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jueves, 30 de octubre de 2025

CONCENTRACIÓN VENCIENDO A DISPERSIÓN

 

                                                                                        Por Carlos Valdés Martín

La vida está salpicada de talentos dispersos que jamás lograron integrarse. Cuando los esfuerzos quedan dispersos caen en la intrascendencia y la vanidad, por eso es tan importante alcanzar la concentración y el enfoque. Hay un vicio novedoso y posmoderno que compite con los antiguos: la dispersión infinita en las redes sociales. Los pequeños distractores multiplicados al infinito, amenazan con volver la mente de cualquier internauta en un carnaval de distracción perpetua. Media un solo paso entre el beneficio de aprovechar las redes sociales hasta una la navegación interminable y ociosa que el desperdicia días y noches en un pasatiempo inútil.

Dicen que Jules Michelet, el padre de la historiografía de Francia, hizo un plan tan ambicioso que nunca terminó de escribir su obra monumental, de tal manera que una parte de su genio quedó en el tintero. Contra lo que señala el adagio de que “el que mucho abarca, poco aprieta”, este genio sí alcanzó textos con pasajes memorables. 

La concentración/dispersión de los gases no tuvo aplicación práctica hasta que los ingenieros antiguos la canalizaron, primero como simples juguetes (Herón de Alejandría) y, al final, el talento británico de Watts lo convirtió en máquina de vapor. El que mucho abarca —cuando sí aprieta para aterrizar sus talentos— expresa un genio concentrado.

sábado, 25 de octubre de 2025

AMANECE DESPEJADO

 

 

                                            Por Carlos Valdés Martín 

Somos seres de luz, buscamos la luz y, con ese motivo, despertamos con el amanecer. Está vigente el refrán: “No por mucho madrugar amanece más temprano”, pero tus mejores días incluyen un aroma de amanecer. Aunque no lo veas, hay un saber que desde el cielo destila un dulce rocío matinal, que trae consuelo y confianza. Quien triunfa en la vida conoce la madrugada; quien es feliz ha disfrutado y recuerda su mejor madrugada.

Cuentan que Sócrates se levantaba temprano para mirar el sol fijamente y permanecía de pie largas horas dedicado a sus reflexiones, para después acudir al mercado público donde lo recibían sus amigos. Preguntando sin descanso, Sócrates inventó la filosofía occidental y sus palabras llenas de sabiduría se las llevaba el viento, hasta que su admirador y colega Platón, las dejó por escrito. Más valen unas líneas fijadas sobre el papel que mil palabras al viento. 

Cuando se abren los ojos es el amanecer que ha despertado dentro de uno. Por descuido o prisa, se olvida que cada persona posee un amanecer en su mirada. Quien conserva el amanecer en su mirada, agrada y cautiva como sucede en “Poesía eres tú” de Gustavo Adolfo Bequer.