Música


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domingo, 9 de octubre de 2022

ARMONÍA DIVINA RODEADA DE SILENCIOS

 



 

Por Carlos Valdés Martín

 

La diosa original

Los antiguos descubrieron la importancia de la armonía y determinaron que era una diosa, otorgándole precisamente el nombre de Armonía o Harmonía. Al comienzo ella no fue tan notoria hasta que se asoció con la idea del arte, en especial, con la musicalidad conforme a los modelos melódicos (con notas y proporciones geométrico-numéricas). Su leyenda como diosa la identifica como la esposa de Cadmo, a quien se atribuye el alfabeto y alguna hazaña heroica, al derrotar a un dragón o serpientes, por lo que funda la ciudad de Cadmia (o Tebas, en otra versión). A pesar de que derrotar a seres peligrosos es un acto de valentía, el resultado no agradó a la divinidad tutelar de ese animal, por lo que la pareja de reyes, Cadmo y Armonía (o Harmonía) son convertidos en serpientes y apartados del mundo terrenal.

La genealogía para esta divinidad muestra ambigüedad sobre si colocarla en el lado fiero o el dulce, pues en una vertiente se afirma hija de Ares, dios de la guerra, y en otro aspecto desciende de Afrodita.[1] Desde una perspectiva actual resulta difícil asociar a Armonía como descendiente de la fuerza, incluso la violenta (de Ares griego o Marte romano), sin embargo, así lo fue para la mentalidad grecolatina. Y esa dureza emparentada con Armonía se muestra en sus regalos (collar, toga) y un desenlace, al ser convertida en serpiente antes de retirarse de la tierra.[2]   

La raíz de la palabra y su desconfianza

El sentido original de la palabra armonía establece una relación con lo compuesto o lo combinado, por lo cual, su primera cualidad fue el ajuste o el orden.[3] Sin embargo, la imaginación mítica mantiene alguna sombra de duda sobre las cualidades de esta divinidad, al agregar una asociación de desgracias, pues el collar de bodas que recibió Armonía provocaba mala fortuna, la cual se narra en una serie de anécdotas para los sucesivos dueños del objeto, cuando típicamente los hijos enloquecían y morían. Esta desconfianza ante los dones es típico de narraciones míticas, incluso el prototipo del inventor, Dédalo genera tecnologías desgraciadas, como un laberinto para esconder al monstruoso minotauro y unas alas que se derriten al acercarse al Sol.[4] El collar que recibió Armonía era un regalo proveniente de Hefesto, repitiendo esa desconfianza o advertencia contra las fabricaciones, en especial de los herreros.[5]   

Con las Musas

Conforme la música y otras artes dieron un nuevo impulso para destacar la armonía, entonces el prestigio de este concepto se incrementó. Al unirse el conocimiento musical con una base matemática, mediante el pitagorismo se estableció una visión más ambiciosa sobre su importancia. El idealismo platónico mismo está ligado a la visión de la armonía como un fundamento; incluso, la elaboración del cosmos se creía dependiente de claves geométricas y movimientos armónicos, como en Timeo.[6]

Visto en retrospectiva resulta un misterio el porqué los grecolatinos no emparentaron con más firmeza a Armonía con las Musas, las cuales provienen de la estirpe de la Memoria (o Mnemosine) unida con Zeus. Sobrarían los ejemplos de que existe una relación entre el concepto armónico y todas las artes clásicas, relacionando las proporciones y la perfección como geometrías sagradas y matemáticas pitagóricas. Además, en la República la música armoniosa posee una facultad educativa, que la recomienda ampliamente para dosificarse y elevar las cualidades de los vigilantes (guerreros) de la ciudad ideal de Platón.[7]

Una versión “misteriosa”

En una versión distinta, el personaje Armonía fue hermana de Yasión, fundador de los “Misterios de Samotracia” dedicados a la diosa Démeter. Esos misterios fueron afamados porque ahí se iniciaron grandes personajes de la antigüedad, el más famoso fue Alejandro Magno.[8] Esta versión es menos reconocida y no incluye las anécdotas arriba citadas, sin embargo, resulta interesante que esta diosa se asocie al culto mistérico, tan importante para los griegos paganos. En particular, estos “Misterios de Samotracia” se recuerdan por su relación con líderes y militares legendarios, aunque no queda claro cuál sería la relación intrínseca entre esos rituales religiosos con el liderazgo mundano.

Cuando analizamos esta versión que indica a Armonía como un pilar discreto de los “misterios” de la religión antigua, lo debemos interpretar como una versión tardía que señala cómo se integraban las prácticas rituales. Al mismo tiempo, lo más conveniente es resaltar que como concepto la armonía se define mejor siendo “hija de Afrodita”, en tanto una emanación de la Belleza misma.

Equivalencia en Roma: divina Concordia

El equivalente romano fue la diosa Concordia, la cual posee un matiz más enfocado a las relaciones humanas, en las cuales se recomienda tratos favorables y cercanos al corazón.[9] Los romanos, en sus mejores épocas, fueron talentosos desarrolladores de la convivencia,[10] tal como lo demuestra su capacidad para mantener unidas enormes cantidades de población. Por modelo de convivencia me refiero a la República romana, que antes del Imperio logró sistemas para civilizarse mediante formas legales y utilización de maneras para hacer sentir relaciones de justicia (por ejemplo, mediante “tribunos”). Recordemos que los antiguos buscaban una política basada en una ética,[11] por tanto su política era inseparable de una concordia (armoniosa) entre las personas para el bien de su ciudad.

Arquitectura armoniosa

El interés por aplicar nociones de armonía en la arquitectura romana quedó testificado en las edificaciones y en los libros de Marco Vitrubio. La diáfana claridad y talento de este arquitecto romano se recuperó en el Renacimiento, cuando se volvieron a aplicar modelos constructivos clásicos. Bajo ese legado cabe afirmar que “el arte de la armonía es, pues, el alma verdadera del arte de la construcción.”[12] En la construcción clásica se siguieron criterios de belleza los cuales en los siglos postreros se habían relajado, lo cual no refuta que cada época haya recreado sus propios criterios arquitectónicos con fundamentos estéticos.[13] Desde la Revolución Industrial la renovación técnica y la sociedad de masas estableció una especie de crisis de las nociones estéticas de la arquitectura, que redundó en la proliferación de modelos constructivos y una simplificación para efectos comerciales. Por esto último, con facilidad se pierde de vista la relación clásica entre construcción arquitectónica y su armonía estética.

El silencio ruta clave de la armonía mental (y musical)

En una gran orquesta muchos instrumentos callan mientras otros se pulsan para protagonizar la sinfonía, entonces para una magnífica interpretación muchos guardan silencio mientras los elegidos ejecutan las notas musicales.[14] Queda entendido que la armonía no implica un silencio absoluto, sino un movimiento específico, pleno de gracia entre la sonoridad y los silencios. Lo mismo sucede con el pensamiento, millones de neuronas están en silencio, muchas imágenes e impulsos están replegados (silentes) mientras la parte más lúcida establece los pensamientos. Algunas disciplinas silenciosas como la meditación muestran procedimientos y ventajas para favorecer la armonía en la mente.

¿Cómo comprender mejor la armonía? No cualquier mente está preparada, la precondición es liberarse de ataduras (la preocupación, la culpa, la enajenación, el vicio, el corazón duro, la indiferencia…)[15] para envolverse en la ruta armónica. La ruta pasa por vivir la experiencia estética, por más que nuestra sociedad está saturada de ofertas estéticas y hasta desbordada de hedonismo, el transitar por la experiencia melodiosa y arrebatadora de la música abre las puertas de la percepción.[16]

Para comprender a Armonía hay que vivirla.

  

NOTAS:



[1] En otra genealogía, Armonía es hija de Hefesto y Afrodita. En ese caso, el padre dios de la orfebrería, regala el collar famoso a su hija.

[2] El collar de Armonía merece un análisis más detallado, tenía la figura de dos serpientes encontrándose, adornado de joyas y oro. Las dos serpientes evocan a la pareja Cadmo-Armonía como un signo de inmortalidad, pues las poseedoras del collar adquirían belleza y juventud, aunque desencadenaban en tragedias, la más famosa sería la de Yocasta, madre de Edipo. Véase el Edipo de Sófocles. Referencia en https://greekgodsandgoddesses.net/myths/necklace-of-harmonia/

[3] La palabra “harmonía” proviene del griego “harmos” que significaba ajuste o combinación. A manera de definición, resulta aceptable señalar que la armonía es la buena proporción y correspondencia de las partes, entre sí y el conjunto; en ese sentido, la armonía es la estética de los conjuntos.

[4] Veraza, Jorge, Sobre la técnica.

[5] Los herreros antiguos eran señalados con reverencia que era unida a la desconfianza por sus facultades para dispensar armas, cadenas y otras invenciones peligrosas.

[6] Las bases de la cosmogénesis de Platón son armónicas, en especial, mediante triángulos para explicar el comportamiento de los materiales. Véase Timeo. A su vez, el alma responde a la voz que emplea la armonía de la musicalidad, aunque la música puede también utilizarse a manera de “disarmonía”. Véase página 22 de el Timeo.

[7] En la República, los apartados “Efectos de la educación por la música” p. 62 y “Verdadero fin de la gimnasia y su relación con la música”, p. 69.

[8] En “Vidas paralelas” de Plutarco, se menciona esta relación, señalando además a Olimpia la madre de Alejandro, como sacerdotisa de esos rituales, y que fue una concepción de una deidad.

[9] La etimología de concordia, es lo que está cercano al corazón, de conformidad con el corazón.

[10] La armonía en las relaciones entre personas adquiere mayor relevancia, al considerarla, como la situación de la afinidad y relación virtuosa entre las personas.

[11] Por eso Maquiavelo resultó un escándalo y fundador de la teoría política moderna, separada de la ética.

[12] Lavagnini, Manual del maestro, p. 215.

[13] Le Corbusier, el talento de la arquitectura moderna con su peculiar visión del “modulor” sistema de proporciones fundado en las medidas áureas.   

[14] La diferencia habitual entre la música seria y la música popular es el silencio del público, conforme en la primera modalidad el más estricto silencio de los espectadores es indispensable, mientras que los gritos y coros desordenados del público son signo del éxito para un festival popular.

[15] La lista resulta heterogénea, adaptable al gusto de la ideología propia del lector. ¿Cuál es el caparazón que nos separa de la completa experiencia estética según ambicionaban los ingenuos románticos? Véase la interpretación sobre la experiencia poética por Heidegger, analizando a Hölderlin.

[16] La búsqueda de Huxley al atravesar las puertas de la percepción mediante un experimento psicodélico va en el mismo sentido, aunque la ingesta de una sustancia, lo menos que merece señalarse es como una ingenuidad; ya que el pensamiento es lo que se ha de armonizar. Resultado imposible para una sustancia, las cuales pueden relajar o alucinar, pero no dan la forma específica de la experiencia. Vease Huxley, Las puertas de la percepción y Cielo e infierno.

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