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domingo, 16 de septiembre de 2012

PRESENTACIÓN EN FERIA DEL LIBRO POLITÉCNICO: AGUAS REFLEJANTES, EL ESPEJO DE LA NACIÓN

El día 25 de agosto de 2012 hice la presentación de mi libro en la Feria Internacional del Libro del Politécnico. El evento fue muy exitoso y el público asistente mostró interés, permaneciendo toda la ponencia, lo que es signo de que resultó bien. A continuación está el texto preparado de la presentación. Como se acostumbra en estos casos, no me mantuve apegado al texto, y siempre es mejor improvisar que solamente leer un texto.

AGUAS REFLEJANTES, EL ESPEJO DE LA NACIÓN: LO QUE APORTA ESTE LIBRO
 Por Carlos Valdés Martín Presentación para la Feria Internacional del Libro Politécnico en Zacatenco, DF, el 25 de agosto de 2012.



Sí es un libro… que propone renovar la visión de nuestra nación acudiendo a una metáfora colectiva que ha sido poco observada. Las aguas que se mantienen en las alturas, por así decirlo son un fenómeno casi antinatural pero feliz, pues la ley de gravedad las empuja a escurrirse. Entonces los grandes lagos colocados en las zonas altas son un evento poco usual y menos típico es que ha marcado nuestra historia. No planteo un accidente geográfico, sino una visión porque los grupos humanos son resultado de un proceso de conciencia colectiva y las aguas han sido el espejo natural de los pueblos primeros. Ese tipo de espejo no proporciona un reflejo sencillo, sino uno complejo. Coloquémonos mentalmente frente a aguas que generan un reflejo imperfecto, pero donde podemos observar nuestro rostro. En esa observación sabemos que hay algo más, no es la imagen sencilla y perfecta del espejo industrial, donde la distorsión es una aportación para comprender la complejidad. Las aguas reflejantes proponen una metáfora renovada para comprender nuestro ser colectivo, una opción antigua para comprender nuestra nacionalidad. El ser colectivo se comprende a través de símbolos y este espejo de agua —conjunto de lagos— que fue la cuna de la civilización azteca proporciona una alternativa y complemento interesante para refrescar nuestra imagen colectiva. Una interpretación aceptada de Anáhuac, el nombre náhuatl para la región, es “hasta aquí las aguas” y es que nuestro espacio quedó acotado por aguas en las costas y en la cumbre de la capital ancestral. Y, curiosamente, las aguas de los ríos Bravo y Suchiate marcan las otras fronteras del México moderno, así que tenemos mares, ríos y lagos como su fronteras y vértices. Las aguas de los lagos poseen una cualidad metafórica especial al presentar una enorme extensión quieta, tranquila, pues no solamente indican su cuerpo sino que reflejan los cielos, es decir, su reflejo es un cielo duplicado, ya sea mostrando el esplendor del sol o el manto estrellado de la noche. Ante la depredación urbana del antiguo lago debemos imaginar el reflejo nocturno de la luna llena, y la sorpresa de los líderes aztecas cuando observaba que la geografía del sistema de lagos tenía un enorme parecido con el conejo dibujado en la Luna. En una interpretación ahora aceptada se cree que la palabra México indica el ombligo de la Luna, donde el mapa de nuestro Valle de México, corresponde a la visión de la Luna llena, y la fundación de Tenochtitlán correspondía al obligo de la Luna. 

Entonces la peculiaridad de un espejo de aguas contrasta con la visión de otras metáforas importantes. Por ejemplo, el “laberinto de la soledad” que nos propone Octavio Paz para simbolizar nuestra nación, posee muchos méritos, sin embargo, nos deja en el extravío y el desamparo, pues del laberinto solamente escapan los héroes. Los símbolos no se oponen ni se desmienten entre ellos, pero contrastan al ser muy distintos. En otro ejemplo importante, las aguas nos remiten a la vitalidad, al origen vital de las cosas, por eso las entendemos como origen o “cuna”, nos indican que la existencia es un fluido como lo indicó el filósofo Heráclito. En ese sentido, pueden ser un bálsamo para visiones como el legado de Samuel Ramos, quien puso el acento en un “complejo de inferioridad” como el rasgo distintivo de nuestra nación pero no propuso una metáfora central y ha sido muy influyente al retratar una parte importante de nuestro ser colectivo. Las aguas quietas, con su reflejo de los cielos, nos indican que aquello que parece un mundo inferior es una visión engañosa, que cada vez que miramos hacia el suelo (dimensión de lo inferior) nos devuelve una señal el cielo. En mi enfoque no busco fronteras sino un vórtice que junte fuerzas mentales. La conciencia trasciende el captar algo externo, para también obtener una visión interna, recibir una retroalimentación, y esa ese es el efecto espejo o función reflejante. La imagen que regresa te dice quién eres; en particular, la imagen nacional no te dice quién eres en lo individual, pero sí te muestra tu propio ser en lo colectivo, por eso es importante la identidad nacional. La identidad es un modo de conciencia, también puede haber una no-identidad u otras variaciones. Lo importante es que un espejo colectivo se vincula con la reflexión. Esta palabra “reflexión” es importante, porque viene de reflejar y eso quiere decir en su raíz etimológica; que luego les gustó a los filósofos. Así, una reflexión es poner en espejos las ideas, para obtener ideas elaboradas. Entonces con la metáfora de las aguas reflejantes sirve para indicar otro modo de conciencia, donde la relación entre el individuo y su nación es expansiva y no se delimita a una identidad sencilla, como el signo de igualdad de las matemáticas, sino una correlación compleja entre la parte y el conjunto. 

Sí es un libro… que bucea en temas profundos. El tema nacional es fácil convertirlo en una colección de lugares comunes como: “los mexicanos somos flojos” “o somos un relajo” o “somos un país corrupto”. El tema nacional es fácil convertirlo en cliché y, entre nosotros, en motivo de autocrítica mórbida y hasta de desprecio. Para superar el lugar común debemos irnos hacia las causas y buscar el polvo bajo el tapete, rascar bajo las apariencias. En el mediodía del siglo XX se estableció un modelo o visión de nuestra nación, que pareció muy aceptable y terminó siendo ignorado o convertido en cliché. En el texto se hace una investigación sobre esa visión dominante de la nación en José Vasconcelos, Samuel Ramos y Octavio Paz, para dar el paso siguiente y actualizar nuestra imagen nacional. 


Sí es un libro… dedicado al tema más familiar y cotidiano, pues a diario respiramos nuestro aire y pisamos suelo patrio. Sin embargo, lo más familiar no por ello nos resulta más conocido. Con situaciones a las que nos acostumbramos, nos sucede como en las narraciones de detectives, lo que está a la vista pasa siempre desapercibido. Así, México pasa desapercibido pues nos resulta tan natural y familiar: lo vemos y no lo observamos, lo oímos y no lo escuchamos, lo palpamos y no lo sentimos. Por ejemplo, La polifonía nacional del tache al mariachi, p 43-47 aborda los sonidos de la nación. 

Sí es un libro… donde el personaje principal es la nación mexicana, pero no es un texto de nacionalismo, y contiene una crítica al mal nacionalismo, el llamado chauvinismo. Los escritos finales están dedicados a otros países y hasta discuten el fenómeno imperialista actual, el cual tiene una dimensión muy interesante e incluso especulativa ¿están desapareciendo las naciones bajo el manto del Imperio? (Ver La nación redescubierta p. 183-193) En lo expuesto, no existe ni gota de odio y rencor hacia otras naciones, ni acepto la superioridad racial de un pueblo sobre otros. Me importa la originalidad de nuestro pueblo, la vitalidad que no permite someterlo al rasero de otros pueblos e idiosincrasias. 

Sí es un libro… que mantiene una novedad importante y desacuerdos importantes con los principales autores del pasado de la filosofía de lo mexicano; diría que en eso es un texto disidente. Hay desacuerdos importantes con Ramos, Paz y Vasconcelos. Pero también es un texto muy agradecido con la larga aventura intelectual de quienes han desarrollado la reflexión nacional. Debo hacer énfasis en esto: creo que la teoría de la nación debe renovarse y darle un enfoque distinto, para que no predomine el mito sino la presencia viva de la comunidad. Uno de los aspectos del enfoque es que evito la búsqueda de un “mexicano esencial”, a la manera de un modelo básico. Con esa dificultad se encontraba Samuel Ramos, que peleaba entre una esencia del mexicano y su presencia, y el tema se complicaba porque su explicación es histórico psicológica, ya que planteó esto: existe un sentimiento de inferioridad nacional, surgido de un aborto histórico. Sí un aborto, ahora que se discute tanto este tema: este filósofo social consideró que nuestros problemas y rasgos se deben a un gran aborto, pues México nació antes de su madurez, débil ante el extranjero y mirando al modelo Europeo, y asumiendo una inferioridad. Esa explicación de una psicología social del sentimiento de inferioridad deriva de una teoría psicológica aplicada, y tuvo bastante popularidad; de hecho, el tema se repite hasta en programas deportivos para explicar el mal funcionamiento de la selección mexicana de fútbol. Existe un, digamos, dilema interesante. Ramos insistió que la inferioridad era más una ilusión psíquica motivada por la historia; sin embargo, el referente son las relaciones con el exterior y sabemos bien que sigue existiendo un conflicto exterior asimétrico, en especial las relaciones con Estados Unidos son desequilibradas, y se puede argumentar una inferioridad real. Situaciones tan terribles como la impotencia ante la violencia sobre los emigrantes al otro lado del Río Bravo indican una inferioridad de fuerzas ante EUA. Si vieron las imágenes sobrecogedoras de un emigrante electrocutado y pateado por guardias fronterizos, de nombre Anastasio Hernández, nos viene a la cabeza que no existe un complejo de inferioridad ante el extranjero, sino una situación real. Por tanto, la explicación de la nación no la he basado en una psicología, la cual es un derivado de una realidad colectiva. 

 Sí es un libro… sostenido en una investigación histórica significativa, pero no es un libro de historia. Hay un breve recuento de la forja de la nación, para explicar el proceso de formación nacional, en la medida que unos 700 años se pueden resumir. Es difícil sintetizar y siempre será posible agregar algunos rasgos a cuadro de nuestra. Y por lo mismo, no es un libro de historia dedicado a recopilar la sucesión de eventos en orden cronológico, pues este procedimiento es complementario. De hecho, quizá una de las aportaciones interesantes del texto sea la interpretación de tiempo dual de la nación: dividido contradictoriamente entre el mítico y eterno, enfrentado al calendario histórico. La fundación intemporal corresponde a la visión del mito, el momento en que ocurre no tiene una cantidad, es un cero absoluto, un principio; pero las naciones modernas, exigen calendario y sucesiones. (Consultar páginas 20 a 23, tema “El tiempo del origen…) 

 Sí es un libro… que respeta la complejidad del fenómeno nacional. Si el reduccionismo ha sido cuestionado en las ciencias sociales, con más razón se debe cuestionarlo en el tema nacional. Cada país es un sistema complejo agrupando otros sistemas complejos a nivel política, economía, cultura, etc. De hecho, algunas de las críticas hacia las teoría anteriores se motivan por la simplificación excesiva, por ejemplo, la teoría de Samuel Ramos del sentimiento de inferioridad como fundamento del fenómeno mexicano. Sí es un libro… que no acepta que todos los mexicanos sean iguales en su carácter e idiosincrasia; asumo un enfoque distinto para no quedar atrapado en el callejón sin salida que dice “todos los mexicanos son así”. El proceso de cambios es rápido y deja muchas definiciones obsoletas, por ejemplo la participación de la mujer en la sociedad y el cambio en las costumbres sexuales dejan fuera de lugar los dos modelos del macho mexicano y la mujercita sumisa. Para superar esos temas del machismo y la virginidad sumisa como la esencia mexicana se requieren de nuevas herramientas mentales; porque la presencia de una comunidad nacional vital no depende de esas costumbres, tan contrarias a la mentalidad avanzada, que hoy parece predominar en el país. (ver páginas 135 a 143 parte Frente al perfil…) 

 Sí es un libro… con tema político, pero no en el sentido vulgar de las relaciones de poder y las exigencias para votar en uno y otro sentido. Los políticos que no comprendan su nación serán unos fracasados, destinados a empantanarse o quedar sometidos a tendencias ajenas. Una nación es una entidad política, cuando las comunidades se dividen surge la política por otros medios, y eso se denuncia en un capítulo especial. A su vez, la existencia de predominio imperial sobre los pueblos genera tensiones políticas. También, la forma del Estado moderno está íntimamente relacionada con la textura de las naciones. 

 Sí es un libro… que proporciona herramientas intelectuales poco usadas o conocidas para interpretar a la nación. El antecedente de este libro es una extensa investigación del tema nacional en el materialismo histórico y las predicciones sobre la desaparición de las naciones entre los principales autores socialistas. Después de las investigaciones concluí que el fenómeno nacional no es transitorio y se resiste ante los ataques imperiales, el colonialismo, etc. Sin embargo, también me convencí de que era difícil comprender las dinámicas nacionales, si nos contentamos con ideas preconcebidas. 

 Sí es un libro… que no exige una lectura completa de todas sus partes, ya que es una colección de ensayos. La relación entre las partes no resulta por completo evidente. En el prólogo se explica el enfoque de cada ensayo, y los que conviene leer como un conjunto. 

 Sí es un libro… que contiene un descubrimiento feliz donde la visión literaria se une con la interpretación histórica y teórica. La existencia de una imaginación material como comprender qué son las aguas, el título del libro, proviene de la crítica literaria (Ver el inicio: páginas 11 a 13). Las aguas sirven para imaginar y comprender, en este caso han servido para reflejar y dar conciencia a México. Otro aspecto en extremo interesante ha sido el vínculo de la gran literatura con la formación nacional mediante la lengua y las extensiones mentales. Se puede afirmar que de acuerdo a los grandes libros, queda delineado el proyecto de nación. Ahora que los candidatos buscan tanto bonitos proyectos de nación, podemos hacer la correlación directa de ese libro singular que fue la Enciclopedia francesa y la visión de la República, que cimbraría a Francia unas décadas después (ver páginas 158-159 La Enciclopedia, el discurso ilustrado y el proyecto Republicano). Creo que bastaría, únicamente este descubrimiento para recomendarles que leyeran el libro. 

Sí es un libro… donde se emplea con amplitud el material histórico y la representación simbólica para conjugarlas y contrastarlas. Pero he preferido, reducir al mínimo lo que se llama el “aparato teórico” de las citas a pie de página, para que la lectura sea amena y no perderse entre las referencias. Sí es un libro… que abre perspectivas. Me he preguntado con seriedad si las naciones en general —y en particular la nuestra— prevalecerán. Para cuestionar la dinámica, ya actuante y presente, he utilizado la metáfora de un águila bicéfala, donde la unidad ancestral se ha convertido en una dualidad importante, pues del otro lado del Río Bravo ha crecido una comunidad enorme que dibuja un México diferente, a mitad de camino entre la asimilación plena al american way of life y la vista hundida en sus raíces. 

 Sí es un libro… que en el futuro será más necesario, porque las complejas relaciones de nuestro país y el mundo seguirán un camino de encuentros y conflictos ante el cual no permaneceremos indiferentes. En el contenido no sufriremos un chantaje moral que nos obligue a tomar posiciones, pero es claro que la situación nacional presentará altibajos, crisis y conflictos que pedirán la toma de posición entre los mexicanos. ¿Estamos preparados para ese futuro?

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