto por primera vez en La tercera ola de Toffler.

[30] La “multitud” de Hardt y Negri como nuevo sujeto contra el imperio es una clarísima secuela de este tipo de análisis, aunque llevado a una pragmática política más tradicional, como se observa en su texto Imperio.

[31] Esquivan al clásico proletario, como sujeto revolucionario, pero DG apelan a una subjetividad emergente y extraña, que son nómadas en varios sentidos, especie de fantasmas de la creatividad, desheredados que atacan por sorpresa. Pienso en Derridá señalando el carácter fantasmal del comunismo.

No hay comentarios: