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viernes, 8 de marzo de 2024

DELEUZE RESUMEN Y DIVAGACIÓN DE “MIL MESETAS” 06 CUERPO SIN ÓRGANOS

 



 

Por Carlos Valdés Martín

Invitación a la lectura

Para dar homenaje al esfuerzo de Deleuze y Guattari (en adelante DG) conviene aplicar intensidades en vez de sustituirlas con una organización; por tanto, conviene emular su método para abordar los capítulos en riguroso desorden (en su lenguaje críptico se dice: desterritorializando para reterritorializar), así, como ellos mismos los confeccionaron por desordenadas intensidades. Este capítulo se titula por una fecha, apuntando hacia un punto particular del tiempo y un personaje, Antonin Artaud, con su presentación radiofónica censurada Para terminar con el juicio de Dios.[1]

6.      28 NOVIEMBRE 1947 ¿CÓMO HACERSE UN CUERPO SIN ÓRGANOS?

Por especificar la medida, aquí comienzo por el final del capítulo, señalando el resumen de conceptos clave y su jerarquía (nivel de generalidades) poco obvia. Su núcleo o Base: Cuerpo sin Órganos el CsO, que son distintos. Conecta: agenciamiento. Colecta: Plan de Contingencia. Soberanía colecta de todos los CsO: Máquina general. Transverso (el “sujeto” individual o social): Aunque el intento es la transversalidad que recupere todos los Agenciamientos... las intensidades de cada CsO. Otra manera es sintetizar el CsO como el modelo del sujeto que remite a un no-sujeto; por eso lo llama “huevo”, el núcleo de lo subjetivo, especie de ADN que sostiene, al conjunto; en ese sentido, el CsO es el modelo de la “totalidad[2] límite del sujeto; modelo sobre el cual brota y retorna la psique y el exterior (pues con DG la unidad psique-sociedad se garantiza a nivel de máquinas deseantes incontables).

Referente constante de este capítulo: Antonin Artaud y sus creaciones. Hago la observación de que se recomienda el revisar la vida y obra de Artaud antes de leer este capítulo, en especial, ubicar su proyecto “Para terminar con el juicio de Dios”.

El principio del capítulo comienza con la imposibilidad absoluta del Cuerpo sin Órganos (CsO, abreviatura sistemática de DG) para paso a paso, aclarar que esa imposibilidad también es una exigencia[3]. Lo otro que se revela es el sentido de la fecha: “El 28 de noviembre de 1947, Artaud declara la guerra a los órganos: Para acabar con el juicio de Dios[4] Fue un programa de radio de Antonin Artaud que resultó censurado por sobrepasar los límites de la moralidad de la época.

El personaje Artaud expresa intensidades y peculiaridades que fascinan a DG, por lo que es el “objeto” idóneo para plantear el CsO. El poeta maldito y creador Artaud por su larga condición de enfermo (para usar la palabra estigmatizadora) físico y mental resulta el escenario perfecto para mostrar el CsO en su condición efervescente y explícita, porque él explícitamente quería deshacerse de su cuerpo físico (adolorido, martirizado por enfermedades físicas) y su mente (el espíritu martirizado por toda clase de dolencias mentales, emocionales, simbólicas, conceptuales, etc.), lo cual sirve para mostrar la teoría del CsO de DG.

Cualquier análisis y especulación sobre este capítulo 6 resulta incompleta hasta no descifrar más a fondo la vida y obra de Artaud, aunque los propios DG no abordan este espacio como “biografía de Artaud”, sino como un homenaje, señalado desde la fecha de su última creación notoria en Para acabar con el juicio de Dios. Por tanto, el estudio de este capítulo resulta provisional hasta no conocer mejor a Artaud.

El CsO se relaciona con una agónica (explícita e ingenua) declaración de guerra de Artaud contra los órganos; en efecto, el poeta desea deshacerse de sus órganos. Y sus motivaciones son vivenciales, una larga existencia de enfermedades insoportables, incluidos muchos años de internamiento psiquiátrico y hasta electrochoques como terapia salvaje.

Artaud tras una larga experiencia personal —que incluye los extremos de enfermedades físicas y mentales, encierros y experimentación psicotrópica, creación teatral y poética notable, viajes y rupturas— manifiesta su anhelo del CsO. Para efectos de exposición, DG separan varios casos típicos que se comparten con la literatura psicológica y otros géneros: 1) “Interminable procesión: —del cuerpo hipocondríaco, cuyos órganos están destruidos, la destrucción ya está consumada”. 2) “expresiones; — del cuerpo paranoico, cuyos órganos no cesan de ser atacados por influjos, pero también reconstituidos por energías exteriores”. 3) “del cuerpo esquizofrénico, accediendo a una lucha interior activa que libra contra los órganos y cuyo precio es la catatonia,”[5]. 4) “luego del cuerpo drogado, esquizo-experimental: ―el organismo humano es escandalosamente ineficaz”. 5) “del cuerpo masoquista, que se comprende mal a partir del dolor (…) porque fundamentalmente es un asunto de CsO (…) se hace inmovilizar para detener el ejercicio de los órganos”[6] En este principio, las principales “enfermedades mentales” remiten al CsO, pero también otros estados del cuerpo-mente: Fuentes del placer y la alegría, pero vistas como al extremo: “El CsO es lo que queda cuando se ha suprimido todo. Y lo que se suprime es precisamente el fantasma”[7].

En este capítulo estudian cada tipo de CsO. Ahondan en el masoquista cuando programa y escenifica su dolor, donde resaltan el plan, lo estudiado de sus actos cuando buscan la ruptura y el desbordamiento, por tanto, un más allá del dolor[8], eso otro que busca el masoquista.

A su vez, esas modalidades sirven para ir revelando al CsO, por ejemplo, que únicamente existe como intensidad, “Un CsO está hecho de tal forma que sólo puede ser ocupado, poblado por intensidades. Sólo las intensidades pasan y circulan.”[9]

Juguetea que el libro de la Ética de Spinoza podría ser un gran CsO textual por su transitar por intensidades (unificador y traspasador en su singular panteísmo).

El amor y deseo más normales de pareja para esta interpretación también operan en el CsO, con esa búsqueda de la fusión, el traspasarse por el amor pasional.

El sacerdocio como enemigo del placer es interpretado también en este esquema, en un pasaje mostrándolo desde la castración[10], como viaje por todos los puntos cardinales, incluyendo las Columnas de Hércules. Habrá que buscar cuál es el referente real de este sacerdote anti CsO, pero que también hace lo suyo.

Estudia con detenimiento el CsO masoquista: pp. 157-158 y regresa en pp 160-161 (tareas de sadomasoquismo, papel de la madame-amazona).  

Estudia al sacerdote fantasioso (ciclo místico) y al psicoanalista, pp. 159-160.

Estudia el amor cortesano como CsO (la posposición romántica etc.), pp 161-162.

Estudia el Tao de amor chino como CsO, p. 162.

Vuelve al CsO como un conjunto p. 163 y su relación con las modalidades. Ahí se aborda el significado de “meseta” derivado de Bateson. “Bateson llama mesetas a regiones de intensidad continua, que están constituidas de tal manera que no se dejan interrumpir por un final exterior, ni tampoco tienden hacia un punto culminante: por ejemplo, ciertos procesos sexuales, o agresivos, en la cultura balinesa. Una meseta es un fragmento de inmanencia. Cada CsO está hecho de mesetas.”[11] Donde queda claro algo tan importante. La meseta es un concepto derivado de la sexualidad alternativa (tao y otras culturas); las zonas de intensidades sin alcanzar el orgasmo que lo diluya. Meseta es la intensidad variable.

 

Regresa a Artaud mediante la “Relectura de Heliogábalo y de los Tarahumaras”[12]  

 

Precisa su dialéctica de parte y todo para el CsO[13], una liberación utópica del cuerpo separándose y recomponiendo su relación con los órganos, que más que física es lo psíquico en acción en las pp. 163-164.

Ahonda en el CsO sobre su “estratos” y niveles de realidad, para desradicalizar[14] lo que plantea Artaud (de plano fugarse de los órganos, posición esquizofrénica), para mostrar que en tres niveles sucede todo el tiempo la desintegración y reintegración del CsO; intentando deshacerse de subjetividad, el Yo, etc.

Expone las consecuencias difíciles al seguir la ruta del CsO: perversión, marginación, desadaptación, vagabundeo… El truco es liberar la libido, la destrucción creadora “Deshacer el organismo nunca ha sido matarse, sino abrir el cuerpo a conexiones que suponen todo un agenciamiento, circuitos, conjunciones, niveles y umbrales, pasos y distribuciones de intensidad, territorios y desterritorializaciones medidas a la manera de un agrimensor.”[15] En este nivel, ya tiene mucho sentido práctico, y está totalmente vinculado con el programa teórico-práctio de la anti-psiquiatría de Cooper y Laing[16].

Pone alerta en los modos fracasados del CsO estimulando la sensatez al practicar lo alternativo: “El CsO oscila constantemente entre las superficies que lo estratifican y el plan que lo libera. Liberadlo con un gesto demasiado violento, destruid los estratos sin prudencia, y os habréis matado vosotros mismos, hundido en un agujero negro o incluso arrastrado a una catástrofe, en lugar de trazar el plan. Lo peor no es quedar estratificado —organizado, significado, sujeto— sino precipitar los estratos en un desmoronamiento suicida o demente, que los hace recaer sobre nosotros, como un peso definitivo.”[17]

Retoma a Castaneda como un caso de CsO exitoso en sus Historias de Poder, al considerar la precaución debida en la relación entre Tonal y Nagual, p. 166-167.

A la pregunta de ¿Por qué tantos peligros en la ruta del CsO? Responde casi en telegrama, señala algunos puntos, reconociendo que el CsO también puede derivar hacia lo peor. Explica que toda la ruta son estratos y estratificaciones, pudiendo tomar cualquier figura. La intensidad del CsO puede devenir violencia y caos por su propia turbulencia, incluso retotalización desde lo peor[18]. Da indicaciones, pero no soluciones, muestra una carta fantasiosa de Artaud para Hitler (fallecido), pp. 167-168.

Interpreta al CsO como un huevo, quizá intensidad pura, potencia, pp 168-169.

Critica al psicoanálisis de ser demasiado concreto, al contar con un mapa del cuerpo, cuando el Deseo escapa a tales definiciones; asume ese peculiar Deseo más allá de los órganos, modalidades paranoico-esquizo... locas carreras de los "estados alterados" o misticismo anómalo, p. 169.

Para cerrar el capítulo vuelve a la definición de lo complejo que es el CsO, “El CsO es deseo, él y gracias a él se desea. No sólo porque es el plan de con-sistencia o el campo de inmanencia del deseo, sino porque, incluso cuando cae en el vacío de la desestratificación brutal, o bien en la proliferación del estrato can-ceroso, sigue siendo deseo. El deseo va hasta ese extremo: unas veces desear su propio aniquilamiento, otras desear lo que tiene el poder de aniquilar.”[19] Los autores DG plantean que esto es materialismo a ras de suelo, un tipo de fenomenología, nada de espíritu ni trascendencia dialéctica[20]. Diríase que el campo de posibilidades de los CsO está comprendido en el “plan de consistencia”: unos entran y otras los rechaza.  El Plan de Consistencia es el "sistema" de todos los CsO que no acepta todos.

El último párrafo muestra su intención positiva, de mediante los CsO cargarse de placer en proyecciones viables, que no sean fracasadas ni cancerosas: “Nosotros sólo decimos lo siguiente: la identidad de los efectos, la continuidad de los géneros, el conjunto de todos los CsO sólo pueden ser obtenidos en el plan de consistencia por una máquina abstracta capaz de englobarlo e incluso de trazarlo, por agenciamientos capaces de conectarse con el deseo, de cargar efectivamente con los deseos, de asegurar en ellos las conexiones continuas, las uniones transversales. De lo contrario, los CsO del plan permanecerán separados en su género, marginalizados, reducidos a sus propios medios, mientras que en el ―otro plan‖ triunfarán los dobles cancerosos o vaciados.”[21]

 

De nuevo la síntesis: Base: CsO, que son distintos.  Conecta: Agenciamiento. Colecta: Plan de Contingencia. Soberanía: Máquina general. Aunque el intento es la transversalidad que recupere todos los Agenciamientos... las intensidades de cada CsO conteniendo el placer y su viabilidad. A manera de curiosidad esto suena al camino abierto hacia la micropolítica, que a nivel comercial es la famosísima “auto-ayuda” como el camino nuestro de cada día[22].

 

 



[1]  El capítulo completo es un homenaje a Artaud y un recorrido original sobre su vida y obra.

[2] El nivel fenomenológico de la filosofía de DG implica una fuerte discusión contra la “totalidad”, la cual posee un aspecto indispensable, por lo mismo recurren a conceptos-totalizadores muy peculiares.  

[3] “El Cuerpo sin Órganos no hay quien lo consiga, no se puede conseguir, nunca se acaba de acceder a él, es un límite. Se dice: ¿qué es el CsO? —pero ya se está en él, arrastrándose como un gusano, tanteando como un ciego o corriendo como un loco, viajero del desierto y nómada de la estepa.” Mil mesetas p. 156.

[4] Mil mesetas, p. 156.

[5] Conviene señalar que además del sentido psicológico, los siguientes términos adquieren un sentido muy filosófico-analítico: esquizofrenia y paranoia. Esquizofrenia como tendencia a la separación de elementos, constante y sin descanso. Paranoia es lo inverso, siendo la tendencia a la unificación de los elementos, continua sin límite, pues el universo entero apunta hacia el Yo. En el límite de la esquizofrenia todo se ha disociado, alcanzando un vacío. El estado de catatonia vista como el vaciamiento final de separación del Yo frente a los contenidos. Muy próximos a la antipsiquiatría de Laing y Cooper, véase, El Yo dividido.

[6] Mil mesetas p. 156. Estas citas de la misma página.

[7] Mil mesetas p. 157.  También lo llama “Huevo tántrico” p. 158.

[8] “Abridores de puertas y cerradores de trampillas, Malabars y Fierabras (Nota: malabaristas y guapos rudos). El cuerpo no es más que un conjunto de válvulas, cámaras, esclusas, recipientes o vasos comunicantes: un nombre propio para cada uno, poblamiento del CsO, Metrópolis, que hay que manejar con látigo.” p. 158.

[9] Mil mesetas p. 158.

[10] Mil mesetas p. 159.

[11] Mil mesetas p. 163.

[12] Mil mesetas p. 163. Artaud vivió un tiempo en México y tuvo la experiencia de los indígenas tarahumaras (rarámuris) con su religión y con el estimulante tradicional, el peyote.

[13] “se opone al organismo, a la organización orgánica de los órganos. El juicio de Dios” (obra de Artaud)

[14] “experimentación. Y si el CsO es un límite, si nunca se acaba de acceder a él, es porque detrás de un estrato siempre hay otro estrato,” p. 164.

[15] Mil mesetas pp. 164.165.

[16] Al parecer las dificultades y prácticas, desinflaron un ambicioso programa de una psicología alternativa y radical. Véase . Cooper, Gramática de la vida y Laing, El yo dividido.

[17] Mil mesetas p. 165.

[18] “Incluso si consideramos tal o cual formación social, o tal aparato de estrato en una formación, nosotros decimos que todos y todas tienen su CsO dispuesto a socavar, a proliferar, a recubrir y a invadir el conjunto del campo social, entrando en relaciones de violencia y de rivalidad, pero también de alianza o de complicidad.” Mil mesetas p. 167.

[19] Mil mesetas p. 170. Esto no implica puro deseo bueno, también implica las configuraciones negativas o nefastas.

[20] En este punto, donde estoy en desacuerdo con DG, su materialismo meritorio y también forzado: sus sublevaciones de la materia, representan la tendencia al Espíritu, a la manera de triple estructura del sujeto. Lo mismo crítico con el problema de la síntesis, que tanto les causa problema a DG, pero está en el corazón del “sistema” mostrado.

[21] Mil mesetas p. 170.

[22]  Tanto Alvin Toffler como Giles Lipovetsky señalan la tendencia hacia el auge de la autoayuda, como complemento de la disociación social, efecto del choque cultural, etc. Véase La tercera ola y La era del vacío.

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