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domingo, 30 de agosto de 2009

EL SIMBOLISMO SERPENTINO: DESDE EL PARAÍSO PERDIDO HASTA EL RAYO DENTRO DE LA SERPIENTE EMPLUMADA

Por Carlos Valdés Martín

0) El múltiple valor
La serpiente sirve de modelo para representar lo bajo y oscuro, pero la gama de sus significados también encierra un símbolo de sabiduría, vitalidad y hasta del cielo; aunque nos sorprende, descubriremos a una serpiente celeste representando al rayo . Este simbolismo lo encontraremos bajo muchos aspectos atravesando los significados del mundo y trasmundo, la existencia humana y divina. Su gran valor radica en su viabilidad para unir diversidades, mostrando el camino de la metamorfosis en la frontera, anclando las dificultades interiores de la psique, pero demostrando posibilidades abiertas tal como lo veremos en el yoga y la mitología. Esta variación de significados depende del misterio, porque la serpiente simboliza el misterio, ya sea hundiéndose en una grieta para pasar al trasmundo o entregando el veneno como vía al más allá.

1) La terrestre: lo diabólico en la Biblia
 En el Occidente judeocristiano la asociación simbólica más conocida para la serpiente es su función en el pecado original. La víbora sirve de vehículo para encarnar lo diabólico y por este medio el mal seduce al humano, haciéndole probar del árbol prohibido e iniciando el padecimiento. En el relato de la Biblia la sierpe es el vehículo para que Adán y Eva abandonen la inocencia y se contaminen por fruto del árbol del bien y el mal. Esa serpiente no fue considerada el actor esencial, pero sí es el vehículo activo y así también recibió su maldición, y en el relato queda condenada a arrastrase por los suelos. Aquí surge condensado el poderoso simbolismo de la caída, pues mientras Adán y Eva caen del paraíso, el ofidio queda arrastrándose, caída en el suelo para siempre. Esta sierpe del Paraíso actúa como la representante diabólica en el Génesis y luego esta figura fue ampliada por la imaginación literaria . En cambio, en otras culturas, la víbora simbólica se interpreta como representante de la sabiduría, por lo tanto participa en la formación cultural y hasta en la redención.

1.1) La pitón como terror antiguo en Las Metamorfosis
Pero además de considerarse como una encarnación de lo diabólico, en un plano más elemental este ser motiva temor, pues la serpiente es temida como animal (o espíritu) peligroso, y este miedo adquiere una ciudadanía primitiva indudable. Las leyendas también hablan de ofidios en los períodos antiguos, pero de contornos más monstruosos que habitante del Edén judeocristiano, entonces nos describen sierpes monstruosas de los tiempos legendarios. Así, como las narraciones creen en una legendaria humanidad de gigantes también temen a víboras titánicas. En la parte correspondiente a los orígenes del mundo Ovidio coloca a la serpiente pitón, y dice que luego de un diluvio, la tierra creó a las especies y “entonces también te creó a ti, descomunal Pitón, y tú eras, desconocida serpiente, el terror de los pueblos de nueva creación, tan gran espacio ocupabas en el monte” . Por eso el dios Febo para abatir a la monstruosa sierpe usó miles de disparos de flecha y así la mató el dios solar, lo cual fue una hazaña importante, por lo que en gratitud se instituyeron los juegos “Pitios”, similares a los juegos olímpicos antiguos.

2) Una elevándose: la sabiduría en Quetzalcóatl
El episodio de un dios azteca, Quetzalcóatl, nos muestra una visión de la serpiente como vehículo de la cultura y la elevación. La palabra “quetzal” nombra al ave más hermosa de Mesoamérica y “coatl” es la sierpe, y la unión de los dos términos nos ofrece al dios legendario, que eleva lo terrestre hasta nivel celeste. Este dios prehispánico representa el proceso civilizatorio, pues es quien trae la cultura a los hombres y los eleva sobre su estado de ignorancia. Por lo mismo, en la década de 1920 lo recuperó el intelectual José Vasconcelos como símbolo de unión entre el nacionalismo indigenista y el afán de progreso cultural.
Esta serpiente-ave divina es uno de los temas más importantes y repetitivos para las culturas mesoamericanas, que compartieron su creencia. A Quetzalcóatl lo encontramos en los frisos pétreos de las pirámides de Teotihuacán, Chichen Itzá y Xochicalco o en los frescos y las vasijas de cualquier región de Mesoamérica. Abarcando desde la parte norte, en la zona tolteca, hasta el sur bajo el nombre de Kukulkán entre los mayas, este dios permanece representado entre las ruinas de las antiguas ciudades.

3) La serpiente subiendo: caduceo de Hermes-Mercurio
A la serpiente la tenemos representada dentro del símbolo de la ciencia médica, que es el caduceo de Hermes-Mercurio y en el bastón de Esculapio . El caduceo se representa con un bastón o báculo cruzado por dos víboras entrelazadas . Es importante notar que las dos sierpes están ascendiendo en una suave curva como “eses”, para alcanzar la cima del bastón. El bastón o vara, entre muchos pueblos, indica signo del sostenimiento o hasta emblema del poder, el gobernante era investido con un bastón, el cual representaba su poder.
Entre los griegos este caduceo representó al dios Hermes, asociado al comercio, al movimiento, al ingenio, las ciencias ocultas, la medicina y al engaño. El significado del caduceo es muy complejo, se relaciona con el poder, la diplomacia (significa etimológicamente “el heraldo”), el comercio (es intercambiado por Apolo a cambio de la lira inventada por Hermes), la ganadería, la comunicación, la fecundidad, la guía de hombres, los viajes, el sueño, el conductor del alma al morir, la música, el esoterismo, la trasmutación y la medicina .
Un atributo de Hermes radicó en la rapidez, por lo que el dios tenía alas en los talones y así servía como el mensajero divino. El caduceo en su figura más completa se representa con alas coronándolo, por lo mismo, en la parte superior se encuentra una representación aérea. Así, que el caduceo se inicia desde el elemento terrestre y dos serpientes lo representan, pero asciende bordeando por el madero recto, que es el bastón (madera que vincula los elementos) y se corona en lo celeste, representado por unas alas.
La variedad de sierpe venenosa entrega lo contrario a la medicina, por tanto nos encontramos con la paradoja de una identidad del brebaje médico y el veneno . Tal como el reptil saliva su ponzoña, el médico debe manar su sustancia curativa, entonces se aparean los puestos entre el morir y el vivir; entonces estas criaturas de Hermes resultan las propias para revertir el curso espontáneo, pues de manera espontánea reptan y con la sabiduría médica deben de ascender.


4) La doble ascendiendo: la Kundalini
 En el estudio del yoga la serpiente se representa y asocia en la columna vertebral. De forma casi idéntica a lo indicado bajo el símbolo del caduceo, encontramos dos víboras ascendiendo a los costados de una columna central, pero en este caso, estamos ya en otro plano. La serpiente de la Kundalini no corresponde a una simple alegoría, es un fenómeno de en la frontera, a medio camino entre cuerpo y espíritu. Esta sierpe del yoga no existe como hecho, permanece virtual hasta que se conquista, pues el yogui dedica largos años de ejercicios y meditación para lograr despertar la serpiente de la Kundalini y desenroscarla de su base en el hueso sacro. Esta dualidad serpentina es el emblema de un flujo de poderosa energía, que asciende a ambos costados de la columna vertebral, de tal modo eleva la energía desde el centro energético inferior hacia los centros superiores, culminando en la cumbre espiritual. En la persona normal esta doble serpiente Kundalini está dormida, por lo que esta conexión energética nunca se manifiesta. Una larga preparación con ejercicio físicos y mentales integra el único vehículo para hacer que la víbora energética rompa su inercia de permanecer en el terreno horizontal y convertirla en una serpiente ascendente, un torrente ascendente buscando lo alto del microcosmos.

4.1) La serpiente como rayo
Ya que hemos arribado a la interpretación energética de la víbora, es necesario dirigirse hacia el rayo, como suprema manifestación de la energía natural. La adoración del rayo fue normal entre los pueblos, y algunos asociaron al rayo como ofidio celeste. En ese sentido ya no parece extraña la figura de Quetzalcóatl, ya que en el rayo están unificados el principio del cielo y la tierra, porque las grandes descargas eléctricas unen a las nubes con el suelo.
Algunos pueblos creen que el rayo siempre desciende y otros que sube. Para los griegos Zeus lanzaba los rayos desde las alturas, entonces en su interpretación, éstos caían claramente; en cambio, para los antiguos chinos el rayo cumplía una elevación súbita y estruendosa de la energía terrestre, que se encaramaba hacia el cielo. Quizá en un sentido más estricto, el rayo físico es tan ascendente como descendente, pues manifiesta un diferencial de energía, por lo que se intercambia el flujo de electrones entre las nubes y la tierra.

5) Una discutiendo con el águila: el escudo mexicano
Según la leyenda la última tribu náhuatl llegó al Valle de México buscando una señal para ubicar su residencia definitiva. La leyenda les había prescrito que se instalarían donde encontraran a un águila sobre un nopal “devorando” a una serpiente. Tras largos años de emigración, por fin su sacerdote avistó el prodigio anhelado sobre un pequeño islote en el lago y ahí se fundó la ciudad de Tenochtitlán, que sería la capital de una gran civilización.
Existe alguna discrepancia de interpretación sobre si esa águila al inicio estaba solitaria y si realmente está devorando o discutiendo con la serpiente. En verdad las águilas pueden comer víbora, pero los sacerdotes aztecas debieron guardar una idea más simbólica del tema. En cuanto símbolo el águila representa a la divinidad, porque es el pájaro del más alto vuelo, el ave acercándose más al principio celeste; mientras que la serpiente implica el ámbito terrestre, al serpentear junto a la tierra y esconderse en guaridas subterráneas. Así, el águila con la serpiente en sus garras sintetiza la unidad de ambos elementos. En este encuentro, según la representación tradicional y hasta ahora aceptada, la serpiente está levantada, mantiene su cuerpo incorporado y así ahora nos recuerda el ascenso de la víbora, ya sea como caduceo, Kundalini o Quetzalcóatl. Entonces en el escudo mexicano reproducimos la representación de una serpiente en una pose ascendiendo, ya lista para el vuelo del águila.
Pero ¿qué significaría que la sierpe sea devorada por el águila? Con esa variación no cambiaría demasiado el contenido simbólico, porque en ese caso estaría transmutándose completamente y sería elevada por el águila a la región celeste. En cualquier caso, el principio terrestre se convierte en celeste . La diferencia podría radicar en que devorar revela un conflicto entre los dos principios, mientras que el diálogo ya implicaría la resolución, la armonía entre tierra y cielo en un proceso de ascensión.

6) Las letras de Isis como serpiente y columnas
En el caso de que interpretemos a las letras por su forma, la letra “ese” nos parece el camino de la serpiente y en sentido ascendente o descendente, como prefiramos, ya que la letra misma no contiene una cabeza y una cola para indicar la dirección. Por su parte, la letra “i” nos representa una columna pequeña con algo flotando en el aire, un principio superior, directamente encima de la vertical. La unidad de esta columna con una doble “ese” nos recuerda, perfectamente, la forma y el principio del caduceo. Esta relación entre la verticalidad y la curva a sus lados quizá parece superficial, atendiendo al lado exterior de las cosas, pero debemos recordar que Isis fue una diosa esencial para el panteón egipcio, cuya función como esposa del dios principal, la muestra pletórica de poderes y atributos. En primer lugar, controla la vía misteriosa para sacar a su amado de la muerte, y como deidad del lado femenino, Isis controla a distancia el emblema del caduceo, ya que la sierpe ascendente también es la fuerza de la sexualidad, como veremos adelante.

7) Alrededor de la columna como espiral: signo del movimiento ascendente
 Otra forma de ver el ascenso de la víbora sobre la columna es con la espiral perfecta, mediante un círculo completamente ascendente. Esta forma de movimiento circular alrededor de un eje en nuestra lengua se denomina como “serpentín”, dispositivo que se utiliza en algunos tubos de destilación y también representa muy bien ese pequeño papel enrollado para festividades llamado “serpentina”.
La espiral ascendente revela una forma de movimiento extremadamente importante en la naturaleza y el pensamiento, pues ofrece la forma correspondiente a la evolución y el desarrollo, ya que la naturaleza y la sociedad se desarrollan mediante ciclos ascendentes y decaen por ciclos descendentes . La espiral dibuja un círculo en movimiento que regresa a los mismos lugares pero en planos diferentes. Esta figura regresando pero subiendo de plano representa la idea del cambio evolutivo y el filósofo Hegel observó agudamente que el curso de la historia humana debía operar bajo la forma de una espiral dialéctica, ya que el movimiento tiende hacia su polo contrario y luego a regresar, pero lo hace cambiando de plano. El saltar entre polos contrarios indica la contradicción, la cual Hegel observó como motor de la historia natural y humana, bajo un ritmo triádico de tesis, antítesis y síntesis, pero evolucionando hacia planos superiores . Entonces esa espiral serpenteando indica el sentido del progreso y la transformación.

8) El infinito: Odradeg
De hecho la espiral es una de las variaciones de las relaciones entre el círculo y su proyección en las figuras cónicas, las cuales han dado muchos frutos en las teorías de la Geometría. Pero en caso de no existir un movimiento ascendente o descendente la serpiente que circula debe alcanzar su propia cola y entonces arribamos al círculo o anillo. El círculo representa lo cerrado, lo acabado y lo perfecto. En la mitología escandinava existe una víbora especial que representa apabullante el sentido del círculo. Se llama Odradeg a una gran serpiente sobre la cual reposa el mundo entero, mientras con su boca muerde su cola, indicando que ella misma abarca el mundo. Y el emblema que abarca todo el mundo conduce a la imagen de lo infinito. Esto indica el morderse la cola: el final alcanza al principio por eso ya no hay principio ni final, por lo tanto descendemos hasta lo eterno. También lo podemos entender como que el final produce al principio, porque lo que existe una autoproducción, semejante a la idea de Dios, como el agente de la autoproducción absoluta, por lo tanto no requiere de una antecedente y no recibe su propia génesis, es lo increado. Entonces la serpiente del infinito representa al universo completo o indica la circularidad del concepto de Dios.
Existe una segunda figura del infinito y sobre esta modalidad se estableció su símbolo matemático; en vez del círculo, se establece una especie de ocho acostado, que corresponde a un círculo plegado por la cintura. También este símbolo del infinito se desprende de una visión de la serpiente mordiéndose la cola, pero de un modo más complejo que con el círculo. Siguiendo el trazo el mismo principio lleva al final y de regreso, tal como lo hizo el círculo pero más complejo.

9) Como simbolismo sexual: Freud
 Para nuestro presente el simbolismo sexual de la psicología resulta más familiar, y la asociación de la serpiente con lo fálico salta a la vista. El padre de la psicología científica, mediante la interpretación psicoanalítica del inconsciente conduce una serie de representaciones hacia su base sexual, como la plataforma profunda en el inconsciente humano. El deseo sexual reprimido y metamorfoseado opera dentro de la mente humana convirtiéndose en alusiones, representaciones, similitudes morfológicas, huellas de sonidos, símbolos y demás transformaciones de las pulsiones originarias. La energía sexual, para el psicoanálisis ofrece el fuego motriz de la vida psíquica, y los contenidos sexuales se deben rastrear en cualquier representación del inconsciente.
Bajo una perspectiva psicoanalítica la historia del jardín del Edén bíblico se debe reinterpretar como la irrupción del deseo sexual, que genera la pérdida de la inocencia y la irrupción del deseo erótico perseguido por la culpa. Con este deseo el cuerpo ya no puede permanecer desnudo sin culpa, así aparece el vestido (primero como hoja de parra) y la prohibición (expulsión del Edén). La sierpe como vehículo de la tentación es una representación fálica del emerger sexual, pero se disfraza hacia la especie que mejor semeja al órgano masculino.
Pero cuando la vida sexual se rechaza con fuerza, esta operación también implica una coacción severa sobre los sentidos. Entre una de las manifestaciones más fuertes de las fobias sexuales está en la parálisis de miembros y hasta la ceguera, ambas manifestaciones del trastorno denominado histeria. Aunque en la actualidad no resulta tan corriente, pero en los tiempos de Freud la histeria aparecía como uno de los trastornos psicológicos más comunes y su causa fue encontrada en una angustiosa lucha contra un impulso sexual, pues tal lucha interna se manifestaba en una disociación de la persona. Esa disociación histérica ocasionaba que la gente bloqueara completamente el movimiento de un órgano o hasta la vista, cuando esto se asociaba con una posible irrupción de un impulso sexual inaceptable.

10) La serpiente doble y Tiresias: la dualidad sexual
El fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, gustó de inspirarse en los mitos griegos para alimentar su ciencia. La ceguera y la sierpe asociadas a la sexualidad aparecen repetidamente en la leyenda del sabio Tiresias. Este sabio “conocía el placer de los dos sexos, puesto que había golpeado con un palo en el verde bosque los cuerpos de dos serpientes que estaban copulando y entonces ¡cosa admirable!, de hombre se convirtió en mujer y así permaneció durante siete otoños” El sabio al octavo año regresó a su condición inicial, por lo tanto experimentó la existencia de ambos géneros. Pero resulta que los dioses principales Júpiter y Juno discutieron cuál de los dos géneros obtenía mayor placer durante el coito, y en su desacuerdo acuden con Tiresias, quien afirma que el mayor placer lo experimenta la mujer. Sin embargo, la diosa quedó disgustada con el veredicto y resentida, pues ella representaba la versión casta de la feminidad por lo que condenó al sabio a padecer ceguera incurable; pero Júpiter se conduele y compensa al sabio otorgándole el don de conocer el futuro.
Muy posiblemente los antiguos griegos creyeran a esta especie como hermafrodita en sentido físico o que cambiaba de sexo para su reproducción, de cualquier manera, en esta leyenda encontramos afirmada la esencia sexual del ofidio.. El golpear con un palo a dos serpientes en cópula ejerce un efecto de magia transformadora, así el sabio queda polarizado. En la leyenda original, por una repetición del mismo acto Tiresias regresa a la condición originaria.
En la inocencia del relato legendario, los eventos suceden por accidente y de modo físico, por tanto no existe intención de homosexualidad, por tanto no existe violación de códigos sino un caso maravilloso. Por decir la verdad a la diosa Juno castiga con la ceguera, pero sicológicamente este castigo se interpreta como asociación de rechazo a una idea sexual, un ataque oculto a la tendencia homosexual. El rechazo del tema sexual trae aparejada la ceguera; lo que en Tiresias es legendario, en el enfermo histérico manifiesta su síntoma.

11) El reptil odiado como parte: Medusa
 La integración de un animal aborrecido o rechazado resulta un castigo descomunal cuando una parte del cuerpo admirada se convierte en detestable. Esa clase de condena la sufre Medusa, por tener coito con el dios del mar dentro de un templo consagrado a Minerva. La pena impuesta consistió en convertir su hermosa cabellera en un amasijo de serpientes. Esto significa que la animalidad, en su manifestación aborrecible, irrumpe con una potencia temible, y este temor emerge de la ruptura de la barrera entre humano y animal. Cuando el reino inferior, en su aspecto negativo, invade al humano la situación es espantosa, y esa animalización deviene en un castigo aterrador. Y los episodios mitológicos donde las personas se convierten en seres temibles son repetitivos, indicándonos la existencia de una condena. Esa animalidad castiga lacerándonos con su degradación y ese dolor por la animalidad invasora del cuerpo se perfila tan atormentado como creíble a los ojos de nuestros antepasados.

12) El doble del ser humano: la serpiente tótem
La metamorfosis de una cabellera debe ser rechazado por la razón pero creíble para la imaginación y esto imaginario no es por completo arbitrario pues debe de captarse, ya que de otro modo no sería una leyenda interesante. Este efecto se imagina con intensidad en la medida que sentimos la cercanía del animal de muchas maneras. Esta cercanía puede venir de la similitud y hasta en especies no tan semejantes encontramos esa similitud, pues bastan los ojos que miran, las extremidades motrices o la piel cálida. De hecho sentimos tanta proximidad que los adoptamos como mascotas para tratarlos como juguetes y hasta familiares. Y el asunto va más lejos, a una mascota la adoptamos “como si fuera familia”, pero los antiguos creían que ellos lo eran realmente de animales distinguidos .
El tótem representa a un animal muy especial e importante pues fue el antepasado fundador de una tribu. Eso significa el tótem: el antepasado de la tribu, un animal “personificado”. También cada clan de una misma tribu podía tener su antepasado diferente, con lo cual existía una variedad de parentesco con las principales especies del entorno. No pensemos que sólo los mamíferos fueron ascendentes, pues hasta los gusanos de termita son el tótem de un grupo de australianos. Evidentemente, muchos tipos de serpientes se han considerado como seres totémicos, y hasta de las estirpes aristocráticas, por ejemplo, las esculturas y murales muestran a la cobra como pariente totémico de los faraones.
En una curiosa coincidencia, en el mismo libro donde se menciona la leyenda de Tiresias, aparece la referencia a una serpiente “famosa por su penacho de oro”, sus “ojos despedían fuego” y su lenguas eran tres en forma de dardo , que era hija de Marte y gigantesca. Comparando mitologías llama la atención la cercanía de este ofidio con los atributos de la serpiente emplumada de los aztecas, con una descripción tan asociada a los atributos del rayo. Pero esta fue una amenaza terrestre derrotada y muerta por un héroe, entonces tras la muerte del animal la diosa Palas ordena se entierren sus dientes, los cuales serán “gérmenes del pueblo futuro.” En efecto, de los dientes del ofidio de inmediato nacieron guerreros como una cosecha automática, los cuales pelean entre sí, y al final del enfrentamiento fratricida sobreviven cinco, que serán compañeros en la fundación de una ciudad. Así, míticamente se representa la idea del tótem-serpiente del cual nacen los primeros pobladores de una polis griega.
Este aspecto del animal como antepasado también aparece en las cosmogonías, y algunos participan en la generación del mundo y del primero humano o bien nos “educan”. El mito del quinto Sol azteca nos revela, que además de dioses “humanos” también participan animales sagrados para la recreación del cosmos, siendo el ocelote y el águila los participantes en la pira sacrificial del nuevo Sol. Entre los mayas existió la creencia en una pre-humanidad de monos antes de la actual. En las tradiciones chinas, el fundador de las religiones de rama taoísta fue un gran oso llamado Yu, un plantígrado con la sabiduría para legar el conocimiento esencial para los humanos.

13) El animal íntimo: los cerebros interiores y las metamorfosis psicosexuales
Si observamos las cosas desde el evolucionismo biológico también comprobaremos este parentesco entre el animal y el humano. El punto de vista de la evolución significa que poseemos capas interiores provenientes etapas anteriores, desarrolladas con los ancestros comunes de las demás especies. Basándonos en la antigua visión de la ontogénesis, la evolución, cada embrión efectúa un breve viaje por las especies que nos han precedido: inicia por los protozoarios, pasando por el ser pluricelular, atraviesa una etapa de pez, otra de reptil, luego mamífero, después simio y al final humano. Esto sería un resumen de la evolución de las especies condensada en la gestación de cada embrión, que no pretende ser una descripción científica .
Además de que el embrión transita por un símil a la evolución de las especies también nuestro cerebro crece mediante ese proceso, y además se desarrolla por capas. Las capas interiores del cerebro corresponden a los desarrollos básicos de las especies previas, y los externos pertenecen a la evolución siguiente. Así, en el cráneo contenemos lo que Sagan llama un cerebro de reptil, ya que se utiliza para operaciones más motoras y sin intención de pensamiento. En la parte media tenemos lo que se denominaría como un cerebro de simio utilizado para operaciones más avanzadas, y finalmente en la parte frontal se concentra el pensamiento; en especial, es el área que corresponde con el lenguaje y las actividades simbólicas . Cuando las tres fases de operación cerebral fluyen armoniosamente nos parece que ya muy poco de animal existe en ellas y quizá los instintos los aceptamos como el residuo. Pero el buen funcionamiento no excluye que nuestro órgano mental funcione con todas sus partes y las operaciones primitivas conviven con las desarrolladas.

Además tenemos otra proximidad interior con el animal que resulta curiosa. El sexólogo W. Reich realizó muchas investigaciones para hacer evidente el placer y durante sus investigaciones sobre el orgasmo encontró una manifestación muy curiosa de otra erupción de la animalidad. Ciertos sujetos tienen bloqueado el flujo de energía durante el orgasmo y con la atención clínica obtienen una mejoría. Cuando crece el flujo de energía sexual, en ocasiones, Reich se encontró que estallaba parcialmente generando una mímica inconsciente, es decir, orgasmos parciales causaban contracciones del cuerpo con las cuales la persona imitaba mímicamente a animales sin ninguna intención; por ejemplo, un sujeto se convulsionaba como si fuera un salmón atrapado en un anzuelo . Pero también, en el sentido contrario, el diagnóstico de la organización muscular en los pacientes que reprimen su sexualidad, le parecen al psicólogo, que se organizan de acuerdo a tipologías animales . Sobre la clasificación de la expresión corporal asociada con la represión de la energía sexual nos indica: “La expresión corporal total puede resumirse en general en una fórmula que (...) Aunque parezca extraño, la fórmula deriva por lo común del reino animal, como ‘zorra’, ‘cerdo’, ‘víbora’, ‘gusano’, etcétera.” En estas situaciones no existe intención de tomar modelos zoológicos, simplemente el cerebro inconsciente lo hace. ¿De dónde toma la información para imitar a los animales? Al interior de los cerebros primitivos quizá poseemos información interna programada, pues genéticamente conocemos esos modelos biológicos y lo adoptamos para nuestras expresiones psicológicas. Para el tema de este estudio, existe una forma corporal correspondiente a la víbora, donde se adopta una disposición muscular para combatir el ímpetu sexual. Así, se mantiene una actitud semejante a la serpiente para mantenerse en frialdad y dominar la pasión erótica.

14) Una ciudad plena de esculturas emplumadas
Por otro lado, cuando no miramos el temor sino la proximidad, también la serpiente sirve de símbolo para la irrupción del deseo. En el psicoanálisis soñar serpientes indica la proximidad erótica. Dentro de las grandes ciudades del altiplano azteca se convivía con enormes serpientes emplumadas: en colosales monumentos de piedra y grandes murales en la decoraciones de las pirámides. La imagen típica de Quetzalcóatl mostraba las potencias celestes y terrestres entrelazadas en una única criatura fantástica. Los ofidios simbólicos habían adquirido presencia en Teotihuacán y Tenochtitlán, así como en centros urbanos menos importantes como Xochicalco. Un habitante fóbico a las serpientes quedaría condenado al exilio, pues esos monumentos lo alejarían de las grandes ciudades, pero el orgulloso azteca convivía con esas enormes representaciones de sierpes míticas. Esas representaciones debían convencerlo de estar radicando dentro del vórtice peligroso de un mundo mágico. Un prodigio había unificado la tierra y el cielo, desde que el dios Serpiente-emplumada les había otorgado el beneficio de la civilización. Si las grandes representaciones de Quetzalcóatl son alusivas a una sexualidad vigorosa, entonces tales urbes prehispánicas proporcionaban un ambiente orgiástico y monumental, un medio saturado de las potencias masculinas. Ahora bien, en ese ambiente alegórico representa el peligro serpentino con fauces abiertas y colmillos agudos unido a una mezcla de belleza pacífica en el plumaje de aves; quedan anudadas las interpretaciones, ofreciendo una apretada mixtura de especies de tierra y cielo. Y en este vórtice también el deseo alcanza el límite de la mortalidad indicada con el rojo de la sangre, la cual es un recuerdo de dioses para recordarles el sacrificio original. Imaginemos la caída del atardecer en tales capitales, dominadas por monumentales pirámides escoltadas por las enormes representaciones de esas serpientes mixtas, con feroces fauces y plumas coloridas. Al atenuarse la luz tardía y casi desaparecer, las figuras van tomando un aire onírico, pierden sus contornos precisos y se alteran las percepciones. El azteca, percibiendo el silencio del entorno, descubre el lado oscuro de la magnificencia, rodeado por sus propias obras monumentales. El lado sombrío de sus dioses les muestra la fisura del terror nocturno, al tiempo que los deseos amenazan con despertar. Ese despertar de las penumbras está cargada de presagios, al llegar la media noche: ¿reinará el deseo o la sangre? ¿vencerá la civilización o la barbarie? Mirando fijamente la enorme figura de una serpiente emplumada el azteca espera una respuesta, mientras recibe el tenue reflejo del magnífico lago que rodea a su capital.

NOTAS:
1 Por ejemplo, Tupac Amaru en idioma quechua tiene el significado de serpiente ígnea en sentido de rayo,
2 MILTON, El paraíso perdido.
3 OVIDIO, Las metamorfosis, Ed. Porrúa, México, p. 11.
4 El emblema de Esculapio, deidad de la medicina greco-latina, es una versión más sencilla de lo mismo, pues sobre su bastón asciende una única serpiente. Este dios resulta más especializado en el tema médico y sería el dios particular de la profesión, mientras Hermes posee múltiples cualidades.
5 Una leyenda indica que Apolo regaló o cambió el báculo con Hermes, quien en una ocasión lo arrojó entre dos serpientes peleando y éstas se enrollaron sin dañarse, quedando integradas y ampliando el poder del caduceo. Quizá en las leyendas más antiguas el caduceo tiene la versión más sencilla y luego entre los romanos predominó la versión completa, con las serpientes y las alas incluídas. Cf. ELVIRA BARBA, Miguel Angel, Arte y mito: manual de iconografía clásica.
6 También es Hermes, en opinión de algunos, el más complejo de los dioses por su variedad de atributos. Cf. HOMERO, La Ilíada.
7 Aunque en la farmacopea tradicional también se incluyen derivados de serpientes o dosis de productos venenosos, aquí únicamente interesa el contenido simbólico de esta relación opuesta entre el veneno y la vida. El cuerpo, en efecto, genera reacciones de alivio ante pequeñas dosis de sustancias venenosas.
8 Incluso en el lenguaje legendario, cuando un personaje importante es devorado, puede sobrevivir a su metamorfosis, como los relatos de Jonás en la Ballena, los héroes regresando el inframundo o los explícitos relatos de ingestas múltiples que finalizan en regresos múltiples. Cf. CAMPBELL, Joseph, El héroe de mil caras, Ed. FCE.
9 Asimismo, una forma de columna une esos dos aspectos de espiral y pilar, y se le denomina salomónica, por corresponder con el relato del Templo de Salomón en la Biblia.
10 HEGEL, G.W.F., Enciclopedia de ciencias filosóficas, Ed. Porrúa, México.
11 OVIDIO, Las metamorfosis, Ed. Porrúa, México, p. 40.
12 También algunos pueblos creyeron que poseían un alter ego animal, llamado nagual entre los aztecas.
13 OVIDIO, Las metamorfosis, Ed. Porrúa, México, p.34.
14 En la ciencia biológica esto no se toma al pié de la letra, sino como una aproximación, popularizada por Haeckel en 1866. Anotemos que también se relaciona con la idea de microcosmos.
15 Cf. SAGAN, Carl, Los dragones del Edén, Ed. Grijalbo, pero la tesis se repite en varios otros autores.
16 REICH, Wilhelm, La función del orgasmo, Ed. Paidos, p. 247
17 REICH, Wilhelm, La función del orgasmo, Ed. Paidos, p. 235.

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