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domingo, 5 de enero de 2020

OLIMPIA MADRE DE ALEJANDRO CON SERPIENTES




Por Carlos Valdés Martín


La bella Angelina Jolie representa a la madre de Alejandro Magno en la película clásica, ahí ella se divierte con una temible pitón, y entonces revela un chispazo de un antiguo secreto: la relación entre el Oráculo y las serpientes míticas. La madre del más grande conquistador de la Antigüedad ostentaba un nombre de divinidad, Olimpia, y su propia leyenda.[1] Y entre los pueblos antiguos la serpiente con frecuencia representaba un símbolo de sabiduría o del control sobre los terrores de la mente y la naturaleza. Mientras al animal reptante se le debía temer, en cambio a quien lo controlaba se le reverenciaba.
El culto del Oráculo de Delfos no se relacionaba de manera directa con ninguna serpiente, sin embargo, a las mujeres que dominaban el arte de la adivinación se les llamó “pitonisas” o “pitias”. La palabra pitonisa proviene de una elaboración posterior, entre los latinos tardíos, que seguían recordando la importancia del Oráculo para su cultura originaria. A su vez, esa palabra posee un enorme parecido con el género de grandes serpientes conocidas como pitón y ese parecido no es una casualidad.
Para demostrar que el temor sano a las serpientes se convierte en algo distinto y hasta en fuente de curación retomemos un extraño pasaje de Moisés, cuando en la travesía del desierto los judíos sufrieron el ataque de sierpes venenosas. Según indica el pasaje de la Biblia, los judíos abandonaron su blasfemia previa y solicitaron protección, así que Jehová le indicó a Moisés que pusiera una serpiente de bronce sobre un asta, que con su vista serían curados.[2] Tomando esto como un simbolismo, lo que recomendaba Moisés y los griegos no resultaba tan antagónicos, según se demuestra en el Caduceo de Hermes por la vara cruzada por dos serpientes con unas alas en la cúspide, que sigue siendo una representación de la profesión médica.
Para resolver este crucigrama, revisando con más detalle la historia de la ciudad de Delfos, sede del Oráculo famoso, su caverna se atribuía a la acción de una serpiente colosal que por su tamaño fantástico era capaz de atravesar la tierra de un golpe. Ese mítico animal los griegos lo llamaron Pitón y había ofendido al dios Apolo, el flechador solar, pues atacó a su madre y aterrorizaba a la comarca entera. De inmediato se descubre una relación antagónica entre el Sol tan elevado y brillante, contrapuesto con un monstruo que produce cavernas y se esconde en las entrañas oscuras de la Tierra. Para abreviar el relato, Apolo mató a la gran amenaza Pitón, y los griegos a veces le honraban como “Apolo Pitius”[3], recordando esa hazaña mitológica. A su vez, el Oráculo de Delfos era regido por el mismo dios, que protegía a las bellas artes y la adivinación, entonces las sacerdotisas eran llamadas Pitias, mujeres dedicadas a ese dios.
A manera de agregado es interesante notar que el primer esotérico famoso fue Pitágoras y que la más hermosa narración sobre la amistad incondicional refiere a los personajes Daimon y Phintias.[4] El origen de esos nombres también parece referirse al mismo fondo, aunque debería investigarse, pues las etimología consultadas no ven una relación entre la raíz “Pyth”, con el nombre griego de Pythagoras.[5] Por su parte, el Phintias del relato amistoso podría resultar una versión disfrazada y masculina del adjetivo de las adivinas o del fundador del pitagorismo.
Cuando mires la extraña escena de la madre de Alejandro Magno jugando con pitones nota que se basó en referencias históricas, las cuales muestran aspectos sorprendentes del pasado y son más imaginativas que los guionistas de cine, pues la realidad suele sobrepasar a la fantasía cuando menos lo esperamos.  

NOTAS:


[1] La mostró Plutarco en sus Vidas paralelas al relatar el nacimiento de Alejandro Magno, señala que la madre Olimpia practicaba un culto báquico, que le permitía domesticar temibles serpientes y que su embarazo se atribuye a un encuentro con el propio dios Zeus, en vez del rey Philipo.
[2] Números: 21-8 “Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.”
[3] Remite a Plutarco en Moralia “Apollo Pythius”, Referencia en http://etimologias.dechile.net/?pito.n
[4] El nombre propio se encuentra como Phintias, Fintias, Pintias, Pitias, etc. Una narración que parece provenir desde Arixtógeno un peripatético griego, recopilada por Diodoro Sículo, Biblioteca histórica X,4,3 y retomada por Jámblico, Vida pitagórica 234-236 y Cicerón, Deberes III, 10, 45. Texto griego de Diódoro Sículo está en http://www.archive.org/stream/diefragmenteder00krangoog#page/n292/mode/2up
[5] La relación entre la raíz “Phyt” de las adivinas y la de “Agora”, donde la segunda era la plaza pública utilizada para la discusión, no la he encontrado en referencias previas, aunque parecería bastante evidente. Si los nombres antiguos con facilidad son derivados las cualidades de los personajes, este sería un caso directo.

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