Música


Vistas de página en total

martes, 6 de agosto de 2019

ESPIANDO A LOS CENTAUROS





Por Carlos Valdés Martín

Reunidos en asamblea masiva exigieron a sus líderes una resolución pronta y definitiva, antes que seguir entre ambigüedades. Eran quimera y tribu, colina y planicie, tropel e individuo, en fin, eran de doble naturaleza: a la vez, honorables gentilhombres aristocráticos, puntuales como relojes suizos y tiernos cual rocío sobre pétalos de rosas.  Ellos mismos permanecían inquietos y a disgusto con su doble empeño, quizá una metamorfosis brutal resolvería sus dilemas.
En fin, la tribu de centauros se agitaba cual nube de tormenta, únicamente Quirón parecía haber superado el tenso recuerdo del día cuando discurrió con Sócrates en un bosquecillo fuera de Atenas. En esa ocasión el centauro y el filósofo compartieron sus dificultades:
—Por más mayéutica que realices los humanos progresan poco para sacar su luz.
—¿Los centauros aventajan algo cuando tú la aplicas?
—Al contrario, mientras más descubren a su humano interior, más desean volver a ser caballo puro.
—Entonces ¿qué liderazgo pretendes obtener siendo el único centauro filósofo?
—Ya no pretendo nada, el Oráculo me predijo días funestos.
—No te alarmes Quirón, desgracia es la sucedida a Edipo, lo nuestro paladéalo despacio, por más que sabe a ambrosía mezclada con hiel no es veneno.
—Juntar el agua con el aceite no conduce a la felicidad, en el corazón de cada centauro hay desazón abismal y la mayoría anhela caer.
Buscando esquivar la agria premonición del centauro, Sócrates desvió la conversación:
—¿Y el Oráculo te envió algo para mí?
—Es demasiado triste —el centauro empezó a llorar y a bufar desviando la mirada— estimado Sócrates, he escuchado un final terrible para ti.
—¿Qué sería tan terrible? Si ya gané un discípulo como Platón que pone en tinta sobre pergamino mis mejores debates. Mis ruegos han sido escuchados.
Quirón insistió en su pesimismo:
—Me han dicho que la raza de los socráticos se extinguirá pronto.
Sócrates respondió:
—Ni que fuese un pueblo de centauros.
Quirón suspiró para contener su tristeza.  

No hay comentarios: